Ron con hielo

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Alex cortó el incómodo silencio preguntando:

-¿Qué pasó para que cortáseis?

Hubiera preferido el silencio a esa pregunta.

- Le pillé con otras dos mujeres, en mi cama. Pero no una, sino dos.

-Uf... Debió de ser duro... Los hombres son idiotas. Menos mal que...

Y ahí se calló.

-¿Menos mal que qué?

- Que yo no tengo novio.

- Alguna vez habrás tenido, ¿no?

-Sí, pero un rollo de esos de primaria.

Las dos nos reímos. Y de repente, siento que su mirada se posa en mi. Y me sonríe, enseñando sus perfectos y blancos dientes.

Estábamos sumidas en un mar de miradas y sonrisas hasta que la azafato pasó y preguntó si queriamos alguna bebida.

Alex pidió una copa de ron con hielo y yo abrí la boca para hablar pero la diosa de la perfección me interrumpió:

-A ella tráele lo mismo que a mi .

No dije nada, ya que, la verdad era que si me apetecía un poco de Ron.

Al rato, volvió la azafata y con ella trajo nuestras bebidas.

-Por tu primer viaje -Dijo Alex alzando su copa-. Que por suerte, para ti, te ha tocado conmigo.

No pude evitar reírme ante su comentario. Levanté la copa y brindé con ella. Luego le pegué un largo trago y lo deje en el apoya-vasos que había en el respaldo del asiento delantero.

Súbitamente, el avión empezó a temblar y yo rápidamente cogí el muslo de Alex y lo agarré fuerte, a lo que ella respondió:

-Pero hombre Piper,no vayas tan rápido, invítame a una cerveza o algo.

De la carcajada que solté se me olvidaron hasta las leves turbulencias.

-Señoras, señores, el avión aterrizará en unos minutos. Ha sido un placer volar con ustedes.

No, por favor, no quiero que acabe éste momento. Quiero que dure para siempre.

En el aeropuerto:

Después de recoger la maleta cogí un taxi y fui al hotel.

Era un hotel de cinco estrellas con una playa artificial. Las habitaciones de éste eran enormes y elegantes.

En el centro de la habitación había una cama de matrimonio cubierta por una sábana rosa con detalles color oro. La habitación tenía también una minicocina con nevera, y una vitrocerámica. El baño era enorme y muy bonito.

Decidí salir a dar una vuelta por el hotel y en la cafetería, encontré a la persona que menos deseaba ver en ese momento.

Un viaje, muchos cambios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora