-Oh, tranquila cariño, no es maleducado preguntar eso, es una pregunta totalmente normal. Alex me ha pedido que viniese, te hiciese un gran desayuno y te dijese que le llamaras.
-¿Por qué no me ha dejado una nota o se lo ha dicho a usted?
-No soy una paloma mensajera o no le daría tiempo. Y, por favor, trátame de tú que me haces sentir vieja.
Dijo sonriente.
-¿Eso responde a todas tus preguntas?
-Por ahora si, muchas gracias... Edith.
-Ah, no es nada. Voy a ordenar un poco la casa. Esta hija mía siempre tiene la casa desordenada.
Mientras pensaba en lo ocurrido me comí las crêpes y después me levanté y me asomé al comedor donde estaba Edith revolviendo entre las revistas de la mesita de café de Alex.
-Edith, ¿Sabes la hora que es?
-Son... Las diez y media.
-Dios, dios, dios. Llego tarde y ni siquiera tengo ropa.
-Coge algo de Alex.
Sin responder, corrí hacia el cuarto de Alex y abrí el armario (bastante grande, por cierto) en busca de algo formal para ponerme.
No encontraba nada formal y discreto así que opte por buscar un vestido. Encontré uno lo suficientemente formal y me lo puse. Era negro totalmente.
Cogí unos zapatos a juego y fui al cuarto de baño, donde me lavé la cara y los dientes con un cepillo sin usar que había por ahí y me fui.
-Oy, chica, que bien te queda ese vestido.
Pude escuchar a la madre de Alex desde el comedor.
-Gracias Edith.
Le sonreí y me fui andando hasta el trabajo que estaba, casualmente, a unas pocas manzanas.
Era raro que Alex y yo no nos hubiésemos visto antes porque mi trabajo estaba al lado de su casa.
Al entrar por la puerta todos me miraban, yo me limité a levantar la cabeza.
Entré a mi oficina y me senté. Mi trabajo consistia en responder a adolescentes con sus problemas. Vamos, lo típico en una revista de adolescentes. La verdad es que me gustaba ese trabajo y además estaba bien pagado.
Abrí mi correo y empecé a responder correos. A las dos de la tarde salí de allí. Cogí mi teléfono y llamé a Alex. No hubo respuesta.
Fui a su casa a ver si había llegado y no estaba allí, ni Edith tampoco.
Al momento empezó a sonar mi teléfono, era Alex.
-¡Alex! ¿Dónde estabas? Te he llamado hace un momento y no has cogido el teléfono.
-Estaba ocupada, pero me he escapado y ya puedo hablar. ¿Qué tal todo?
-Bien, supongo, te echo de menos Alex.
- Y yo a ti Piper, a las 5 estoy en mi casa. ¿Te vas a quedar allí?
-Sep.
-Espérame allí. Tengo una sorpresa.
Y colgó.
Fui a la nevera y busqué algo de comer.
Encontré unos espaguetis precocinados y los metí en el microondas.
En cuanto terminé de comer me puse a pensar en que podía hacer, y pensé dos opciones:
1. Cotillear un poco la casa.
Ó
2. Dormir hasta que Alex venga.
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Un viaje, muchos cambios.
FanfictionAVISO IMPORTANTE: Esta historia contiene escenas eróticas, románticas, dramáticas, etc. La mayoría de los personajes de este fanfic están basados en la serie de Netflix, Orange Is The New Black. Es todo inventado y estoy abierta a propuestas para la...