Un viaje, muchos cambios.

No vas a dormir en el sofá

-Déjalo pago yo. Tú me has comprado una barrita de chocolate y has llamado a los del ascensor.

Acepté y observe como Alex les daba el dinero y ellos lo cogían agradecidos. Al parecer les había dado bastante propina.

-Es un poco tarde pero, ¿Quieres subir a tomar algo?

-Bueno, vale.

Estaba hambrienta, no había comido nada desde antes de el despegue.

Subímos en el ascensor hasta la ultima planta y recorrimos el pasillo hasta llegar a su habitación.

Entramos y era una suite de primera.

Tiró su bolso en el sofá y fue hacia la habitación.

-¡Siéntate! Estás en tu casa, bueno, más bien en tu habitación de hotel.

-Gracias.

Alex volvió a aparecer por la puerta con una camiseta de tirantes blanca y unos pantalones anchos grises que le quedaban muy bien.

También pude ver que en los pies llevaba unos calcetines blancos e iba descalza.

Se dirigió a la cocina y su voz me sacó de mis pensamientos.

-¿Qué te apetece? Tengo whisky, café y agua.

-Un poco de whisky no estaría mal.

Trajo dos vasos con whisky y un poco de hielo en una bandeja, los dejó sobre la mesa y se sentó a mi lado.

Sirvió el whisky y me lo dio.

-¿Qué tal te ha ido tu primer día en Las Vegas? ¿Has ido ya a algún casino?

-Sí, al de aquí al lado. ¿Tú?

-También, pero a uno más lejano que me recomendaron unos amigos.

-¿Y qué tal? ¿Está bien?

-Está genial.

Pasamos como unas dos horas hablando hasta que decidí irme a dormir.

Salí hasta el ascensor y ella me acompañó.

Llamé al ascensor y no había respuesta, ni una luz ni nada.

Lo volví a intentar hasta que pude ver que al lado de las puertas del ascensor ponía:

"ATENCIÓN. El ascensor no podrá usarse hasta mañana. Disculpen las molestias."

-Pues tendré que bajar por las escaleras...

-Ni de coña, no vas a bajar 12 pisos pudiendo quedarte aquí.

-Si pero no me voy a quedar. Prefiero bajar los 12 pisos y no molestar.

-Tranquila si no es molestia. Te dejo algo de mi ropa y ya está. Además sé donde te alojas.

Sonreí por el comentario y volví a entrar a la habitación con ella. Me dirigí al dormitorio y ella me presto una camiseta y unos pantalones es casi iguales que los suyos.

-Duerme aquí, yo dormiré en el sofá.

-No, es un cama de matrimonio cabemos las dos. No te voy a dejar dormir en el sofá.

-Bien, pues si no te importa, voy a lavarme los dientes. Mientras cámbiate.

Entró al baño y me quité los pantalones. Me puse los que ella me había dejado y me quité la camiseta. En ese instante me percaté de que la puerta del baño estaba abierta. Miré hacia el baño y como ella estaba en el espejo y yo podía ver lo que pasaba desde allí pude ver claramente que apartó la mirada disimuladamente.

Me puse la camiseta y Alex salió del baño.

Abrió la cama y se tumbó y yo hice lo mismo. Cogió un libro y lo abrió. Empezó a leer y con sus preciosos ojos observaba cada palabra detenidamente, como si las estuviera analizando.

Seguidamente levantó la mirada.

-¿Quieres que te lea un poco?

-Vale, ¿por qué no?

Ella comenzó a leer un fragmento del libro cuyo nombre no sé, pero era hermoso.

Cuando terminó el capitulo cerró el libro y se acomodo en la cama.

-Es un libro muy bonito.

-Es uno de mis favoritos.

-Buenas noches Alex.

-Buenas noches Piper.

Apago la luz y se acercó a mi hasta depositarme un beso en la frente. Un beso cálido y cariñoso.

Me quedé extrañada, pero a la vez, algo dentro de mi florecía, algo como, amor.