Desayunando donuts.

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Por un segundo nos separamos y nos miramos a los ojos, pero no duró mucho. Alex puso una mano en mi cintura y otra en mi nuca y me volvió a besar. Puse las manos detrás de su espalda y la atraje hacia mi.

De repente la puerta sonó a nuestras espaldas y nos separamos rápidamente. Entró una chica y se metió en un retrete. Nos reímos a carcajadas y luego salimos de allí.

Volvimos a la mesa y comimos sin decir ninguna palabra de lo que había ocurrido.

Al salir del restaurante decidimos volver andando al hotel.

El camino fue muy silencioso e incómodo.

Cuando quedaba poco para llegar al hotel, Alex me cogió la mano y empezó a acelerar el paso hasta empezar a correr a toda velocidad.

Enseguida nos metimos en el ascensor y Alex comenzó a besarme. Parecía un beso interminable hasta que se abrieron las puertas del ascensor en el piso que no era. Subió una pareja con dos niños.

Le cogí a Alex la mano entrecruzando nuestros dedos sin importarme lo que pudieran pensar y ella los miró y sonrió.

Al llegar al piso, ya íbamos más tranquilas, pero todo se aceleró al entrar. Ropa volaba por los aires, besos por todos lados, risas...

Después de hacerlo me dormí profundamente.

*Al día siguiente*

Me desperté más temprano de lo normal, ya que, me había acostado pronto.

Alex seguía dormida a mi lado de espaldas a mí. Desde mi perspectiva podía ver su hermosa silueta.

Me acerqué a ella y le bese la espalda unas cuantas veces hasta que se giró.

-Buenos días.

Dije dándole un leve beso en los labios.

-Buenos días.

Apoyó su cabeza en sus brazos y me miró mordiéndose el labio. Al rato, cogió sus gafas y se las puso.

-Creo que debería ducharme.

Tras decir eso me levanté de la cama y me dirigí al baño. Me metí en la ducha.

Allí tuve tiempo de reflexionar sobre lo que había pasado y la verdad, no había estado nada mal.

Salí de la ducha y me puse una toalla en el cuerpo y otra en la cabeza.

Salí del baño y Alex no estaba en la habitación así que salí a la "sala de estar" y ella estaba con un albornoz mirando a la ciudad a través de la ventana hablando por teléfono.

-No voy a hacerlo estoy de viaje de descanso.

¿Qué no iba a hacer qué?

-Que no, pídeselo a otro, son mis vacaciones... Joder, vale, pero quiero una paga extra.

Colgó y se giró. Al principio se asustó, pero luego vio que era yo y sonrió.

Se acercó a mi y no dijo ni una sola palabra

-Veía que no venías y he salido.

-Da igual, no te preocupes, algún día ocurrirá.

-¿Qué es lo que no quieres hacer?

-¿No querer hacer de qué?

-Cuando estabas hablando por teléfono has dicho algo como "no lo voy a hacer". ¿No irás a atracar un banco, verdad?

-Jajaja, no Piper, los voy a atracar todos.

Dijo poniendo una cara maliciosa. Me reí y me di cuenta de que lo que me hacía sentir esta chica no era normal. Me hace sentir feliz, protegida, con ella lo tengo todo. No quiero alejarme de ella nunca.

-Me voy a duchar y luego iré a comprar algo para desayunar- Miró su reloj-. Ya se nos ha pasado la hora del desayuno.

-Voy yo, me visto y voy.

-Me parece bien, yo aquí te espero. Puedes coger mi ropa si quieres y así no tienes que bajar en albornoz.

Me dio un beso corto y se fue. Miré entre las cosas de Alex y cogí algo de ropa interior, unas mayas y una camiseta.

Me la puse y salí a comprar algo al supermercado que había en frente del hotel. Cogí unos donuts y unos zumos, pagué y me fui.

Cuando volví a la habitación, Alex estaba con el portátil en el sofá.

-Oh, ya estás aquí.

-He traído unos donuts y unos zumos, no sé si te gustarán.

Dije mientras me sentaba a su lado y sacaba la compra.

-Seguro que sí.- Y me guiñó un ojo.

Comenzamos a comer los donuts y a beber los zumos entre risas y conversaciones sin sentido.

Al final decidimos ir a la piscina.

Yo me puse un bikini de Alex, ya que, yo no me había traído.

Que sexi estaba Alex con ese bikini negro.

-¿Vamos?

-Si, vamos.

Bajamos en el ascensor y recorrimos el hotel hasta llegar a la piscina, estaba llena de gente, familias con sus hijos, parejas demasiado cariñosas...

Cogimos unas tumbonas y dejamos las toallas.

Seguidamente nos metimos al agua. Era una lucha constante de quien le tiraba más agua a la otra.

-Está claro que he ganado.

Dijo Alex riéndose.

De repente una voz sonó por el fondo.

-Hey Alex, cuánto tiempo.

Un viaje, muchos cambios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora