No te vayas.

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Esa pregunta me dejó de hielo.

-Supongo que no.

-¿Te gustaría probar?

Dijo con una sonrisa pícara.

-No sé... ¿Por qué lo preguntas?

-Pensaba que, con las señales que me has dado te gustaba...

Esa respuesta me sorprendió.

La verdad es que nunca había pensado en una chica como novia, pero Alex me hacía tilín, mas no se lo podía decir. Quizás no estaba enamorada de ella y solo me sorprendía su precioso cuerpo, sus ojos, sus labios... ¿Pero por qué estoy pensando esto?

-Será mejor que me vaya, Piper. Ha sido un placer conocerte.

Se disponía ha salir por la puerta cuando de mi boca salieron unas palabras que la frenaron.

-¡No! ¡Alex! No te vayas.

Alex se giró extrañada y yo me acerqué a ella y la besé. La besé como nunca había hecho. La besé hasta quedarme sin aliento. El tiempo pasaba pero a nosotras no nos importaba.

Alex pasó sus manos por mi cintura y me llevó hasta el salón, cerrando la puerta de una patada, sin separarse de mi ni un milímetro.

Nos dirgimos a la habitación y ella se tumbó encima de mi.

Me quitó la camiseta y yo la imité. Le quité el sujetador mientras ella hacía lo mismo.

Íbamos acompasadas, como si estuviéramos destinadas a estar juntas.

Me desató el pantalón y me bajo la ropa interior quedandome desnuda e indefensa frente a ella.

Empezó a besarme un pecho, mordiendome el pezón suavemente. Mientras, con la otra mano me acariciaba el otro pecho.

Era como estar en el paraíso . estaba a punto de correr me cuando de repente para.

Se desliza hasta bajar a mi entrepierna y abrirme las piernas de par en par. No le costó nada, ya que yo estaba dispuesta a descubrir ese nuevo mundo.

Comenzó a deslizar su lengua por mis partes mientras yo gemía y gemía. Súbitamente metió sus dos dedos en mí llevándome al paraíso del orgasmo.

Seguidamente se tumbó a mi lado y al rato me dormí.

A la mañana siguiente:

Me desperté por los rayos de luz del sol. Me levanté, y me puse un albornoz blanco, cortesía del hotel.

Fui hasta la cocina y estaba ella con otro albornoz, de espaldas a mi. Estaba haciendo un poco de café.

Me dispuse a irme, me daba vergüenza que me viese así. Pero se ve que hice demasiado ruido.

-Buenos días, Piper.

Un viaje, muchos cambios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora