Epílogo

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Exactamente tres meses después, Daniel le había dado la mejor sorpresa de su vida.

Seongwu sabía que sería ese día, no había podido dormir la noche anterior por los nervios.

Esa mañana se había levantado y ejecutado su rutina de la mañana en automático, era sábado, no tenía que trabajar, pero le causaba ansiedad no estar en la oficina al menos un par de horas, y verificar que todo estuviese en orden.

Durante todo el día no había recibido ningún mensaje o llamada de Daniel y eso lo ponía de nervios, ¿y si se había arrepentido? ¿y si después de todo no lo quería? ¿y si desaparecía?

Sacudió la cabeza ahuyentando sus inseguridades, eran casi las 6PM cuando aparcó afuera de su casa.

Había un paquete esperándolo en la entrada, cuando abrió la puerta, se agachó para recogerlo y su corazón se inundó de orgullo y felicidad cuando leyó las letras doradas grabadas en la tapa de la caja color negro mate: Daniel K.

Le hubiese gustado que fuera el mismo Daniel quien se lo entregara, pero entendía lo ocupado que debía estar con la mudanza y los preparativos de su línea de ropa.

Corrió a su habitación y abrió la caja, que incluía un precioso traje blanco perla, zapatos y accesorios que completaban el atuendo.

Sacó la chaqueta de la caja y admiró el tejido con ojos brillantes, el traje estaba perfectamente hecho, a su medida y preferencia, por dentro era suave y por fuera tenía un sutil diseño de flores que parecían cada una bordadas a mano.

Al fondo de la caja, había una tarjeta, pudo notar que Daniel había puesto especial esfuerzo en ella, aunque aún conservaba la familiaridad de sus trazos descuidados.

Era un simple cuadrado de opalina con volutas doradas en los bordes, "abre el maletero de tu auto", se leía en aquella desgarbada caligrafía tan familiar.

Con el corazón latiéndole a mil corrió a su garaje y abrió el maletero, un montón de globos de colores salieron volando, era como una escena de una película cursi y no pudo evitar reír en voz alta por ello.

Cuando tuvo el camino despejado noto que, tras todos esos globos, había un montón de flores (artificiales, porque Daniel había aprendido que las naturales tenían a veces un aroma demasiado fuerte para los sentidos de Seongwu). Y en medio de ellas había otro sobre blanco, cerrado con un lazo negro bordado con apliques dorados, dentro solamente había una dirección escrita, la del hotel en el que se conocieron por primera vez; y una hora, 8PM. ¡Quedaban menos de dos horas!

Corrió dentro de la casa, y se apresuró a arreglarse.




Faltaban algunos quince minutos para la hora acordada cuando llegó al hotel, no sabía si Daniel lo esperaba en el restaurante o directamente en una de las habitaciones, así que fue primero a la recepción.

El algoritmo del beso [🔞] 《OngNiel》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora