🍋 Capítulo 22

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Daniel contuvo la respiración mientras Seongwu entraba en su apartamento de un dormitorio. No estaba sucio, porque era una persona muy organizada, pero tampoco era una maravilla.

Intentó ver el espacio a través de los ojos de Seongwu. Un pequeño sofá marrón estaba junto a una de las paredes del salón, al otro lado de un modesto televisor de pantalla plana. Al fondo de la estancia estaba su banco de ejercicio y un soporte con varias mancuernas. El saco de boxeo colgaba al lado, en un rincón, en flagrante violación de su contrato de alquiler.

La cocina era un espacio muy reducido con encimera de formica, una vitrocerámica y una mesita de madera con cuatro sillas a juego. Tenía una maceta como centro de mesa para darle color, porque, sí, le gustaban esas cosas. Había un archivador metálico pegado a la pared del fondo, con facturas y cosas encima que todavía no había organizado.

Seongwu se quitó los zapatos y los dejó junto a los suyos. Lo vio soltar el maletín en el sofá con gesto descuidado mientras inspeccionaba los DVD que se alineaban en el mueble de la tele.

Se inclinó para echarles un vistazo más de cerca y le ofreció una vista fantástica de su maravilloso trasero.

—Los alfabetizas.

Fue incapaz de contener la carcajada. Seongwu nunca se comportaba como él esperaba.

—Te fascina, ¿cierto?

—¿Qué es esto? ¿Laughing in the wind? —Abrió la puerta de cristal y sacó la gruesa caja con los DVD.

—Solo tengo las mejores series de televisión wuxia de la historia.

Seongwu levantó la vista de la caja con los labios entreabiertos, con cara de haber descubierto el Santo Grial, y a Daniel le costó la misma vida no sonreír de oreja a oreja. Ninguna de sus antiguas parejas sabía lo que era el término wuxia, mucho menos compartían su penosa obsesión secreta.

Mientras intentaba mantener las formas, se quitó los zapatos con los pies y los dejó junto a los de Seongwu.

—Te la presto si quieres.

Seongwu se pegó su tesoro al pecho.

—De acuerdo, gracias.

—Pero ten cuidado. Es muy adictiva, y tiene como ochenta episodios. —Se borró la sonrisa de los labios con los dedos y luego se llevó la mano al cabello—. Puedes dar una vuelta por la casa mientras tomo mis cosas.

Sin embargo, en vez de quedarse fuera cuando él entró en el dormitorio, lo siguió y se sentó en el borde de la cama, sonriéndole antes de inspeccionar el sencillo espacio con mirada curiosa. Vestido con su cara ropa de trabajo, parecía tan fuera de lugar en su barato apartamento que se preguntó por qué diablos lo había llevado.

Para atormentarse, seguramente.

Era un lugar donde no entraban ni clientes ni nadie en general, un lugar en el que se refugiaba para recuperar la normalidad en su cabeza. ¿Cómo iba a aclararse las ideas cuando terminaran las cosas entre ellos si tenía el recuerdo de verlo sentado en su cama, esperándolo, sonriéndole como solo le sonreía a él?

El algoritmo del beso [🔞] 《OngNiel》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora