Capítulo 30

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A finales de esa semana, Daehwi se quedó en la tintorería, con la abuela, mientras Daniel llevaba a Mei al médico para la revisión mensual y los análisis de sangre. El trayecto era corto, pero a él se le hizo eterno porque su madre se lo pasó con los brazos cruzados, atravesándolo con la mirada. Así que puso la música a todo volumen y se concentró en la carretera.


Mei quitó la música.


—Ya no lo soporto más. Te pasas el día como un gato que hubiera perdido a su ratón. No hablas. Asustas a los clientes. Y trabajas como si te fueras a morir. Daniel, dile a Mei qué está pasando.


Él aferró el volante con más fuerza.


—No pasa nada.


—¿Cómo está Seongwu? Dile que venga el sábado. Los toronjas estaban de oferta, así que tenemos muchas.


Daniel guardó silencio.


—Mei no es tonta. ¿Has terminado con ese muchacho?


—¿Y cómo sabes que no fue al contrario? —Seongwu lo habría dejado en algún momento. Cuando decidiera que ya había practicado lo suficiente.


—Su amor por ti es apasionado, tan claro como el agua. No te dejaría.


Daniel apretó los dientes para luchar contra una repentina e inoportuna emoción. Sabía que Seongwu se sentía atraído por él, pero el único sitio donde se había mostrado «apasionado» era en la cama.


—He conocido a sus padres, Mei.


—Ah, y ¿son buenas personas?


—Su padre no me cree lo bastante bueno para él —contestó con un gesto amargo en los labios.


—Claro que no.


Daniel apartó la mirada de la carretera y la clavó en el perfil de su madre.


—¿Cómo que «claro que no»? —Era su único hijo. Nunca había hablado así de él.


—Eres demasiado orgulloso, como tu padre. Debes mostrarte comprensivo. Solo quieren lo mejor para su hijo. ¿Cómo crees que fueron las cosas cuando me casé con tu padre?


—Los abuelos te quieren.


—Sí. Ahora. Pero, al principio, no lo aprobaron. ¿Por qué iban a querer que su hijo se casara con una chica sin estudios y que apenas sabía remendar? Se negaron a venir a la boda, hasta que tu padre los amenazó con cortar todos los lazos con ellos. Tuve que esforzarme mucho para ganármelos. Las cosas no pasan de la noche a la mañana. Pero mereció la pena.


—No lo sabía. —Esa información hizo que contemplara a sus abuelos bajo una perspectiva nueva y poco favorecedora.

El algoritmo del beso [🔞] 《OngNiel》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora