🍋 Capítulo 19

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Seongwu se despertó poco a poco. Abriendo los ojos con dificultad debido a la luz del sol que le daba en la cara, escuchó del ladrido distante de algún perro en el vecindario y trató de acurrucarse de nuevo en las sábanas, percatándose entonces del delicioso olor de Daniel. 

Lo rodeaba por completo, tan agradable y concentrado, haciéndolo suspirar de forma involuntaria.

No podía tirar de la sábana para envolverse con ella como si fuera un burrito porque algo pesado se lo impedía. 

Frunció el ceño. ¿Qué era? 

Levantó la sábana y contempló, horrorizado, el musculoso brazo que tenía sobre la cintura. ¡Y su cintura estaba desnuda! 

Había dormido en ropa interior.

Y se había saltado la rutina nocturna. 

Se sentía sucio. ¡La boca! Seguramente se había formado en su interior un ecosistema de bacterias resistentes a los antibióticos. 

Se incorporó en la cama, dispuesto a salir corriendo al cuarto de baño. 

Hilo dental, cepillo de dientes, ducha y pijama. Hilo dental, cepillo de dientes, ducha y pijama.

Daniel tiró de él para que regresara a la cama y lo besó en la nuca.

—Todavía no.

—Estoy asqueroso. Tengo que lavarme. Tengo que...

Le dio otro beso en el cuello y tiró hacia atrás de sus caderas mientras él movía las suyas hacia delante, logrando de esa manera que fuera dolorosamente consciente de la parte de su cuerpo cubierta por los bóxers que acababa de sentir en la parte posterior de los muslos.

Su cuerpo sufrió un fallo sistemático. Se le aflojaron las extremidades. El deseo le provocó un hormigueo entre los muslos. Era tan intenso que lo asustaba y avergonzaba. Necesitaba tener el control de su mente y de su cuerpo. Pero lo había perdido.

[🍋❗]

—Buenos días. —La voz de Daniel era ronca y le provocó un escalofrío en la espalda.

—Bu-buenos dí... —Una mano le cubrió el pecho. Daniel le acarició el pezón hasta que lo tuvo dolorido y duro, y las sensaciones se extendieron hasta su sexo. Acto seguido, dicha mano descendió por su torso hasta el abdomen, haciendo que se le contrajeran los músculos.

—Quiero tocarte aquí. —Le cubrió la entrepierna con descaro y el calor de su mano traspasó el algodón de sus calzoncillos, abrasándolo.

Seongwu lo agarró por la muñeca con la intención de alejarlo, pero descubrió que su mano se negaba a cooperar. Sentía la firmeza de los músculos de su brazo, la suavidad de su piel, y eso lo distraía muchísimo.

—¿Eso significa que me das permiso? —susurró él.

Le dio permiso la noche anterior. Quería hacerlo, pero no sabía cómo manejar esa faceta de sí mismo. Su cuerpo le pedía que contestara de forma afirmativa. Pero la mente le decía lo contrario.

Su cuerpo ganó la batalla, de manera que levantó las caderas para presionarlas contra su mano. Él le apartó el bóxer y le besó el cuello mientras acariciaba la creciente semi-erección con los dedos. Seongwu soltó el aire de golpe. Se sentía dividido entre el pánico y el placer.

—Seongwu, ya estás duro. Eres como un Lamborghini. Pasas de cero a cien en dos segundos y siete décimas.

—¿Te gustan los Lamborghini? —Intentó aferrarse con desesperación a un pensamiento coherente. 

El algoritmo del beso [🔞] 《OngNiel》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora