Capítulo 32

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Seongwu se detuvo delante del despacho de Minhyun, respiró hondo y llamó. Él estaba de espaldas a la puerta, mirando los monitores, y volteó al oírlo. En cuanto lo reconoció a través del cristal, se levantó para abrir la puerta.

—Hola, Seongwu. —Sonrió, pero lo miraba con expresión cautelosa.

—Me voy ya. ¿Quieres ir a cenar conmigo? —Lo último que quería era aguantar a Minhyun, pero les había dicho a sus padres que lo consideraría como opción y tomaba sus promesas muy en serio. 

A sus padres les gustaba. Tal vez a él también le terminaba gustando. Además, estaba seguro de que no era el tipo de hombre que estaría con él por lástima. Eso era importante.

—Me encantaría. —La sonrisa de Minhyun se volvió deslumbrante—. Dame un segundo para guardar mi trabajo.

Mientras recorrían las bien iluminadas aceras de camino al restaurante en el centro de la ciudad, Minhyun le colocó una mano en la base de la espalda. Aunque Seongwu intentó pasarlo por alto, acabó aumentando la distancia entre ellos al cabo de unos minutos.

—No estoy listo para eso.

Minhyun apartó la mano de él.

—Ya veo que sigues pensando en él.

—Estoy intentando olvidarlo. —Esa semana le había dado permiso al ama de llaves para que lavara las sábanas. Ya no olería más a Daniel.

—Seongwu, se acostó con mi hermana. Eso debería ayudarte a olvidarlo rápidamente.

Seongwu miró el perfil de Minhyun.

—Tú te acostaste con Jaehwan.

—Jaehwan no es... promiscuo.

—Tu hermana tampoco lo es, y si lo fuera no es asunto tuyo y no tiene nada de malo.

Lo vio poner los ojos en blanco.

—Ella ni siquiera te agrada.

—¿Y? Ese no es motivo para criticarla. —Seongwu soltó el aire, exasperado. En vez de señalar lo idiota que era, le dijo: —Hablemos sobre pasatiempos. ¿Tienes alguno? ¿Cuáles son?

Eso lo alegró al instante.

—Me tomo muy en serio el golf. Además, no se me da mal. Y me gusta ir al gimnasio.

Bebió un sorbo de agua y recorrió con la mirada el elegante interior del restaurante.

Seongwu esperó a que le preguntara por sus pasatiempos. Lo vio tamborilear con los dedos sobre la mesa, al ritmo de la música de la guitarra española que sonaba por los altavoces. Después, bebió más agua.

—Alterno entre natación y salir a correr —añadió.

El algoritmo del beso [🔞] 《OngNiel》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora