Prólogo.

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Nara sostenía su toga, abrazada a ella con toda la fuerza que permitían tolerar sus nudillos. Al fin se estaba graduando. Había sido un camino largo y cansado para ella, pero ahora que por fin había terminado, estaba más aterrada que cansada.

Su deber había sido siempre estudiar, llevar buenas notas a casa, no perder su beca académica... Pero eso no es la vida real, la que es laboral. Suspiró. No tardaban en mencionarla para dar el discurso con el que cerraría su generación sus estudios superiores, estaban juntas el área de ingenierías junto con las áreas de arquitectura y diseño.

Comenzó a repasar lo que diría, su folder fue colocado en el podio, con calma se levantó y fue acompañada hasta ahí por los aplausos de sus compañeros. Las manos le temblaban tanto que tuvo que sostenerse del podio antes de hablar, se acomodó las gafas negras sobre los ojos y comenzó a hablar.

***

Durante muchísimo tiempo, Rodrigo asistía a algunas universidades a dar una charla sobre emprendimiento y los nuevos retos que tendrían que cumplir como adultos ahora, la vida no tenía escuela. Era uno mismo y cómo iba forjando sus propias lecciones que lo acompañarían hasta su vejez, por primera vez en mucho tiempo iba a llegar tarde.

Odiaba la impuntualidad.

Las veces que había llegado tarde le habían costado clientes y grandes ceros a sus cuentas, sin mencionar que también perdía la oportunidad de comenzar un nuevo proyecto y darle empleo a más jóvenes (y no tan jóvenes) mexicanos, miraba desde la parte trasera de su auto el camino, nervioso. El lujoso reloj le confirmaba lo que temía: una hora tarde. Se suponía que debería estar a partir del discurso de algún alumno egresado, dar la charla y ver a los estudiantes lanzando sus birretes al cielo, después la pequeña fiesta que se organizaba en los enormes campos de americano del campus. Era un lugar realmente grande, enorme, y tardaría aún más en bajarse del auto y llegar caminando, cruzando un buen tramo de pasillos vacíos, no había duda. Las clases habían terminado.

Bajó del Mercedes negro y cerró la puerta.

-Señor, olvida su saco.

Su chófer lo miraba con ternura, había estado ahí desde hacía años trabajando para él, siempre aprendía sus pendientes y se aseguraba de que, cuando Rodrigo Herrera tenía mucho en que pensar, podía ser un poco más de ayuda y decirle lo que pasaba por alto.

Rodrigo miró su reflejo, ahí estaba: con el chaleco gris puesto, su camisa blanca y un mechón de su melena había roto la fila y caía sobre su frente. Era cierto, el chaleco que iba con el saco no estaba, abrió la puerta y lo sacó. Lo colocó en un movimiento veloz y refinado, después de ello se fue siguiendo al profesor que lo guiaría directo al evento, conforme avanzaba, escuchaba el ruido y el sonido de una voz aguda, muy aguda y algo temblorina, pero que con el tiempo comenzó a escuchar más confiada, no distinguía bien el hilo de la conversación.

-Es un placer recibirlo de nuevo, nuestros estudiantes estarán maravillados con esa charla nueva que trae sobre emprendimiento, la vi hace unos días en internet, en un programa que...

Rodrigo no estaba concentrado, había sido un día demasiado ocupado. Todavía no acababa y tenía una pila de papeles esperándolo a que llegara a casa. Iba a pasar al sanitario a arreglarse el cabello, pero era demasiado tarde, subiría así, ¿Quién dijo que lo casual no iba con lo formal?

Los aplausos llenaron por completo sus oídos y vio como una figura delgada cruzó rápidamente el escenario y bajó al público, el discurso había terminado, se veía cómo el director hacía esfuerzos por alargar la charla cuando levantó la mano, la directora lo vio y comenzó a hablar de él, su presentación.

El teléfono de Nara sonó. Se alejó del recinto, buscando silencio.

-¡Vuelve aquí! Rodrigo Herrera está a punto de dar una charla que no te puedes perder.

-¡Se está grabando el evento, tengo que atender esta llamada!- Dijo señalando el teléfono, sin ver al guapo magnate, que en el momento en que saludó, los gritos de las estudiantes se hicieron presentes, comenzó una charla que, con forme dejaba el evento atrás perdía sentido, sólo era un ruido lejano, una voz melodiosa y amable.

Y una contestadora sustituyó el sonido de la voz del hombre cuyo nombre había olvidado.

" Buenas tardes señorita, es un placer para Genomma Lab informarle que su solicitud de trabajo ha sido aceptada, se le solicita dejar la documentación necesaria en un lapso máximo de dos semanas para su registro, le recordamos que para que pase el estado de prueba, es necesario llevar el título de su carrera oficial, recuerde que se tiene que subir también mientras tanto una copia con todas las boletas de calificaciones aprobadas y sin sanciones, en la documentación de registro. Toda la documentación estará desglosada y con especificaciones en el correo que nos proporcionó, en caso de no recibirlo, favor de comunicarse con nosotros.

Felicidades."

Eso era todo, comenzó a saltar como loca en círculos, sintió una carga en la espalda menos y suspiró. Lograría juntar todo ese dinero, lograría que sus padres se sintieran orgullosos de ella, cooperaría con su familia y comenzaría a formar su propia fortuna.

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Bienvenid@s todos y todas a este proyecto!

Chicos, no les miento, he querido hacer un Fic sobre este empresario de México desde hacía muchísimo tiempo, desde hace como tres o tres y medio años y la verdad me intimidaba hacerla, pero he visto un par de novelas ya publicadas y dije: este es tu momento y que fluya la historia, no te la pienses más, supongo que será más corta que mis otros libros no lo sé.

Pero ya veremos dijo el ciego. Espero que les guste, me estoy saliendo un poco de mi zona de escritura con una novela que se ambienta en mí país con un protagonista mexicano, empresario, etc. Estoy nerviosa (es que Aspra te pone nerviosa o nervioso sea lo que sea, tiene mucha personalidad) y también para dejar los fics de personajes super conocidos. Hacer algo distinto, voten, comenten, compartan para que el Shark más elegante de Shark Tank México reciba un poco de reconocimeinto.

ElennAngel.

Latido | Rodrigo Herrera - Sharktank México |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora