La Pirata Escarlata (One piece x Oc)

Capitulo 18. Un pueblo sin nombre.

Me era más difícil levantarme a voluntad, mi conciencia menguaba. Escuchaba de a rato las conversaciones, quise reírme, cuando regañaban a Luffy, pero no tenía fuerzas para ello, ni siquiera mis poderes funcionaban en ese momento, pero...

—Ruby —sentí a alguien tomar de mi mano, era una mano llena de cayos, un poco áspera, era grande, que no había necesidad de poner ambas manos, para colocarla en la mía—. Ya pronto encontraran un doctor, y te pondrás bien... —su voz se cortaba, no sé si era mi conciencia, o de verdad estaba escuchando a alguien—, tal vez, porque tu actitud y que también eres una espadachina, me recuerdas a alguien... da lo mejor de ti, roja, prometo, entrenar contigo.

—... —solo un jadeo salía de mis labios por la fiebre—. No hagas promesas... porque, todavía me debes... por la katana... —solo un ojo tenía entreabierto—, deberías buscar como saldar la deuda.

—La encontrare—recriminaba extendiendo una sonrisa y revolviéndose su escaso cabello.

—Los... rubis, no se compran gratis —solté sonriendo en su dirección, su mano libre retiraba la toalla de mi frente, estaba un poco más húmeda cuando la posaba en su frente—. Es lo que más me gusta...

Escuchaba como alguien bajaba, Zoro me había soltado mi mano, eran Vivi y Nami, que se han quedado conmigo durante todo este rato en el que estoy enferma, tal vez, y del próximo botín, le deje algo de dinero.

Vivi me colocaba un poco de ropa más abrigada como un suéter oscuro, que me calentaba mejor, y salíamos del barco, estaba en la espalda de alguien, por un momento esperaba que se tratara de Zoro, pero era Luffy quien me tenía en su espalda. Abrí los ojos un poco mejor.

—Es... nieve —dije con sorpresa extendiendo mi mano para intentar sentirla, aunque tenía unos guantes sobre ella.

—Parece que estamos en el cielo —soltaba Luffy que podía mirar con mejor claridad el lugar, mis ojos se cerraban, solo lograba ver un carnero o ese perro gigante—. También, hay una gran cantidad de animales.

—Si... si me mejoró, ¿Podemos jugar con la nieve? —cuestionaba a Luffy, este me miró extendiendo su gran sonrisa, que me aliviaba en esos momentos, ya que era una de las pocas personas que siento como mi familia.

—Por supuesto, Ruby —responde emocionado.

Volví a caer en su espalda, me costaba mantener consciente, pero lo intentaba, lo estoy haciendo, no me voy a dejar vencer por esta fiebre.

—Ruby —golpeaban mis mejillas con cierta suavidad, entreabrí los ojos—. ¿Puedes oírme?

—¡¿Qué demonios crees que estás haciendo?! —gritaron los chicos, pero había vuelto en sí, vagamente.

—Escucha, no podemos ver a ningún médico a menos que escalemos una montaña —me explicaba con sumo cuidado—. Así que iremos a escalar una.

—¡¿Estás loco?! —exclamó Sanji—. ¡¿Piensas hacer pasar a Ruby por todo eso?!

—No pasa nada. Yo cargare con ella —responde como si no fuese obvio.

Todos estaban muy preocupados, pero confió en Luffy.

—Gracias chicos... confió en ti, Luffy —logre decir.

Al minuto siguiente andábamos yendo a la montaña, pero yo no sabía muy bien que estaba pasando, pero no importaba, podía confiar plenamente en Luffy, mis brazos rodeaban su cuello por segunda vez. Estar tan confortable así con él, me hacía recordar aquellas tripulaciones, aquel capitán con gorro de felpa, velo bien por mí, hasta que tuvimos que separarnos.

«Regresare por ti» espere por él, pero nunca llego.

«Eres guapísima y talentosa» su mano tomaba con enojo mi cabello, mientras ardía en una fiebre, no tan fuerte como esta, su cabello era parecido al mío, y creía que sería como encontrarme con Shanks, pero... «eres solo una carga, no me sirves así».

Luego llegaba aquella promesa que siempre escuchaba, pero nunca era cumplida, venir por mí, iré por ti, regresare por ti... promesas vacías, es por eso por lo que, no podía aceptar la promesa de Zoro, no confió mucho en esa palabra cuando viene de otras personas, solo transacciones y tratos, en mi mente, vino su rostro cubierto de pecas y su nuevo sombrero.

Solo no desconfió de su palabra.