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El mundo nunca es lo que esperamos. Y Chiara, una chica normalmente organizada...
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El equipo semi-adulto se encontraba corriendo a más no poder, tratando de pasar la nave dorada se reducía a un segundo sol sobre la Tierra. Al cruzarse en su camino el río artificial que planeaban evitar. La intervención los llevó a detenerse para poder pensar en un nuevo plan. Fue entonces que por la cabeza de Ángela se pasó una idea: si Chiara podía crear mapas, por qué ella no podría viajar por el agua. Desde ese punto, se notaba que el río entraba en el territorio del Pentágono. Todo cuadraba de maravilla.
—Por aquí—anunció señalando el agua.
Los demás la siguieron hasta la orilla donde la vieron crear una especie de submarino hecho de agua, el cual infló con oxígeno.
—Cambio de planes—dijo—. Entraremos por atrás.
Con solo un chasquido de dedos la joven abre una compuerta para que todos entren en su interior. Una vez dentro Ángela adviertió:
—Agárrense de algo porque esto va muy rápido.
—Es una buena forma de usar el imperium de agua—felicitó Nill sin poder dejar de ver el lugar.
—Espera—interfirió apresurado Dimitry—¿Agarrarse de qué? Esto es agu...—Terminó su frase con un fuerte grito al arrancar los motores.
No tardaron en alcanzar la nave de Domina, por lo que pronto ambas empezaron a competir para llegar primero al cuartel. Si bien el trayecto no era largo, se hacía eterno al tener sus ojos puestos en el cielo, y aún más al perder de vista a Domina.
—¡Hay que ir más rápido!—ordenó Kilian.
Entonces, Ángela puso todo su empeño en hacer que la nave fuera más rápido que las mismas corrientes de agua.
—¿Alguien puede verla?—preguntó Chiara totalmente preocupada porque su madre llegase antes.
—Ya vamos a llegar. Sujétense—informó la de cabello corto antes de que la nave frenara tan bruscamente que tiró a todos, uno sobre el otro.
El grupo bajó lo más rápido que pudo y corrió hasta llegar a las puertas traseras del enorme edifico donde un soldado los detuvo diciendo:
—Stop! Who...?—Sin embargo, Kilian lo interrumpió de inmediato.
— I am Gaiska Milos Kilian Zigor, prince of Tenebis, and we need the arcano imperium, now!
El solo rió, tomó su radio y dictó el número: 512.6 ap. Les hizo una seña de paciencia y a los cinco minutos otro hombre de uniforme, de un rango superior—evidente por las medallas en su ropa—llegó por la enorme puerta de hierro. Este vio de arriba a abajo a los jóvenes y dijo en un tono serio y autoritario:
—The Queen of Tenebis has already arrived and told us about the usurpers who seek the arcano imperium.
—¿Qué está diciendo?—gritó Dimitry estresado—Nunca he sido bueno con los idiomas.