Capitulo XXII

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Shadia

- Recuerda comer tus verduras, y abrigarte bien si sales, se buen chico - una lagrima rodo mi mejilla, no quería dejarlo ir, pero debía.

- Mama me averguenzas - sus mejillas rojas me hicieron notar que me había extremado solo un poco.

- Eres mi bebe, siempre voy a avergonzarte - bese su mejilla.

- Ya no soy un niño mamá, no tengo 6 años - su rostro enojado y sus brazos cruzados sobre su pecho solo lo hicieron más adorable.

- Solo tienes 7 - comentó un gracioso Kenneth, y el sonrio.

- Cuida a esta señora, sino y aunque seas su esposo dormirás en el sofá - una carcajada brotó de mis entrañas, ¿Que podia ser mas tierno que mi hijo amenazando a mi esposo? - Regresen por mi, los extrañare - la forma en la que abrazo mis piernas solo hacia que quisiera quedarme con el por siempre, pero sabía que era momento de despedirnos.

- Solo será un mes Kyle, de seguro ni nos extrañaras, eres un príncipe y tendrás demasiadas responsabilidades como para darte cuenta que no estamos - Kenneth revolvió su cabello y dejo un beso en su frente - Además, siempre que nos extrañes puedes llamarnos - tome a mi hijo de la mano y lo deje con sus cosas al lado de sus abuelos, los duques.

- Estará bien, querida, disfruten su luna de miel - la señora Gilles no era tan bruja como pensaba. Al final solo era una madre que se había equivocado y que por lo mismo había cometido aún más errores.

- Lo haré, gracias - con una constante agitación de manos se fueron por las puertas de embarque. Quise ir con el pero las manos en mi cintura me detuvieron.

- Estará bien, es un chico inteligente y siempre que lo extrañes podemos suspender nuestra luna de miel e ir por el - me deje abrazar por el hombre tras mi. Mi esposo.

- ¿Puedes creer que he casado contigo? - comente de forma graciosa tratando de dejar de lado mi melancolía, era mi bebe, pero sabia que tenia que dejarlo crecer, debía conocer a sus abuelos más, y convivir con su padre, si bien Michell era un idiota, al menos después de escuchar que un niño de 6 años lo comprendía. Empezó a acercarse mas el, a conocerlo e incluso podría decir que a ser un buen papá.

- Lo dices como si fuera algo imposible de creer - rei. 

- Es que eras un gruñón - nos dirigimos al coche - Hace unos meses me hiciste ordenar en pocas horas un montón de documentos - el abrió la puerta y me observo haciéndose el enojado.

- Estaba celoso, ya te lo dije - volví a reir - Pero que me dices a mi, he tenido que domar a la bestia - le saque la lengua - Shadia...

- Vale, vale, pero ni era una gruñona, eras tu quien no dejaba de pulular alrededor de mi hijo, si solo te amenace con un cuchillo poco hice - enarque una ceja y sonreí.

- Y aun así, luego de amenazar a este pobre hombre con un cuchillo y casi partirme el rostro, me enamore de ti, y tu te casaste conmigo - sonreimos y el manejo fuera de la ciudad.

- Yo te pedí matrimonio - ambos reimos y observe el anillo en mi dedo anular.

- No puedo olvidar ese dia - dirijo mi rostro hacia él, su perfil sigue tan imponente como el dia que fuimos a comer comida Tailandesa.

- Kenneth, fue hace dos semanas.-

- Y aun asi, pienso que fue hace un minuto cuando te vi entrar con el vestido vestido blanco y la sonrisa más encantadora que he podido observar.-

Hace dos semanas...

Desde donde estaba podía ver a Kenneth caminar de un lado hacia otro. Era el hombre más impaciente que había conocido, se veía imponente vestido de azul marino al lado del padre que no dejaba de decirle cosas para que se calmara.

- Si lo dejas esperando 5 minutos mas subira aquí y vendrá el mismo por ti - la voz de una mujer me saca de mis pensamientos.

- ¿Lo dices por experiencia propia? - una muy embarazada Laurent me hizo notar su presencia.

- Recuerdas lo alarmante que fue que me llevara cargada al altar - sonrió, Nicolás, su esposo, era todo menos el tipo más paciente del mundo, Laurent como toda novia se había hecho esperar demasiado y él había ido por ella a la habitación donde se preparaba. Ella le había prometido que lo golpearía cuando sacaran a su hijo de su vientre y nadie lo dudo.

- Es hora - la voz de Will se escuchó al otro lado de la puerta, el ayudará a Laurent a bajar las escaleras ya que Nicolás acompañaba a mi futuro esposo en el altar improvisado que había organizado el señor Rosberg.

Al bajar mi padre me tomó del brazo. 

- Aún puedes escapar - su susurro me hizo reír levemente. 

- No lo haré - le respondí.

- Lo se - al levantar la vista lo veo detenido y observandome. Su sonrisa y su mirada impaciente acompañada de las lágrimas me hicieron sentir la mujer más afortunada del mundo.

- ¿Dejaras de llorar o debo golpearte? - la desesperación en las palabras de Laurent me hicieron reir. Esa mujer nunca cambiaría.

Tomo mis manos y no puedo evitar halar de mi y besarme.

- ¡Eso es al final Jacobs! - Nicolas trataba de controlar a su esposa. Y yo me separe de él frente a la mirada atónita del padre.

- Ya puede empezar - susurre ante el anonadamiento de Kenneth.

Las palabras del padre se desvanecieron al mirar sus ojos. No habia nada mas perfecto y tierno que ver a un hombre deshecho en lágrimas de amor por ti.

- Shadia... - el susurro de Bonnie tras mi me hizo volver a la realidad - Que si aceptas - volvió a susurrar.

- Si acepto - la felicidad de mi corazón hizo que la vergüenza del momento desapareciera.

- Y tu Kenneth Jacobs ¿Aceptas a Shadia Anderson como tu futura esposa, en la alegría y en la tristeza, en lo prospero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte los separe? - Las palabras no salían de su boca.

- Acepto eso y mas, Shadia Anderson - tomó mis manos - No soy el hombre perfecto, pero prometo ser mejor cada dia, por ti, por nuestros hijos y por los que vendrán, prometo amarte incluso después de la muerte, porque mi alma vagaba por este mundo hasta que entraste por la puerte de mi oficina, y aun con mi torpeza y mis equivocaciones me demostraste que en ocasiones debemos estar vacíos para encontrar el complemento perfecto y ese para mi eres tu - las lagrimas no dejaban de salir de mis ojos, agradecia que el maquillaje fuera a prueba de agua porque de lo contrario, frente a la declaración de amor más hermosa que haya presenciado - Porque vi mi vida en tus ojos el dia que me prometiste matrimonio y cada dia que paso a tu lado me es mas imposible pensar en un mañana sin ti - no soporte mas y ni espere a que el padre nos declarara marido y mujer para lanzarme a sus brazos y besar sus labios.

De fondo solo podía escuchar los aplausos y alguna que otra mujer llorando, y nada mas. Porque despues de el nada mas que mi hijo importaba 

Presente

- ¿Recuerdas lo que dijo el padre? - pregunte algo divertida, y con los ojos llorosos.

- Nicolas dijo algo acerca de que solo balbuceaba "Estos chicos de ahora, ni siquiera respetan el procedimiento a seguir" - ambos reímos antes de que el aparcara el coche en la solitaria casa en la costa.

Observe como se veia todo el lugar mientras el llegaba a mi lado. Senti como me elevaba del suelo. 

- ¿Que haces? - rei, era lo unico que podria hacer.

- Pues, empezar mi luna de miel como manda la ley.-



Encantando a la Bestia - COMPLETA (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora