Capitulo 15

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Thalia's POV

Que buena fiesta… Aunque sinceramente no recordaba ciertas partes, o demasiados detalles de lo que pasó. Sin duda había tomado un poco de más, y de a ratos pasaban por mi mente como adelantos de una película, flashbacks de lo sucedido. El tema es que había resultado casi imposible aguantar los nervios, todos estábamos asustados por lo que pasaría y disfrutando del cumpleaños al mismo tiempo y a juzgar por el fuerte dolor de cabeza que padecía, sí que me había tomado en serio lo de pasarla bien. 

Me reincorporé lentamente en la cama, sostuve mi cabeza en mis rodillas por unos minutos y luego pegué un salto para ducharme, vestirme, bajar a desayunar e intentar disimular la resaca los más que pudiese. En la cocina me encontré con los rostros sonrientes de mis amigas que hablaban mientras miraban fotos. Me paré detrás de ellas y estiré el cuello para espiar en silencio pero justo Elizabeth se rió y echo la cabeza para atrás dándome un golpe en la frente.

—Perdón Thaly ¿Estás bien?—dijo todavía riendo un poco por el comentario que había hecho antes.

—No hay nada que se pueda salvar acá adentro, no te preocupes.—dije riendo y no pude evitar agarrar mi cabeza con fuerza, fue apenas un golpecito. Pero me sacudió todas las ideas que de por sí ya se encontraban borrosas.—¿Qué miraban?

—Fotos de la fiesta. Si que la pasamos bien, mira esto.—Jessica me extendió la cámara y pude ver algunas fotos de nosotras tres haciendo caras graciosas, o bailando de forma rara.

—Estuvo genial.—sonreí y estiré la mano para alcanzar un vaso, servirme jugo y tomar algo para el dolor de cabeza.—Pero... ¿Saben que fue lo mejor? Que en toda la noche no tuvimos que cruzarnos con el pesado de Miles…—la expresión alegre que mis amigas tenían hace un momento cambió bruscamente. Revelaban ahora una cierta preocupación y permanecieron serias mirándose una a la otra.

—¿Cuánto bebiste Thalia?—inquirió Eli.

—¿Tanto se nota? No mucho, lo suficiente para bajar la ansiedad.

—Miles si vino, no podía faltar y molestarnos un rato. Me trajo un regalo con una nota amenazante, casi se pelean con Jev en el medio de la fiesta y discutió con Elizabeth.—me recordó Jess.

—Parecía todo demasiado bueno ¿No?—respiré hondo.—¿Qué es lo que te trajo?

—No tiene importancia, lo tiré bien lejos. No quiero nada de ese loco.

—Podría buscarse alguien más para molestar—dijo Eli.—No veo la hora en que desaparezca de nuestras vidas de una vez por todas.

—No estas hablando de matarlo ¿No?—curioseé. Eli parecía seria con lo que decía, empezó a desayunar y no me respondió.—Seguro tiene que haber una forma de que nos deje en paz sin necesidad de matarlo.

—¿Te gusta Miles o qué? ¿Se te olvidó lo que nos hizo y lo que planea hacernos?

—No me interesa Miles.—rode los ojos.—Solo que...—no sabía que contestar.—Seguro hay otra forma, eso es todo.

Terminamos nuestro desayuno en paz. No empezamos a pelear como hubiera sucedido en otro momento y solo nos dedicamos a hacer comentarios sobre el cumpleaños de Jess. Quien casualmente tenía a un costado de donde estaba sentada el celular que le habíamos regalado con Eli. Sin leer el manual, como todos los adolescentes, ya conocía como funcionaba casi todo y nos enseñó algunos trucos que descubrió. No realizamos la misma demostración con la computadora ya que no la teníamos a mano, y encima mi celular sonaba para interrumpirnos. 

Era Jana, quien me preguntaba si estaba interesada en pasar por su casa un rato y luego almorzar. 

—Ok, chicas. Me voy.—dije guardando el celular.—Ah Jess ¿No me prestarías tus auriculares? Es que no encuentro los míos por ningún lado…—ella asintió con la cabeza y la seguí hasta su habitación. Cuando entramos se agachó y revolvió en los cajones de su mesita de luz. Entretanto me quedé mirando algo sobre la cama que brillaba con bastante intensidad, estiré la mano para agarrarlo y lo admire por un ratito, que lindo artefacto.

Te amaré eternamente (UAD 2ª parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora