Capitulo 9

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Elizabeth's POV

La cuenta regresiva para el día del cumpleaños de Jessie había iniciado, no sabíamos lo que ese maldito psicópata haría una vez el día llegara, de lo que estaba segura es que el no vendría precisamente a tocar nuestra puerta con un regalo en manos para felicitarla, necesitábamos estar preparados.


No acostumbraba deprimirme ni estar decaída, normalmente estaría intentando hacer cualquier cosa para distraerme pero no… ahora me encontraba tocando el piano en un atardecer opaco, el clima de esta ciudad era bastante deprimente también, lo que no ayudaba a mi estado de ánimo, el maullar del gatito que me había encontrado hace dos días en la calle me hicieron salir de mis pensamientos, inclinándome le acaricie atrás de la oreja y su ronroneo me indico que le gustaba el tacto, le puse el nombre de Botitas puesto que era blanco con manchas color negras en todas las patitas.

Los acontecimientos estaban afectándome demasiado, estaba descuidando mi salud y disminuyendo mi estado emocional, y esos malditos sueños que no me dejan tranquila, no quería comentarlo con nadie, suficientes problemas tenían encima como para molestarlos con estas tonterías, gracias a Dios que mis padres se mantenían casi todo el día fuera, mi padre en el hospital y mamá junto con la alcaldesa Lockwood, al parecer ambas estudiaron juntas y son muy buenas amigas lo que me pone contenta, no quisiera preocuparlos.

Los Mikaelson no respondían a mis llamadas, no tenía idea de lo que ocurría, aquella noche en la que Miles había aparecido en mi casa llame a Rebekah y les conté sobre lo sucedido pero me dijo que por ahora no podían volver a la ciudad por asuntos de seguridad, no sabía a lo que se referían y tampoco les pregunte, lo último que quiero es ser una carga para ellos… ser un estorbo para todos.

La casa estaba silenciosa, Botitas se había desaparecido de mi campo de visión y solo se oían las tristes notas que tocaba, Jessica debe estar junto con Stefan, este no se separaba de ella en ningún momento, no sé si ya habían resuelto sus diferencias pero estaban mas juntos que nunca, Thaly quizá estaba en algún lugar con Jeremy, eran tal para cual, mis amigas con sus respectivos novios, ambas tenían mucha suerte.

Suspire resignada y deje de tocar el piano, me levante del banquito y me dirigí a la cocina, quería terminarme todo el helado que había en la nevera, pero para mi mala suerte solo había un pote de granizado ¿Quién se habrá tomado el de chocolate? Molesta con la insolencia de quien sea quien haya sido capaz de tomarlo sin decirme aun sabiendo que yo no tomo uno sin el otro, decidí preparar algo de comer, hasta yo podía hacer un omelet decente, una vez termine de batir el huevo lo vertí en el sartén junto a otros ingredientes ¿de verdad así se preparaba un omelet? Había visto la preparación cuando Jess o mi mamá lo preparaban pero sinceramente no estaba segura de que hubiera seguido todos los pasos… el sonido del teléfono me saco de mis pensamientos, corrí descalza hasta alcanzar el bendito aparato que reposaba en una elegante mesita de madera tallada justo al lado de uno de los ventanales.

//-Bueno?- conteste, entonces imágenes borrosas se apoderaron de mi cabeza, me vi a mi misma de espaldas con el teléfono en las manos//

¿Qué diablos había sido eso? Asustada colgué el teléfono aturdida por el fuerte dolor de cabeza que me tomó de golpe y un escalofrió recorrió mi nuca, como si estuviera siendo vigilada de cerca, voltee hacia la ventana pero no había nada, entonces solté las cortinas y luego de meditarlo unos segundos me dispuse a tomar un baño, al ingresar en mi recamara no pude evitar reír un poco, Botitas se encontraba durmiendo en mi cama a sus anchas.

Al cabo de 15 minutos totalmente ensimismada pensando en Damon un fuerte aroma a quemado invadió mis fosas nasales.

-EL OMELET!- exclame de pronto, había olvidado absolutamente que deje la cocina encendida, en tiempo record, cerré la llave de la ducha, envolví mi cuerpo en una diminuta toalla, descalza y con el cuerpo totalmente chorreando descendí las escaleras a toda velocidad, solté un grito del susto, las cortinas estaban en llamas! Olvide completamente doblarlas cuando encendí la cocina.

Volví sobre mis pasos y del closet próximo a las escaleras tome el extintor de incendios ¿Qué tipo de fuego era este? No se apagaba y el contenido del extinguidor ya se estaba terminando, comencé a toser cuando el humo invadió mis pulmones, entonces nuevamente me vi a mi misma en la cocina, en la misma posición en la que me encontraba ¿Qué estaba pasando conmigo? Era como si estuviera viendo a través de los ojos de alguien más, oí a alguien llegar rápidamente junto a mí pero aun estaba demasiado atontada como para mirar.

-¿Pero que demonios paso?- alce la vista lentamente y mis ojos se toparon con aquellos par de perlas claramente azules, no sé si había sido mi imaginación pero las llamas cesaron en el momento en el que él ingresó a la cocina y ahora solo quedaban las cenizas y el olor desagradable.

-Damon…- llame cuando el paso a mi lado y sin temor de ser quemado abrió las ventanas para que el humo saliera, volteo hacia mí y quedo parado justo a dos pasos de distancia.

-¿Intentabas matarte?- me pregunto con tono severo, al parecer lo preocupe.

-Es que... olvide que dejé la cocina encendida- respondí bajando el extintor sobre la mesa.

-Eres tan descuidada ¿Estas bien?- interrogó desinteresadamente mientras tiraba los restos de la antes costosa cortina.

-Sí, estaba tomando una ducha cuando me acordé- le dije estirando la toalla pero internamente me di un golpe, no se haría mas larga por estirarla.

-Ok- nuevamente paso a mi lado y cuando me di cuenta que se disponía a irse sin ser casi consciente lo tome del brazo y el volteo hacia mi sorprendido, y no me sorprendía ya que desde que habíamos discutido fueron contadas veces las que establecimos contacto físico.

-¿Podrías… podrías quedarte hasta que llegue Jess o Thaly?- pregunte tímidamente.

-Lo siento, tengo un compromiso justo en unos minutos, puedes llamarlas por teléfono para que se apresuren en llegar- me dijo totalmente indiferente, y así se ha venido comportando desde hace un tiempo y no es que no me lo mereciera.

-¿Con Megan?- pregunté entre dientes, oh si, ellos dos han estado muy unidos últimamente.

-¿Te sientes mal o algo?- preguntó con algo de molestia, guarde silencio absoluto, me merecía la forma tosca y grosera con la que me trataba.


-Bueno es que… algo raro esta pasándome y…- no podía decirle que veía cosas en mi mente, como si estuviera viendo mi propio reflejo desde los ojos de alguien más.

En vista de que no agregaba nada más soltó un bufido y preguntó.

-¿Realmente necesitas que me quede a cuidarte?- su pregunta vino acompañada de dudas, dudaba si quedarse o no ¿estaría preocupado?

-No, puedes irte y gracias por haber venido- dije agachando la cabeza y apretando los puños a mis costados, por más que mi corazón me gritara que le pidiera que se quedara a mi lado, no quería ser un estorbo para él.

-De nada- y así como apareció, se fue.

Me merecía ese trato, me lo merecía, yo lo había tratado igual o peor, me pasé la mano entre mis cabellos llevándolo hacia atrás, las gotas seguían cayendo ya que ni siquiera me dio tiempo de secarme al salir disparada del baño para venir a apagar el “incendio” y recordando ese suceso, esas llamas no eran normales, estas parecieron aumentar y no disminuir.

El llanto desesperado de Botitas me saco de mis pensamientos, parecía estar siendo torturado o algo así a juzgar por la forma en la que maullaba sin parar, entonces apresuradamente subí las escaleras a lo que dieron mis piernas pero segundos mas tarde el silencio se instaló en la casa.

Al doblar el pasillo que me conduciría a mi habitación ya no estaba tan segura de querer ir a averiguar lo que pasaba, mis manos comenzaron a temblarme de la nada y mis latidos iban en aumento de acorde me aproximaba a la puerta que se encontraba entreabierta.

-B-Botitas- llamé tartamudeando, coloqué una mano sobre la puerta y lentamente la fui abriendo pero la oscuridad me impedía ver ¿a que hora había apagado la luz y cerrado las cortinas?

Ingresé con pasos titubeantes tanteando la pared para encontrar el interruptor, sentí algo tibio empapar mi mano, mis pies, y cuando por fin di con la llave la oprimí, di un paso en falso y caí ruidosamente de cara al suelo después de haber resbalado por alguna sustancia regada en el piso, la vista se me fue aclarando lentamente y entonces pude ver claramente lo que bañaba mis manos, mis pies y ahora gran parte de mi cuerpo, un liquido rojo y espeso.

Lentamente fui levantando la vista y no pude evitar que un grito desgarrador se abriera paso en mi garganta desde lo mas profundo de mi ser, las paredes de mi habitación estaban teñidas de sangre y a menos de un metro de distancia de mi rostro estaba el cuerpo inerte y desgarrado del gatito que andaba buscando, mi vista quedo puesta con los ojos desorbitados sobre las blancas sabanas ensangrentadas de mi cama.

EL DÍA SE ACERCA, JESSICA.

Eso era lo que estaba escrito, a duras penas y luchando para no perder el conocimiento conseguí levantarme del piso, logré tomar mi celular y me sorprendió que pudiera mantenerme de pie ya que me encontraba temblando de pies a cabeza, caminé fuera de mi habitación pero cuando doble la esquina e iba a alcanzar las escaleras sentí mis piernas flaquear entonces me apoye a la pared y me deje resbalar hasta quedar sentada. Disque el primer número que me salió.

//-¿Qué sucede? - no podía siquiera pronunciar palabra – ¿Elizabeth?- insistió ante mi silencio.

-Por favor…- las lagrimas se precipitaron a aparecer, la voz me salió temblorosa ya que sentía que tenía un nudo en la garganta –Ven, te lo r-ruego p-por favor- suplique en un susurro ahogado, la comunicación se corto y entonces no pude evitar comenzar a llorar.//

Damon me odiaba, ahora lo tenía claro, no le importaba lo que me sucedía, abrace mis piernas y escondí mi rostro entre mis rodillas quedando en posición fetal, no sé cuánto tiempo habrá transcurrido, tal vez fueron segundo, o minutos, quizá horas cuando oí la puerta de la entrada ser abierta y varias voces llegaron a mis oídos.

-La buscaré en el patio trasero- escuche decir a Damon con tono desesperado.

Te amaré eternamente (UAD 2ª parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora