Capitulo 23

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Thalia's POV

  Caminaba de un lado al otro, llevaba ya un buen rato dando vueltas en la habitación del Salvatore mayor. Él mismo me había encerrado ahí para que dejara de molestar... Parecía que no comprendía el hecho de que era la vida de mi amiga la que estaba en juego. Pero él y su hermano tenían que entrar en su papel de "guardianes de la bahía" y creerse los superhéroes del día. Así que, todavía no entiendo como lo lograron, pero allí estaba, atrapada entre cuatro paredes, hablando sola y tirando todo lo que estuviera a mi paso. 

El recuerdo de aquella escena se proyectaba en mi mente incesante, remarcando aquella furia. Ese enojo desmesurado que como era de esperarse, no podía terminar bien. Los ojos de Elizabeth, completamente oscuros, parecían un eclipse, se perdían fácilmente en la oscuridad que la envolvía. Lo que sucedió después, ocurrió demasiado rápido. Jessica se encontraba tendida en el piso, con el cabello castaño enmarañado y unos enormes ojos amarronados que se iban apagando lentamente. 

¿Quién podría haberse esperado ese final? En los últimos días, habíamos permanecido distanciadas, como si un muro de Berlín se encontrara alzado entre nosotras. Los escasos momentos en que estábamos las tres juntas, casi siempre en el Instituto, terminábamos siempre por reprocharnos todo, nos ocultábamos cosas, y ninguna quería afrontarlo o sentir culpa... Por eso existía la distancia. Llegar al punto de ya no querer vernos me rompía el corazón, a pesar de pasar más tiempo con Jana, Bonnie o Jeremy jamás me había sentido en tanta soledad. Y cuando imaginé que ya no podíamos estar más sobre la cuerda floja, las cosas se tornaron mucho peor.  

  Ahora tenía un poco de miedo, si las personas en las que deposité mi confianza tantos años finalizaban así las discusiones, era mejor permanecer callada. Nuestra amistad no podía seguir así, pero tampoco se podía acabar de esta manera. Cubrí mi rostro con las manos, odiaba esta faceta de debilidad, de dependencia, de no tener lo necesario para ayudar en nada y solo observar como las cosas suceden. La furia me invadió. No podía seguir ahí adentro un minuto más.  


Me aproximé para quedar a solo unos pasos de la puerta, comencé a gritar que me sacaran de allí, no hubo respuesta. Golpee la puerta, puñetazos y patadas no le provocaron ni un rasguño a la maciza madera de roble. Se me aceleraba el pulso, cualquier objeto que estuviera a mí alrededor en ese momento, de pronto se convertía en algo casi tan vital como respirar. Todo elemento que fuera lo suficientemente pesado o consiste, lo utilice en un fallido intento por derribar la puerta.

Recorrí nuevamente toda la habitación con la mirada. En una esquina, cerca de la ventana Damon tenía una repisa, y una daga reposaba allí gritando mi nombre. La tomé sin pensarlo; sabía perfectamente que no lograría nada con tal insignificante arma, pero era consciente de que si lograba provocar el mayor daño posible a la madera, eso me daría una oportunidad. Estaba enojada, quería desesperadamente liberarme. Acuchille sin importarme nada la puerta, recordando todo lo malo que habíamos vivido desde que llegamos a Mystic Falls. Miles, ángeles, demonios, brujas. Y teniendo también presente lo bueno. Amor, amistad. Rebuscando en aquello último, la esperanza de que algo mejor se cruzara en nuestro destino.  

  Luego de un rato me sentía cansada, sin embargo, aún me abundaba la ira y la impotencia. Casi como un efecto reflejo deje la daga a un costado y me acerque hasta la estantería que Damon tenía a un costado de su habitación, tire todo lo que se encontraba allí arriba, en su mayoría, libros. Algunos quedaron desparramados en mis pies, otros los avente por la habitación, provocando que lo que se cruzara en la trayectoria también cayera. 
En medio del caos, oí un leve chirrido. La puerta se abría, me detuve un momento esperando a ver quien entraba. Lo esperaba "tranquilamente" con el libro más grande que poseía a mi alcance. En cuanto la persona se acercó más ya había tomado fuerza suficiente para arrojárselo.

-¡Espera, Espera! Soy yo.

-Jeremy- suspiré aliviada, y arrojé el libro a un costado. Me acerque a él con la intención de abrazarlo, pero cuando el cerró la puerta tras de sí me detuve y me cruce de brazos. -¿Vas a dejarme aquí?

-Creo que podrías quedarte un rato más. Te sienta bien el encierro- dijo observando a su alrededor.

-Necesito ver a Jessica, y si tengo que pasar por arriba tuyo, no dudes que lo haré- le reproché.

-Hey- tomó mi rostro entre sus manos con delicadeza. -Cálmate un poco. Solo bromeaba- con una sonrisa agregó.- Jessica esta bien. Esta viva- Los músculos se me aflojaron al escuchar lo último.

Respire hondo y me senté en el piso, en medio del remolino de hojas. 

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⏰ Última actualización: Aug 12, 2016 ⏰

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Te amaré eternamente (UAD 2ª parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora