Capitulo 18

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Jessica's POV


Si bien me encontraba mucho más tranquila que la semana anterior, el hecho de que ese maldito reloj siga apareciendo una y otra vez me ponía los pelos de punta... Lo había hecho volar el día de la fiesta, lo pise con el auto hasta hacerlo polvo, lo queme y hasta lo arrojé por el río; pero cada vez que regresaba mi habitación, allí estaba otra vez. Todos me han dicho que lo guarde, que así podría saber cuando Miles vendrá por mí, pero no quiero hacer eso... Si lo guardo, terminaré enloqueciendo, mirando cada cinco segundos cuanta arena queda. No quiero ser una psicópata obsesionada por su maldito regalo.

La jornada escolar del día de hoy me había dejado agotada. Para mi "buena suerte", en la clase de Anatomía nos sorprendieron con un examen, para el que admito no haber estudiado demasiado... Con todas las preocupaciones que tenía, no se me había ocurrido tocar los libros de la escuela, pero esa no era una excusa que pudiera usar con el profesor... "Vera usted, no pude estudiar porque un demonio trastornado quiere sacrificarme en un ritual, y como cumplí dieciocho años, pensé que me vendría a matar ahora..." No, definitivamente no era algo que pudiera usar como excusa, al menos no sin terminar en un cuarto acolchado, con un chaleco de fuerza.

Por suerte, compartía la clase con Stefan, quien me soplo todas las respuestas. Lo sé, sé que no está bien copiar, pero realmente iba a deprimirme si conseguía un aplazo por el estúpido de Miles.

Casi llegábamos a la casa, luego de dejar a Eli en casa de los Mikaelson. Después de su pelea con Damon, ella hacía todo lo posible para alejarse de él, y a pesar de que no me gustaba que este tan lejos, la entendía. Aunque lo que no entendía era el motivo, ni ella ni Damon decían nada al respecto. Al menos, estábamos conectadas las veinticuatro horas el día, mensajeandonos, diciendo tonterías, como si estuviéramos las tres juntas.

Allison y Jensen habían salido de la ciudad, para una convención de médicos o algo así, lo que nos facilitaba mucho el hecho de las explicaciones. Solo debíamos decir que Eli estaba durmiendo, bañándose, en casa de Elena o cosas así cada vez que ellos llamaban, y luego telefoneábamos a Lizzy para que ella les devuelva el llamado a sus padres.

-¿Me puedes llevar a casa de Jer?- preguntó Thalia, de pronto, como si se hubiera olvidado completamente de eso.

-Humm, claro. Tendré que dar la vuelta...- maniobré con cuidado, esquivando algún que otro auto que pasaba. Por suerte, solo habíamos pasado unas pocas cuadras.

-Gracias, Jess. Te debo una...- me saludó Thaly, bajando del auto.

-No te preocupes, no fue nada...

Emprendí sola el viaje de regreso. Subí el volumen a la música, y pisé el acelerador. Por mucho que Miles dijera que no iba a llevarme hasta el momento que la arena se acabe, no confiaba en que no fuera a hacer algún movimiento, como volcar mi coche o algo por el estilo, puesto que no moriría por algo como eso.

Mis pulsaciones se calmaron muchísimo una vez que estuve en casa. Últimamente, se elevaban muchísimo cuando me sentía amenazada, llevando esa especie de adrenalina a cada parte de mi cuerpo. Mi teoría era que todo eso era producto de mis nuevos "poderes", aunque sería genial aprender a controlarlo. Todos los días, me sentaba en el patio a "meditar", intentando sacarlos por mi propia voluntad, pero había logrado muy pocos progresos.

Bonnie me había ofrecido su ayuda, creía que nuestros poderes eran algo similares, que quizás ella pudiera ayudarme a controlarlos... Aunque la gran diferencia era que ella usaba hechizos y cosas así para manejarlos, y yo no tenía nada de eso.

Después de beber un vaso de jugo de naranja, decidí tomar un baño. Llené mi bañera, y eché un poco de todas las sales y aceites que pude encontrar en el cuarto de Elizabeth, las había dejado aquí, aunque no sabía si fue a drede o simplemente las olvidó.

Cerré los ojos, tratando de relajarme, me sentía completamente agotada. Mi mente comenzó a volar por los acontecimientos de los últimos días, analizando cada cosa con detalle, buscando un momento en especial... Y lo encontré...

<<-¿Te gustaría dormir conmigo esta noche?- me preguntó Stefan, cuando todos los invitados se habían retirado.

-Claro...- susurré. Sentía la urgencia de besarlo. Y al parecer, él sentía lo mismo.

Nuestros labios estaban unidos, se amoldaban perfectamente, moviéndose en sincronía. Era dulce, inevitable, perfecto.

-Voy a buscar unas cosas a mi cuarto, y podemos irnos. Ya quiero ver otra vez a Mezzanotte...- le dije a Stefan.

-Probablemente haya destrozado mi habitación...- añadió él, riendo. No lucía preocupado.

La habíamos dejado en casa de Stefan para que no se altere con la fiesta. Normalmente, los perritos pequeños se asustaban con los ruidos fuertes.

Te amaré eternamente (UAD 2ª parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora