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    —Hoy empezarás a darle flores a Saihara, ¿no? —te preguntó Hajime, tú asentiste, nerviosa—. ¿Cuál le darás?

    —No se la daré directamente... La dejaré en su asiento antes de que él llegue... —dijiste, apenada—. No soy capaz de dársela a la cara.

    —Está bien. Entiendo.

    —Le daré una Camelia Blanca, significa amor puro. Como el amor puro que le tengo a él —sonreíste—. También le hice una carta, en ella dice el significado de la flor.

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“Camelia Blanca: amor puro. Como el amor puro que te tengo a ti.

También significa inocencia perfecta, belleza perfecta, valor innato.

Y eso es lo que yo veo en ti, Shuichi Saihara.”

    El detective estaba estático en su asiento, ¿alguien sentía algo por él? No era posible, no se veía a él como alguien muy lindo.

    Tampoco se veía en un futuro con pareja, se creía lo suficientemente tímido como para eso.

    Y tampoco conocía a alguien de la Academia que sepa sobre flores. No tenía idea de quién podría ser.

    —Saihara-kun, ¿qué es eso? —la pianista se le acercó—. ¿Una flor? Ya veo. ¿Quién la dejó ahí?

    —N-No lo sé... También trae una carta... —Shuichi le extendió la carta a Akamatsu.

    A la rubia le brillaron los ojos al leerla.

    —¡Saihara-kun, le gustas a alguien! —exclamó, emocionada.

    —¡¿E-Eh?! ¿E-En serio...? Yo creo que es solo una broma... —murmuró el peliazul, escondiendo su mirada en su gorra.

    —Esto no se ve como una broma. Pocas personas saben sobre el lenguaje de las flores, y no creo que hagan bromas relacionado con eso —explicó la ojirosa.

    —Akamatsu-san, ¿conoces a alguien que sepa el lenguaje de las flores?

    La rubia pensó sus palabras antes de decirlas.

    —No.

    Claramente Kaede si conoce a alguien que sabe el lenguaje de las flores perfectamente, eres tú. Y por eso no te iba a revelar.

    —¿Estas segura?

    —Sí, no conozco a nadie.

    —... —Saihara guardó silencio.

    —Saihara-kun, ¿no estas feliz? —le preguntó la pianista.

    —¿Eh? ¿P-Por qué debería estarlo? —preguntó el detective confundido.

    —¡Le gustas a alguien! Deberías estar feliz por eso.

    El peliazul bajó la mirada, pero aún así sonrió.

    —Sí, estoy feliz.

ㅤfloresㅤ★ㅤshuichi saihara !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora