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A Yoongi le encantaba caminar por los pasillos del palacio, siempre la gente le daba una reverencia como si fuera importante, y le encantaba.

Salida con emoción a cada sirviente, los cuales sólo le regresan una sonrisa retirándose.

-Buenos días, príncipe, joven amo. - Yoongi saluda al guardia entusiasmado, entonces se le ocurre una idea.

- ¡Papi, quiero ser tu caballero!. - la noche pasada, Seokjin le leyó una historia donde una princesa con un largo pelo es rescatada, no por un caballero sino por un delincuente, pero él no quería ser un delincuente así que será un valiente caballero que protegerá a su papi.

Seokjin suelta una risita, muriendo de ternura.

-Claro, mi pequeño. - se apresura a tomarlo en brazos para ir a cambiarlo.

Le parecía una gran idea a Seokjin, tenía un sin fin de disfraces para el menor que aún no han tenido oportunidad de usar, hoy es el día.

Así Yoongi terminó con una armadura, claro que era de felpa, muy cómoda para Yoongi y una espada de plástico.

Seokjin estaba seguro de que nada malo le pasaría, además de que su ropa estuviera hecha de un material suave, no hay nada que le hiciera daño en el salón real, o al menos eso creía él.

-Protege a papi, pero se cuidadoso. - Yoongi aún no era muy bueno caminado, por lo que ser un caballero podía hacerlo lastimarse.

Cuando entra un sirviente a traer refrigerios o hacer sus tareas, Yoongi siempre los interroga apuntándolos con su espada, los sirvientes siempre tratan de no reírse, es muy adorable y gracioso como el chico intenta parecer rudo cuando parece un gatito.

Todo parecía ir bien, almorzarían en unos minutos, luego Yoongi seguiría con su papel de caballero, estaba seguro de que hoy era un día perfecto y sin contratiempos.

Pero nunca digas nunca.

Fue ahí cuando Seokjin pareció ver en cámara lenta, Yoongi corría mientras agitaba su espada con fuerza, de repente la espada sale volando, el menor por instinto de detiene y mira hacia dónde va su espada, pero choca contra un estante, y ahí fue cuando Seokjin se preguntó porque mierda tiene un estante de libros, si, lee pero no tanto como para tener uno, el estante se tambalea antes de que todos los libros de la parte superior cayeran encima de Yoongi.

Un grito agudo sale del pequeño, que solo atina a cubrirse cuando siente un golpe en su pobre ojo, se acurruca en el suelo, esperando que Seokjin lo saque de la avalancha de libros.

Seokjin jadea, no pensó que algo así pasaría. No se le paso por la mente siquiera.

- ¡Yoongi!. - los sollozos de Yoongi no tardan en llegar, el mayor retira los libros con rapidez, un guardia para este momento ya se acercó, pero fue recibido con un libro en su cara.

Una vez que quita los libros ve a Yoongi un libro golpeó justo en su ojo izquierdo, Yoongi nunca para de lastimarse, a ser lastimado, ¿es mala suerte acaso?.

-Mi bebé. - se apresura a sacarlo de ahí, quitando la mano de Yoongi de su ojo, si lo seguía frotando podría irritarlo o lastimarlo más. -Trae al doctor, y que quiten este estante. -ordena antes de irse.

Yoongi sollozo en su hombro, no pasó siquiera una semana desde que lo quemaron y ahora volvía a tener otro golpe.

Según el doctor no fue tan grave, le pusieron un parche y le dieron una pomada para aliviar la hinchazón y dolor.

-Ya está mi lindo bebé. - en medio del arrullo Yoongi logra ver su reflejo en el espejo, se ríe un poco antes de alejarse de Seokjin.

Sale de su regazo buscando con la mirada la espada que perdió al parecer un sirviente la trajo a la habitación, la toma y la levanta con felicidad.

- ¡Aquí está el pirata Yoongi!. - Si, Seokjin murio de ternura.

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Little Prince [BTS Little Space]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora