Little Prince [BTS Little Space]

✥13✥

El hecho de que Yoongi haya dejado de jugar es exasperante, sus juguetes se mantienen intactos cuando lo deja con ellos, se mantiene callado, a veces piensa que ni siquiera está respirando, para luego simplemente murmurar un "Ya me aburrí" o "¿Puedo tener abrazos?", y eso le está preocupando mucho.

Siempre sentía nudos en la garganta cuando Yoongi se acurrucaba contra sí mismo cada vez que alzaba la mano o siquiera la acercaba a su rostro.

Ese día era uno común de trabajo, como de costumbre Yoongi estaba a su lado, callado y jugando con un peluche.

-Yoongi, ¿Qué tal si vamos al pueblo?, iríamos a la dulcería, puedo cancelar mi horario.- Quiere a su bebé de regreso, maldito el día en el que siquiera pensó en tener una niñera.

-Lo que tú decidas esta bien, papi.- algo que también noto es que no le gusta elegir, y nunca dice que no, no hay excepciones.

A Seokjin no le gusto esa respuesta, así que con delicadeza lo acomoda en su regazo, lista para volver a preguntarle.

-¿Seguro? ¿No quieres hacer otra cosa?.- susurra delicadamente, y Yoongi susurra un "Lo que tú decidas" de nuevo.- Está bien, bebé, entonces iremos al pueblo.- abraza más fuerte al menor, de paso buscará a la familia del menor, no se le había ocurrido antes pero tal vez si convive con su familia se calme y olvide al menos un poco.

Resulta que nunca le pregunto a Yoongi siquiera el nombre de sus familiares, aunque el menor tampoco hablaba muchos es ellos.

Esta vez si llevo carruaje, y miraba por la ventana los locales, hasta que encontró la dulcería, le sonríe a Yoongi, pero el no lo ve está con la mirada gacha, la vista fija en sus muslo, suspira entristecido, ayudándolo a bajar del carruaje.

-Escoge los dulces que quieras, eres libre de tener todo lo que quieras.- Seokjin sonrío cuando vio la emoción en su rostro, podría jurar que vio sus ojos brillar.

Terminó escogiendo chocolates de todos los sabores, un sin fin de gomitas y una bolsa completa de paletas.

-Su majestad, encontramos a unos Min.- susurra el guardia, Seokjin asiente con emoción, pagando los dulces de Yoongi antes de regresar al carruaje.