Una "cita no cita"

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Tantas vestimentas tenia Emma en su gran clóset y aún así no sabe que usar, lo cual le hizo reflexionar...

"¡Nunca he tenido una cita!"

Su primera opción fue buscar en Pinterest algunos Outfits para salidas pero ninguno le convencía. Y lo peor de todo era que ni siquiera sabía a dónde Chris la llevaría.

"Quizás es solo una salida entre amigos" — Se repetía tratando de ignorar las últimas palabras que Chris le había dicho.

— ¡Dolores! — Llama a su sirvienta al no tener idea de que ponerse. Penso que quizás Dolores tendría mayor sentido de la moda para estas ocasiones.

— ¿En qué le sirvo? — Responde deprisa.

— ¿Sabe usted sobre moda? — Cuestiona con interés

— Supongo que aún tengo mis toques — bromea — Solia ser modelo cuando tenía su edad

— ¿Lo dice en serio? — Se asombra

— Por supuesto — Afirma —Pero un terrible huracan acabo con nuestra casa y tuvimos que mudarnos de ciudad.

— Lo lamento mucho — Se compadece — Pero quizás no sea tarde para poner en práctica su talento. Tengo una salida con un amigo y no tengo idea de que usar.

—Se.. refiere a... una cita? — Trata de aclarar.

— ¡No! — Niega rápidamente — Es solo un encuentro amistoso entre dos amigos.

— Otras cosas he escuchado sobre el chico que está allá abajo. No creo que sea su amigo. — Insiste

— Rumores... ¿Me ayudará a escoger?—  Cambia de tema

Dolores camina hacia el espacioso clóset que poseía Emma. Va descartando perchero por perchero y coloca las prendas que le llaman la atención en la cama.

Luego de 5 minutos en el clóset, finalmente llegó al Outfit perfecto para una "cita no cita"

Un vestido negro con flores rosas junto con un par de botas negras por las rodillas y para complementar, una chaqueta de tela jeans por encima del vestido.

— ¡Perfecto! — Dolores se halaga a si misma su estilo de moda — Ahora pruebatelo.

Emma entra al vestidor y se coloca cada una de las prendas junto con el collar que su madre le había obsequiado

— ¿Crees que estoy lista? — Pregunta insegura

— Estas más que lista — La mira con orgullo — Ahora baja que tu príncipe te espera

Emma entrecierra los ojos y le da una mirada de molestia

— Perdone — Dolores se corrige — Su amigo.

— Mucho mejor — Comenta — Por cierto, muchas gracias por ayudarme.

— Ese es mi trabajo.

Emma toma su reloj y desciende por las escaleras para luego salir al jardín donde Chris la esperaba sentado en uno de los bancos.

— Estoy lista — Enuncia frente a Chris con un leve tono nervioso

— Pensé que me dejarías plantado — Se levanta del banco y extiende su mano esperando que Emma tome de esta.

— No tomaré de tu mano — Responde al gesto fríamente — Pensaran que realmente eres mi prometido

— ¿Y ese no es el punto?

Emma voltea los ojos ironicamente y se da la vuelta para dirigirse a la puerta de salida. Las miradas de los empleados se posaban encima de Emma haciéndola sentir un poco incómoda.

Finalmente se encontraban en el auto de Chris donde hacia presencia el olor a coco que salía del aromatizante colgante en el espejo.

— ¿Y a dónde se supone que iremos? — Pregunta mientras admira las construcciones y tiendas de London a su paso.

— No te preocupes — Dice con los ojos en el volante

— La última vez que confíe en ti me tendiste una mala broma — Bromea

Chris recuerda el rostro asustado de Emma la noche anterior y ríe.

— Ya llegamos — Se detiene.

— ¿Una pista de patinaje en hielo? ¿En febrero? — Cuestiona confundida de que aún siga abierta. — En estos meses del año el hielo debería estar derretido.

A pesar de que era febrero, los días eran frescos y durante esas horas del día la temperatura bajaba y el sol se ocultaba haciendo que frías brisas transiten por aquella ciudad.

— Dato curioso — Enuncia Chris— No todas las pistas de hielo están hechas de hielo.

Emma frunce el ceño y no se encontraba muy inclinada a la idea de patinar sobre hielo por la única razón de que nunca había patinado.

— Aún no puedo caminar bien en tacones y me estas pidiendo que patine — Comenta saliendo del auto y cerrando la puerta

— Será divertido, yo tampoco se patinar — Responde

Ambos caminaron hacia el establecimiento donde se alojaba una pista de hielo sintetico. El lugar era cálido y el olor a navidad aun se sentía por las luces que colgaban en los faroles. Un techo de cristal se encontraba encima de sus cabezas dando paso a la luz natural y a la vista de un cielo nublado.

La pista  se encontraba rodeada de gradas donde las personas suelen disfrutar de competencias de hockey sobre hielo de vez en cuando.

Eran los únicos que se encontraban allá. Despues de todo, nada más se podría esperar de un jueves de febrero a horas de la tarde.

Chris paga las taquillas en la entrada para luego buscar los patines de su talla.

— No es tarde para ir a otro lugar — Sugiere tratando de convencer a Chris

— De hecho ya pagué — Afirma — Así que vamos a patinar — Dice con un tono positivo que genera cierta confianza en Emma

Ambos se dirigen a las gradas para colocarse sus patines pero Chris ata sus cordones mucho más rápido que Emma, quien tenía algunas complicaciones con sus patines.

— ¿Quieres que te ayude? — Pregunta Chris cortésmente

— Gracias, pero ya casi lo tengo — Miente.

Emma no tenía la mínima idea de cual patin iba a la izquierda o la derecha.

— Lo estas haciendo mal, déjame ayudarte — Comenta de manera dulce mientras se arrodilla al frente de ella.

Emma se rinde al ver el enredo en que se había metido.

Chris introdujo gentilmente los pies de Emma en cada uno de los patines y se aseguró de que no le molesten. Tomó cada uno de los cordones y los ató
lentamente

— Dime si te lastimo — Decía mientras amarraba los cordones.

Finalmente se levanta y extiende su mano invitando  a Emma a que lo acompañe a la pista.

— Chris, no se cómo patinar — Repite

— Descuida, yo te enseño

Cautivado por mi herenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora