La melodia final

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Ya han pasado 2 meses luego del suceso que definitivamente marcó la vida de Emma y Chris.

El chico había sido dado de alta unas dos semanas después de que fue internado.

Luego de que volvió a casa, se enfocó en seguir los pasos de la pintura lo cual siempre había anhelado.

Sus retratos y hermosos cuadros empezaron a circular por toda Inglaterra. El precio de estos eran altos debido a que Chris se había convertido en una de las figuras públicas más populares en el país.

Por otra parte, Emma había hecho que Brown's Industry llegara a uno de sus tiempos más prósperos desde su inauguración. Los ingresos de la empresa aumentaron de forma impresionante comparado con el hecho de que Emma no tenía ninguna previa experiencia en el área.

Era un sábado en el atardecer y juntos se encontraban en su habitación.

— Cariño, ¿recuerdas lo que me dijiste en nuestra primera cita? — Pregunta Chris mientras acaricia el pelo de Emma

—¿Cuando te dije que no sabia patinar? — Trata de adivinar la respuesta.

—No — Se ríe —Te pregunte sobre lo que te gustaba hacer y me dijiste que tocabas el violín

Emma recuerda aquel momento

—¡Oh! Tienes razón, ¿qué pasó con eso?

— Desde que me casé contigo nunca has tocado el violín. — Enuncia —Y el dia de nuestra cita te dije que me debías un concierto privado.

Emma río y bajo su mirada.

Era cierto, desde que se casaron no ha vuelto a tocar el instrumento por todas las cosas que habían pasado y por todos los deberes que cayeron sobre ella, haciendo que se olvidara de la existencia de su preciado violín.

— Está bien —Se levanta para buscar el instrumento.

Buscó la caja oculta, sacó el violín junto con su atril y se posicionó en frente de Chris.

—A continuación, Emma Brown nos mostrará su hermoso talento —Dice Chris entonando su voz como si fuera un presentador.

Emma se relajó y decidió tocar aquella melodía que le tocaba a su madre.

— Tocaré "Por Siempre", le solía tocar esto a mi madre.

— ¿Bromeas? — Chris se inclina hacia delante con sorpresa —Mi mamá siempre me la tocaba cuando era niño.

— Eso es una gran coincidencia- Enuncia con asombro.— Espero que te guste.

Emma sostuvo el violín entre su clavícula y la barbilla, relajo los hombros y con una posición natural empezó a pasar el arco por las cuerdas creando una melodía dulce y suave que hacía sentir a cualquiera que estaba en el cielo.

Y así mismo fue como la habitación se llenó de una vibra pacifica y llena de emociones al mismo tiempo donde ambos admiraban al otro.

Chris no dejaba de pensar en la gran decisión que había hecho al casarse con ella, y Emma agradecía a su padre quien le demostró que sí es posible enamorarse en 30 días.

FIN

Cautivado por mi herenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora