Un nuevo candidato

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Después de haber sido sacado de la mansión de Emma con armas apuntando a su cabeza, Chris camina con los ánimos por el suelo hacia su casa.

Su padre se encontraba en el mismo sillón de cuero de siempre junto al vino tinto que nunca se terminaba.

— Cuéntame hijo — Se gira hacia Chris — ¿Cómo va el plan?

— Ya no hay plan — Enuncia sin dirigirle la mirada

— ¿Por qué no? ¿A que te refieres? — Cuestiona con confusión

— Ya lo sabe todo

— Pero aún no es tarde — Se levanta del sillón dirigiéndose a Chris — Puedes convencerla y volverla a enamorar.

— No papá — Se niega — No volveré a engañarla, ella no merece esto.

— No me digas — Exclama fastidiado — Te enamoraste de ella, ¿verdad?

Chris no suelta ni una palabra haciendo que la pregunta se responda por sí sola.

— Mejor olvidemos todo esto, ¿si? — Propone Chris — No más planes, no más engaños.

— Estas hablando como un estúpido perdedor — Vuelve a su sillón con gestos de enojo.

— ¿Un qué?

— ¡Un estupido fracasado! — Repite furioso — Esta es tu última oportunidad para ser rico

— ¿Mi oportunidad o tu oportunidad? Ni siquiera me interesa ser rico.

— ¿Y entonces qué quieres ser? — Pregunta viéndolo a los ojos

— Qui... Quiero pintar, padre — Lo mira con firmeza.

— ¿Pintar? — Rie y aparta la mirada — Si eso es lo que quieres, prepárate para vivir en las calles.

Chris no tenía otra opción. Era seguir los codiciados planes de su padre y seguir lastimando a la chica que amaba o huir de él.

Ni siquiera le dirigió la palabra y subió a su habitación donde empezó su búsqueda de apartamentos en alquiler por la ciudad de Londres.

Otro martes ya en la tarde y Emma habia despertado con los ánimos al tope. Incluso ella misma se impresionaba de la manera en que ignoraba sus  problemas.

En unos minutos conocería a James personalmente. No tiene ni idea de cómo luce este chico o como la trataría, pero estaba segura que mejor que Chris si sería.

El timbre suena y se escuchan las voces masculinas en la sala principal. Al parecer su padre ya se encontraba conversando con James.

Por primera vez en su vida, Emma no se sentía tan nerviosa o ansiosa por lo que iría a suceder. Solo respiró profundo y bajó a la sala de estar donde James y su padre reían de algo que nunca llegó a saber.

— ¡Oh! — Harry se da cuenta de la llegada de Emma — Esta es la chica de la que te hablé — Le dice a James.

James abre sus ojos y sonríe inconscientemente. Se levanta del sofá y extiende su mano hacia Emma.

— Un gusto en conocerle. Mi nombre es James — Se presenta.

— Mucho gusto James — Aprieta su mano — Soy Emma.

La chica debía admitir que James no se veía nada mal. Al principio pensó que tendría el mismo físico que su padre quien ya conocía desde antes, pero se asombró al ver que no coincidían en ningún aspecto.

James tenía hermosos ojos con un ligero tono verde y sus pestañas eran más largas que las de Emma. Su pelo con toques dorados que le sentaba perfecto para evocar luminosidad a su apariencia. Su nariz perfilada y labios rosas hacían una combinación impecable.

Cautivado por mi herenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora