Llama a ese tal James

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Al día siguiente Emma enciende su teléfono con llamadas perdidas del chico que la traicionó anteriormente.

Había llorado bastante como para seguir haciéndolo, por lo que se convenció a sí misma y procuró que este lunes sería un paso de página.

No más Chris, no más citas, no más idiotas en su vida.

Se maquilla tratando de ocultar las ojeras y ojos hinchados que la podrían  delatar de haber llorado toda la noche.

Su calendario mostraba que hoy se cumplía una semana desde la noticia que alborotó su vida.

— Una semana desperdiciada — Murmura tachando el lunes en el calendario.

Baja al comedor con una sonrisa falsa y se sirve su desayuno. Dolores se da cuenta de que algo no andaba bien por la cantidad de maquillaje en su rostro.

— ¿Como le amanece señorita?

— Bien, todo bien — Afirma con signos de sarcasmo.

El mismo día pero en horas de la tarde, Chris estaba cansado de llamar a Emma sin obtener una respuesta. Solo podía imaginar lo peor de la situación.

"¿Y si ha sido secuestrada?"
"O quizás se descompuso su celular "
"¿Que tal si la han asaltado?"
"O solo no tiene internet"

Miles de posibilidades llegaban a su mente. Aunque nunca llegó a pensar que Emma ya sabía lo que su padre tramaba.

Dado que notaba que Emma no daba ninguna señal de vida, decidió pasar por la mansión a asegurarse de que todo esté andando bien.

Desafortunadamente, este no sabía lo que le esperaba.

Emma se encontraba en la mansión buscando cualquier alternativa para despejar su mente. Terminó  leyendo su libro favorito, "Romeo y Julieta".

Ni siquiera llegó a la página 2 del libro. Su mente se llenó  de recuerdos de la noche antepasada quitándole la concentración.  Quizás leer no era lo adecuado.

Busco en su clóset la gran caja negra donde guardaba sus cosas más preciadas. Vio las fotos de su madre que la hacían sentir nostálgica. Al lado estaba el primer diario que su padre le regaló a los 14 y en el fondo, su preciado violín.

Cuidadosamente levanta el violín y lo sujeta entre la barbilla y el hombro izquierdo. Con su mano derecha pasa el arco sobre las cuerdas creando una dulce melodía.

Los recuerdos de su madre pasaban por su mente pero en el fondo aún escuchaba la voz de Chris llamando su nombre. Cada vez tocaba más fuerte tratando de vencer esa voz en su cabeza pero nada funcionaba.

Los toques de la puerta la interrumpen.

—¡Señorita Emma, la buscan! — Dolores grita por el fuerte sonido del violin

Emma se detiene y mira por la ventana. Lo único que esperaba es que no sea Chris pero si lo era.

Bajó hacia el jardín con pasos ruidosos que mostraban como la furia hervía en su sangre.

— Sal de aquí — Ordena Emma señalando la puerta principal

— ¿Qué? Vine a ver si te encontrabas bien. No respondes mis llamadas. — Responde confundido

— Chris, te pido por el amor de Dios que salgas de aquí — Sube el volumen de la voz.

— No entiendo, ¿de qué hablas?

— ¡Aghh! — Suspira — Deja de fingir que no sabes, asi como has estado fingiendo todo este tiempo.

Chris cambia los gestos de su rostro. Entendió que Emma había descubierto el secreto que ocultaba.

— Escúchame — Hace señas con sus manos para que Emma baje la voz — Te puedo explicar todo.

— No hace falta que me expliques, se que todo esto ha sido parte de un "plan"  para seguro beneficiarte de mi — Sube más la voz

— Todo fue planeado por mi padre. Y todo lo que te he dicho es cierto Emma, si me gus...

— Quizás fue el plan de tu padre pero tu no estabas obligado a hacerlo — Le interrumpe — Ahora sal de mi casa.

Chris se acerca hacia Emma tratando de tomar su mano y explicarle. Pero Emma da un paso atrás y lo aleja

— ¡Maldita sea Chris!— Exclama con voz ronca a punto de llorar— Sólo sal de mi casa

Sonidos de armas recargadas se escuchaban alrededor del jardín. Todos los guardias apuntaban a Chris quien sólo levantó las manos.

— Ya escuchaste — Dice uno de los guardias con su arma en mano — Sal de la mansión

Chris retrocede lentamente con las manos levantadas y mirando con impotencia a Emma, quien decidió ver al suelo para que nadie note sus lágrimas.

Finalmente Chris sale de la mansión junto con una docena de guardias detrás.

Dolores salió rápidamente en consuelo de Emma quien lloraba con sus manos en la cara.

— ¿Quiere que le sirva algo?

— No, gracias — Se limpia las lágrimas — Solo quiero estar a solas.

Emma sube devuelta a su cuarto sin dirigirle la mirada a todos los empleados que la observaban a su paso.

Guardó el violín y colocó la caja en su mismo lugar para recostarse en su cama y tratar de dormir, lo cual no pudo hacer.

Sabia que las semanas se acababan y se ha quedado sin candidatos para la gran boda. Por suerte, recuerda la propuesta de su padre hace unos días.

— ¿Papá? — Entra a la habitación de su padre despacio.

— ¡Emma! — Exclama — Me contaron lo que sucedió allá abajo. ¿Cómo estás hija?

— Estoy mejor

— Sabes... No debes casarte — Continua — Se lo difícil que esto está siendo para ti.

— No trates de convencerme papá — Comenta — La segunda es la vencida

— Creo que el refrán no es así

— Lo se, pero quizás James pueda darle sentido a mi nuevo refrán.

Harry subió las cejas sabiendo lo que su hija insinuaba.

— Veo que cambiaste de opinión — Sonríe Harry

— Si, ya veremos si James está a la altura.

Cautivado por mi herenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora