No hay amor disponible

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Chris tenía ojeras en sus ojos y los párpados caídos de pasar todo el día buscando apartamentos en alquiler por todo London, pero no tuvo éxito.

El único apartamento asequible se encontraba en Manchester el cual estaba a 3 horas de London.

Chris se propuso empezar una nueva vida, en un nuevo lugar y con nuevas personas. Pero antes de mudarse, quería saldar sus deudas. No podía solo marcharse sin ofrecerle una disculpa a Emma.

El estaba consciente de que Emma no quería verlo ni desde lejitos, pero estaba dispuesto a arriesgar todo con tal de disculparse y avisarle la noticia de que jamás lo tendría que ver de nuevo.

Mientras tanto, al día siguiente Emma y James se coordinaron para encontrarse a las 8 pm en un autocinema donde nadie los reconocería. Fue difícil para ambos escoger la película pues tenían distintos gustos.

Finalmente optaron por una película de romance. Aquel género no era el favorito de Emma, pero si continuaba negándose a las opciones de James terminarían viendo nada.

Durante la película, una escena un tanto erótica se presentaba en la pantalla. Emma estaba lo suficientemente concentrada que no se dio cuenta de que James se acercaba poco a poco a ella.

El chico se aproximaba a su rostro lentamente y cuando Emma sentía la respiración de él cada vez más cerca supo inmediatamente sus intenciones.

Se alejó lo más que podía de forma disimulada pero el chico seguía insistiendo así que Emma decidio hacer lo primero que se le ocurrió.

— ¡Tengo diarrea! — Exclama —Vuelvo en un momento.

Emma salió del auto y caminó hacia al baño ocultando su rostro.

"Apenas nos hemos conocido y ya me quiere besar" — Murmura viéndose en el espejo del baño

Mientras lo decía se dio cuenta que en ningun momento tuvo el mismo pensamiento cuando besó a Chris aún así cuando tampoco lo conocía.

Se lavó la cara con agua fría y esperó 5 minutos hasta que se acabe aquella escena para volver a su auto.

—¿Estas bien?—Le pregunta James al ver que vuelve.

—Si, creo que fueron las palomitas— Miente

—Si quieres, podemos regresar a casa y luego volvemos a terminar la película otro día. —Propone

—Si, creo que eso sería lo mejor.

El alivio que sintió Emma al salir de aquel autocinema era enorme. Ni loca regresaría a ver esa película, al menos no con el mismo acompañante.

Aún no se explicaba por qué no podía ser capaz de conectar con James pero por el contrario, el si podía conectar con ella, o eso es lo que parece.

Durante el camino James solo hablaba sobre política y negocios haciendo que Emma casi se duerma en el automóvil.
Todo lo que James preguntaba, ella respondía con un "si" o un "okey".

—¿Por que casi no hablas? —Pregunta James con manos al volante.

— ¿Te soy sincera? — Continua — Realmente no sé nada sobre lo que dices.

—¿A que te refieres? Pensé que sabias sobre lo que hablaba.

—Lo siento mucho pero no me gusta la política ni los negocios.

—Y entonces, ¿por qué aceptaste ser la dueña de Brown's Industry? — Cuestiona con confusión

—Que no sepa sobre esos temas no quiere decir que no pueda llevar a cabo una empresa. —Expresa

James no respondio a Emma dejando un incómodo silencio en el auto.

Llegan a la mansión y antes de irse, James recibe un mensaje de texto de parte del padre de Emma.

—Tu padre me acaba de enviar un mensaje — Observa a Emma

— Eso es extraño, ¿que dice? — Frunce el ceño.

—Quiere verme.

—¿Ahora? —Pregunta Emma

— Si, ahora — Afirma nervioso.

Ninguno tenía idea de lo que Harry Brown iría a decir o hacer. Pero más nerviosa estaba Emma sabiendo de lo que su padre es capaz. Cualquier cosa podría pasar.

— Buenas noches señor —Saluda cortésmente James

— No hay necesidad de tanta formalidad hijo —Comenta sentado en el sofá — Puedes llamarme Harry.

Harry Brown tenía grandes esperanzas en James. Lo había visto crecer desde que era niño por lo que estaría feliz si llegara a ser el esposo de Emma.

—Quiero hacerte una pequeña propuesta — Dice Harry —¿Quisieras ser nuestro huésped por algunas semanas?

Emma no podía creer lo que su padre le ofrecía a James. ¿Vivir en la casa de Emma por varias semanas? Si no pudo pasar unas pocas horas junto a él mucho menos se imaginaría vivir con aquel chico.

—¿Qué? ¿Por qué? —Pregunta desorientada —El tiene una gran mansión también

— Pensé que sería una buena idea... y así tienen más tiempo para llegarse a conocer . — Explica Harry entre toses.

—Pero papá, sabes que...

—Si señor, me encantaría — Le interrumpe James sin darse cuenta de que a Emma no le apetecía la idea.

Harry se acercó casi sin poder caminar a James y le da unas débiles palmadas en la espalda que reflejaba el cariño que le tenía.

La chica nada más pudo ocultar su rostro de preocupación y fingir felicidad con la "buena" noticia. Solo faltaba que también tenga que dormir junto a él.

—¿Donde dormirá James? —Cuestiona esperando que no sea lo que pensaba

— Tenemos muchas habitaciones hija, no te preocupes por eso.

Emma sintió una sensación de alivio, seria el colmo si también tuvieran que dormir en el mismo cuarto.

Los dejó conversando en privado y subió a su habitación para tomar un baño frío. Durante su baño, los toques en la puerta la interrumpen obligándola a tomar su toalla y abrir la puerta.

— Hola... ¡Oh! Disculpa — James se gira y desvía la mirada.

—No te preocupes, estoy usando una toalla, ¿no ves? —Bromea

—Solo quería decirte que me mudaré justo aquí —Dice señalando a la habitación que se encontraba al lado del cuarto de Emma.

— Pensé que papá había dicho que "había muchas habitaciones"

—Dijo que estar más cerca nos ayudaría a pasar más tiempo juntos.

—Bueno — Dice sin nada más que decir

—Ya sabes, cualquier cosas que necesites puedes visitarme —La mira con ojos coquetos.

—Esta bien, gracias y bye —Le cierra la puerta rápidamente en la cara.

"Para que pasen más tiempos juntos" — Repite con fastidio imitando la voz de su padre.

Si no fuera por su padre, hace tiempo que se hubiera alejado de James. Eran personas súper diferentes, no coincidan en nada ni siquiera en la edad.

A veces, Emma sabía que por más que se obligaba a olvidar a Chris, de alguna u otra manera los recuerdos siempre se volverían a presentar en su mente.

Así que pensó: "¿Acaso fui muy dura con el? Después de todo, su padre fue quien lo obligó y todos merecen una segunda oportunidad".

Cautivado por mi herenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora