Capítulo Veintiuno

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Su mirada se tornó seria, miraba con cautela su alrededor mientras ingresaba su deportivo a la clandestinidad de aquel sótano, apago el auto y se quedó unos segundos pensando, algo estaba muy extraño, era raro que Krilin no siga el código de comunicación habitual y sobre todo haya lanzado un mensaje clave al mencionar su nombre de esa manera, quería volver a llamar, pero sabía que no debía, que demonios estaba pasando, sus pensamientos estaban confusos, ¿acaso había llegado la policía?

—¡Maldición! — pronuncio con desanimo, estaba con toda la euforia de tener una buena pelea y si era lo que estaba pensando, definitivamente sería imposible, no podía exponerse a que se sepa su identidad, vio su celular y estaba a punto de redactar un mensaje, cuando el aparato empieza a sonar para su sorpresa. —¡Hola!—

—¿Goku donde diablos estas? —

—Chaoz— una sonrisa salió con tal naturalidad que se sintió la emoción volver a su cuerpo inmediatamente.

—Si, me dijeron que ya estabas ingresando, no te veo, supongo que vas a combatir— comento el pequeño con prisa mientras veía el escenario.

—Pero, es que yo pensé... Krilin me llamo lo note algo—

—Sí, si me dio indicaciones de que preparé todo, no sé, pero me esta delegando muchas cosas y sabes...—dijo interrumpiéndolo, pero él también fue interrumpido.

—¡Olvídalo! No me importa, no sabes cuánto me has animado, por un momento pensé... olvídalo, seguro fue una tontería, estoy ingresando ya mismo— comento Goku realmente animado y totalmente inconsciente de la realidad, tanto como el pequeño novato que aun sentía haber hecho un negocio perfecto al ganar el doble de lo que costaba una entrada de ese tipo de eventos, que, sin duda, era mucho más de lo que percibía como registrador de participantes.

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Bulma se encontraba mirando fijamente el móvil que tenía sobre la mesa del velador, sus pensamientos la hacían perderse en preguntas que indudablemente no tenía las respuestas, era ya media noche y se encontraba sola en su gran casa, en su habitación y sobre su cama... no era que una chica de su edad sea antisocial y no tenga amigos, no siendo ella, tampoco era de imaginarse que no tenía reuniones sociales pendientes, vaya que si las tenía, pero tampoco se podría creer que una chica como ella no tenga pretendientes, y en ese caso, efectivamente, no los tenía, no había una llamada en su celular o un mensaje para un cita, desde muy joven poso sus ojos en lo prohibido, para ella, él había sido su todo, su novio, su amante, su amigo y su hermano, todo al mismo tiempo, rechazo infinidad de salidas, paraba en casa para la propia sorpresa de sus padres, quienes sentían que era probablemente las preferencias de su propia hija, sin embargo no había razón para salir de esta, tenía todo el entretenimiento y el permiso sin condición en sus propias paredes y la libertad que cualquier quisiera tener sin condiciones, ni restricciones, la mayoría de las noches se escapaba de su cuarto y se metía entre las sabanas de su hermano para sorpresa de él, su osadía era inigualable, jamás le pregunto siquiera si podía hacerlo, ella simplemente lo hacía, Goku al inicio aceptaba que se acerque a su cuerpo con la excusa de tener frio y sentir más calor en su contacto, o con solo la idea de expresarle que era su hermano y su deber era protegerla, excusas tontas, excusas que al inicio él no podía decir no porque si las creía, pero el tiempo paso y sus cuerpos empezaron a tomar más forma, sus reacciones fueron más hormonales al punto de él sentirse incomodo por tenerla semi desnuda con una pijama rosada que no le cubría ni el abdomen y observar aquel pedazo de tela que a las justas ocultaba su intimidad, a ella no le importaba, solo reía cuando sabía que ya era momento de regresar a su cama antes de que sus padres despierten y los empiecen a llamar, incluso debía mencionar las veces que pego su cuerpo a pesar de sentir la erección de su hermano cerca a sus piernas, como disfrutaba ver la expresión de horror y vergüenza de él al encontrarse en aquella situación, algunas veces fueron descubiertos, su madre sobre todo los encontró en ciertas oportunidades  durmiendo en la misma cama al buscarlos para tomar desayuno, sin embargo no se podían permitir tener malos pensamientos, Bulma les había demostrado el apego que tenía por su hermano y la sensación de pertenencia y a la vez la naturalidad en la que se desenvolvía en su entorno, solo daba razón de un amor genuino entre hermanos, nada que se pueda considerar lo contrario. Pero ahora, después de algunos años, estaban los estragos, a la bella peli turquesa no le interesaba ningún hombre, los veía tan normales y fuera de gracia, que no encontraba una sola razón para darles si quiera su atención, no habría adrenalina, no habría misterio, no habría el esfuerzo real de generar amor entre ellos, no se tenía que esforzar porque lo de ellos funcione, y para Bulma eso era aburrido, era simplones y corrientes hombres, que para una chica como ella con esa experiencia indudablemente era imposible.

Cerca al Silencio-- GokuxBulmaxVegetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora