Conexión

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Shiruba corrió sin parar, al llegar a la dirección pegó un salto que la hizo llegar al instante al piso del departamento, inhaló profundamente y pegó una patada en seco a la puerta.
En ese momento se escuchó un grito.

— ¡Tisha! — gritó Shiruba.
— ¿Q-que? — respondió atónita sin dejar de mirar la puerta en el suelo.

Shiruba se acercó rápidamente y se quedó parada en silencio mirando hacia el piso apretando sus puños y sus dientes. Tisha la observó alterada y la tomó de ambas manos.

— ¿Estás bien? ¿Que ocurrió para que vengas tan alterada? — preguntó en voz baja.
— Bueno... — Shiruba estaba agitada.
— No te preocupes, está todo bien... — dijo Tisha sonriendo y apretando sus manos.

"Ahh... Ella está bien, que alivio... ¿Que fue eso? ¿Quien es esa persona? Sé que es su amiga de la facultad pero..." Shiruba se quedó pensativa.

— Es raro verte así yo--
— Toma. — Shiruba metió su mano en un bolsillo interno de su campera y sacó aquel regalo.
— ¿Eh? ¿Es para mí? — dijo mientras tomaba con sorpresa aquel paquete.
— ¿P-para quien más va a ser? — gruñó.
— Ahh... Me encanta, y hay un pequeño llavero, es como si hubieras adivinado mis pensamientos, estaba pensando buscar uno. — Tisha sonrió mientras ponía aquel llavero junto a sus llaves.— ¿Es un perro?
— ¿Eh..? Creo que es un lobo, realmente no lo sé... — dijo Shiruba de brazos cruzados.
— mmm... Bueno, no importa. — Tisha quedó en silencio.
— ¿D-de verdad te gusta? — preguntó Shiruba nuevamente sintiéndose incómoda.
— ¡Si! — suspiró. — la verdad yo tenía algo también, iba a dártelo en otra ocasión pero...

Tisha caminó hasta su cuarto y tomó un pequeño envoltorio, Shiruba la siguió lentamente sin mirarla.

— Sorpresa... Supongo. — sonrió Tisha.

Shiruba abrió aquel pequeño paquete. Dentro había un pequeño llavero también, de un dragón rojo de un estilo bastante oriental.

— El dragón chino es una criatura sabia y poderosa, cuya presencia siempre fue sinónimo de buenos augurios. Para la cultura china los dragones con cuernos eran los más poderosos entre los de su especie, a diferencia de la cultura occidental que los ve como seres malvados. — Dijo Tisha un poco nerviosa.

— Oh... — Shiruba había quedado atónita.
— Lo lamento, ya estoy diciendo cosas raras... Seguro debo parecer una friki... — balbuceó rápidamente Tisha pasando por al lado de Shiruba dirigiéndose al living.

Shiruba la agarró en ese instante de la mano, y ambas quedaron en silencio.

— Entiendo, no hace falta... — Shiruba inhaló profundamente. — no digas mas nada.

Shiruba dijo ésto y la soltó. Caminó rápidamente hacía la ventana con sus ojos verdes húmedos y salió volando sin decir más nada.

— Shiruba... ¿La habré ofendido..? — dijo Tisha allí sola.

En otro punto de la ciudad el jefe de la mafia recibía una visita.
— Ahh... Que alegría tener noticias tan pronto — dijo el hombre mientas escuchaba acercarse a alguien.
— No sé porque tengo que involucrarme yo también, ya dije que no me gusta ensuciarme las manos.

Una voz femenina causaba eco en el pasillo de aquel antro, muchos guardias a su alrededor la saludaban inclinándose un poco.

— Lo sé, lamento involucrarte, desgraciadamente se lo debes a tu padre, no hay opción. — la voz ronca se volvía más áspera luego de cada pitada a un habano.
— ¿Y bien? ¿Para que fue eso? Creí que ibas a aprovechar aquella distracción para ir a buscarla...
— Lo sé, hubo un cambio de planes... Además, sé que también aprecias a esa chica, ¿No es cierto?
— ¿Que vas a hacer? — respondió fríamente.
— Por supuesto mientras menos sucios sean los trabajos mejor para nosotros, no nos gusta crear líos innecesarios o involucrar mucha gente, sobretodo inocentes, al menos así es mí modo de trabajar y lo sabes.
— ¿Y bien? ¿Por qué tiene que ser ella? — la joven habló con un nudo en la garganta.
— Lamentablemente a veces hay coincidencias así, y en esta ocasión la pobre chica tuvo la desgracia de volverse el único punto débil del dragón. — dijo sin dejar de exhalar humo.
— ¿No hay otra manera? — respondió rápidamente.

El hombre de traje suspiró mientras agitaba su habano para quitar las cenizas. Hizo un gesto negativo con el rostro mientras golpeaba con sus dedos la mesa impaciente.
La chica se dio vuelta sin mediar palabras y se alejó de allí.

"Maldición... Por culpa de esa chica... ¿Shiruba era? Más te vale que estés preparada para lo que sea necesario..." aquella muchacha se alejó apurada de allí llena de impotencia.
Shiruba llegó en ese momento a la entrada del lugar, la feria que funcionaba al rededor estaba cerrada por lo que había muy poca luz en las calles, al aterrizar de su vuelo y abrir la puerta se encontró frente a frente con Nastya, quien abrió grandes los ojos.

— Tu...— exclamó Shiruba levantándola en el aire con ambos brazos sin esfuerzo.
— Un... Un m-- — trató de hablar la chica.

En ese instante una docena de guardias aparecieron al rededor de ambas apuntándole con sus armas.

— Baja a la chica o te llenamos de plomo, y por fuerte o rápida que seas sabes que no la contarias. — advirtió uno de ellos.

Shiruba llena de ira la arrojó sin cuidado al suelo y levantó sus manos.

— ¿Y bien? ¿Que quiere ese hombre sin bolas ésta vez? Planea chantajearme asumo, piensa que ahora soy más débil, ¿Cierto? — Shiruba sonrió de modo burlón mirando a sus captores. Uno de ellos le pegó un culatazo en el rostro, a lo que Shiruba no reaccionó, ni siquiera hizo un sonido, simplemente estaba inerte.

— Muchachos... — sonrió nuevamente. — van a tener que esforzarse más que eso. Vamos, sorprendanme al menos ya que vine hasta éste asqueroso lugar.

— Como adoro esa voz, es música para mis oídos... — dijo una voz ronca desde las sombras.
— Oh... Veo que hice suficiente ruido como para hacer mover un montón de cucarachas. — en ese momento Shiruba volvió a recibir un golpe, ésta vez por detrás, aunque tampoco reaccionó.
— Basta chicos... Vamos a mostrarle a esta pequeña berrinchuda que no todo no se soluciona con violencia al contrario de lo que ella conoce.

Shiruba pudo encontrar su paradero en las sombras y le escupió desde donde estaba un salivazo con sangre.

— Vengan de a uno, hijos de puta... — respondió ella.

 — respondió ella

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Mí mejor amiga es un dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora