Sale el sol

364 24 1
                                    

Tisha había regresado de sus pequeñas vacaciones y estaba más animada que nunca, una vez llegó a su casa no podía dejar de sonreír al ver qué cerca de su ventana se encontraba una pequeña sorpresa. Se trataba de un peluche de un pequeño lobo. Supo que había sido Shiruba ya que era la única con posibilidad de llegar a ese lugar, las cosas habían resultado mejor de lo que hubiera imaginado.
"Todavía quiero conocerla más" pensó animada.
Pasaron un tiempo intercambiando pequeños presentes a través de esa ventana y un día recibió una nota.
"Me gustan esos chocolates". No decía nada más pero aún le pareció muy lindo y sonrió sola en aquella habitación. Pero la vida no es color de rosa como uno quisiera y pronto ocurrió algo que Tisha no había previsto.
Una tarde tranquila volvía de comprar unas cosas en el centro de la ciudad, entre esas cosas habían unos chocolates, miraba los alrededores sonriente, el atardecer se teñía rosa, se sentó en un banco a contemplar la caída de la noche mientras pensaba. Revisó rápidamente su celular y vió que tenía un mensaje de un amigo preguntando si estaría más tarde en su departamento, por lo que se dispuso a volver enseguida. Mientras caminaba cayó la noche y recordó el terrible suceso dónde había conocido a Shiruba, y que durante un tiempo había temido caminar sola por la noche.
— ¿En qué momento dejé de tener ese miedo? — se dijo a si misma.

Y siguió caminando escuchando la radio con su celular, estaban hablando sobre unas banda de delincuentes que estaban rondando la zona cometiendo delitos. No pudo evitar recordar a esos hombres y la idea de que estuvieran sueltos le causó malestar. Ya llegando frente al edificio se encontraba Shiruba esperando.

— ¿Eh? ¡Que sorpresa! — dijo Tisha con gran alegría.
— Bueno... ví que estabas cerca— dijo Shiruba mirando de reojo las bolsas. — eso se ve pesado.
Y sin ningún esfuerzo las tomó y las cargó hasta el departamento.
— Eeeh, que fuerza...
— No es nada espectacular, solo que no soy una debilucha.
— ¿Eh? ¿Me estás diciendo eso a mí? — dijo Tisha simulando un berrinche.

Llegaron al departamento y tras dejar las cosas en la cocina Shiruba se fue en silencio. Minutos después Tisha se dió cuenta que no le había dado los chocolates y sin pensarlo salió rápidamente llamándola. Fue hasta la esquina llamándola, no debiera estar tan lejos y confiaba en que aparecería al escucharla.

— ¡Tisha!
— Shi-
Cuando giró la chica estaba efectivamente allí, pero en ese instante un auto frenó frente a Shiruba, del vehículo se bajó un hombre con el rostro tapado y golpeó con algo que parecía un gran trozo de madera a Shiruba quién dejó escapar un grito de dolor, pero en seguida se reincorporó un poco molesta. Miró al hombre desconocido y le propinó un cabezazo el cual lo hizo retroceder y también sangrar la naríz.
Comenzaron a pelear y Tisha en shock dio un paso atrás sin saber que hacer.
— Idiota, ¡Huí de éste lugar! — dijo Shiruba con su boca sangrando.
Sostuvo rápidamente al hombre y con una patada en su estómago lo alejó mientras aprovechaba el tiempo para recuperarse, para luego abalanzarse sobre el y derribarlo de un golpe directo en su rostro el cuál lo tumbó sobre el piso. Shiruba siguió golpeándolo allí hasta qué el hombre quedó inconciente.
— Sh... — Tisha trataba de acercarse a Shiruba de a poco aunque las palabras no salían de su boca.
Shiruba permaneció inerte allí sentada de espaldas a Tisha, unos momentos después cuando se giró hacía Tisha sin dejar de retener a aquel misterioso hombre Tisha lo pudo ver, la mirada de Shiruba no era la misma, parecía otra persona, tanto que ella misma se sintió en peligro.

— No lo mates...— dijo Tisha — no quisiera que te lleven lejos de mí por él...
Shiruba se paró y el hombre enseguida reaccionó, aunque lo único que logró hacer fue subirse con dificultad al auto y huir rápidamente.

Shiruba se encontraban inmóvil con sus ojos sin expresión sobre Tisha.

— No quiero que te vayas a un lugar donde no te pueda alcanzar... — dijo Tisha en voz baja.
Shiruba comenzó a caminar de repente hacía ella y Tisha se estremeció de miedo comprimiendo todo su cuerpo y apretando los ojos y mandíbula como si fuera a recibir un golpe. Shiruba posó su mano sobre su hombro y Tisha lanzó un pequeño ruido producto del miedo al sentirlo.
— Ya veo cuánto es que en realidad me querés tener cerca... — dijo al oído de Tisha.
Cuándo ésta abrió los ojos vio el rostro golpeado y con sangre de Shiruba, su boca se encontraba hinchada y sus ojos llenos de algo que parecía tristeza.
— N-No, no es lo que parece... — dijo Tisha nerviosa temblando.

En ese momento sintiendo su temblor Shiruba alejó su mano del hombro de Tisha y se alejó.

— Te juzgué mal. No vuelvas a acercarte a mí.
Dijo Shiruba y en un instante hizo aparecer sus alas y desapareció en un abrir y cerrar de ojos.

Dijo Shiruba y en un instante hizo aparecer sus alas y desapareció en un abrir y cerrar de ojos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mí mejor amiga es un dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora