A corazón descubierto

95 10 2
                                    

Tisha y Shiruba descendieron lentamente del árbol, Shiruba llevó a Tisha en sus brazos y bajó delicadamente como si flotaran. Tisha la sostenía de la ropa con su rostro contra el pecho de Shiruba, quien miraba a su al rededor para no ser descubierta. Al tocar el suelo bajó a Tisha, quien se quedó sentada unos instantes en silencio.
— Gracias... — dijo un poco nerviosa aún.
— ¿Realmente estás bien? No sabía que...
— No, está bien. Fue divertido... Volvamos a hacerlo. — respondió Tisha sonriendo.
— Oye... — dijo Shiruba en voz baja. ¿Estarás ocupada mañana?
— Mmm... Creo que no, realmente no recuerdo si debía hacer algo. — Tisha sonrió y llevó su mano a su cabeza haciendo un gesto simpático.
— Oh... Bueno, estaba pensando... — Shiruba giró su rostro de costado quedando un poco escondida. — ¿Te parecería pasar un rato en mí departamento? No es obligación igual.

Tisha abrió grandes sus ojos y en un segundo saltó desde el suelo hacía Shiruba abrazándola.

— ¡Claro! ¡Vamos mi capitana! — exclamó riendo.
— E-ey... Eso es un poco... — Shiruba sonrió apenas y ambas comenzaron a caminar hacia allí.

Al llegar Shiruba prendió las luces y abrió un poco la ventana, se podía sentir un poco de olor a encierro y los muebles se veían un poco llenos de polvo.

— Gracias por invitarme. — Tisha sonrió mientras miraba a su alrededor.
— Lamento el desorden. Enseguida voy a arreglar algún lugar para que te puedas sentar. — Shiruba caminó hasta su pequeña cocina y por más que revisó sus muebles no pudo encontrar elementos de limpieza.

Tisha se quedó allí parada mirando con disimulo, se veía un poco abandonado y habían algunos cuadros de fotografía dados vuelta o acostados, mientras Shiruba estaba alejada del living Tisha en silencio se acercó y los comenzó a desempolvar para verlos.

En uno estaba con una mujer más grande, su color de cabello era parecido al de ella, pero sus ojos eran color café. De fondo podía ver unas cuantas mascotas y una casa de fachada blanca con rejas, habían perros de varias razas y un pequeño gato blanco y negro. En otras fotos Shiruba estaba jugando con aquellos animales animadamente, aquella casa parecía quizá en construcción, por lo poco que podía deducir al menos.
Pudo ver algunas fotos de Shiruba siendo niña, con otros animales, a Tisha le llamó la atención que mirando las distintas fotos si bien estaba en la misma casa, algo no cuadraba, aunque en el momento no podía descubrir qué. Levantó una foto más, que estaba boca abajo bajo unas cosas, allí había un hombre, Tisha estaba en uniforme escolar aún pequeña, el hombre la sostenía de la mano pero el rostro de ella no se veía alegre como en las demás fotos. Si mirada estaba caída, como si no quisiera estar con aquella persona, un hombre serio, de poco cabello un poco desalineado, ojos claros como los de ella, alto y una ropa bastante informal. Tisha tomó aquel portaretrato y uno anterior tratando de comparar y se quedó allí ensimismada.
En ese momento Shiruba volvió y se sobresaltó al ver aquello, se fue contra Tisha quitándole las fotos y arrojandolas de nuevo hacía el mueble dónde estaban.
— ¿¡Que estás haciendo!? — exclamó furiosa.
— Y-yo solo... Vi las fotos y quise--
— ¿¡Que!? — dijo sin dejar de mirarla a los ojos.
— Quería saber más sobre tí, y las fotos estaban ahí... — Tisha bajó la mirada.
— No hay nada que ver, ¿No te preguntaste porque están dadas vuelta acaso?
— Eh... Bueno me pareció raro pero... — Tisha apretó sus manos nerviosa.
— ¿¡Lo siento!? ¿Es lo único que tienes para decir? ¿Acaso me estás tratando como si fuera la mala de la película?— Shiruba acercó su rostro al de Tisha.
— N-no es eso... Es que yo...
— ¿Otra vez con eso? ¿No sabes hacer otra cosa que actuar como una víctima? Supongo que no debes tener mayores problemas y cuando tienes la culpa de algo actúas así para que la gente termine pensando que los culpables son ellos, no tú.

Tisha se quedó en silencio, miró a Shiruba y abrió temblorosa la boca para hablar pero solo pudo decir "Disculpas".
Shiruba al escuchar ésto la tomó de la campera y la miró intensamente desde arriba, Tisha al cabo de unos instantes levantó su mirada también mientras temblaba. En ese momento Shiruba sintió un nudo en su garganta y cómo su respiración se agitaba. Su rostro se transformó y sus ojos que estaban llenos de ira se humedecieron un poco.

— Ah... Ah... Perdóname... — la mirada de Shiruba se fue suavizando.

Tisha se quedó callada allí arrinconada por Shiruba contra el mueble.

— De verdad... Perdón, yo... — Shiruba se alejó lentamente. — yo solo sé alejar a las personas.

Tisha la miró, aún sin decir nada, su mirada se llenó de compasión. En ese momento extendió sus brazos hacia ella y aunque temblaba un poco le sacó delicadamente la campera a Shiruba, quien procuraba no hacer contacto visual. Tisha se quedó con la campera roja en mano, y observó a Shiruba, quién se encontraba parada con su musculosa corta negra, sus brazos eran delgados y largos, realmente nadie imaginaria la enorme fuerza que tenía, sus manos eran bastante delicadas, Tisha recorrió con la vista de extremo a extremo en un silencio tan abrumador que sospechaba que Shiruba quizá podría oír su respiración agitada por el miedo.
Tomó un brazo de la joven dragón y lo extendió, Shiruba escondió más aún su mirada, la razón era que Tisha estaba mirando las numerosas cicatrices que habían en su piel en ambos brazos. No eran tan grandes para verlas a distancia pero eran numerosas.
La piel blanca de Shiruba era algo hipnótico, mientras más miraba más podía encontrar. Tisha sintió como su pecho apretaba y su garganta se contraía en angustia.
Shiruba sin embargo solo se estaba limitando a mirar hacia otro lado mientras las manos de Tisha inspeccionaban su piel.

— Lo lamento... — dijo Tisha susurrando. — debe haber dolido mucho.
Shiruba abrió grandes sus ojos y tragó saliva con dificultad. Movió apenas su rostro sin verla de frente aún.

— ¿Fueron esos hombres de traje? — preguntó apenas rozando su piel del brazo con la yema de sus dedos.
— Si... — dijo la joven dragón en voz baja.
— Fueron también peleas callejeras ¿Cierto?
— Así es, realmente hay gente sin huevos que se mete con personas débiles. — respondió Shiruba irónicamente tratando de cambiar el clima tenso, pero Tisha no reaccionó como ella esperaba.
— ¿Fue... Tu padre? — Dijo Tisha tomando por ambos brazos a Shiruba sin mirarla.

Shiruba se quedó en silencio.

— Ya veo... A pesar de todo eso, aunque no pueda cambiar nada... Yo estoy aquí, ¿No me ves? — Tisha apenas sonrió levemente jugando con los brazos de Shiruba.

Shiruba sintió como su corazón se aceleró y llena de nervios se apartó el dirección a su habitación mientras llevaba a Tisha de la mano.

— No quiero hacerlo aquí cerca de la ventana donde pueden ver todos.  — dijo con el seño fruncido.
— ¿Eh? ¿Eh? ¿D-de que estás hablando? Un m-momento... ¿Que vamos a hacer? Sh-Shiruba yo nu-- — Tisha perdió la calma y comenzó a chillar moviéndose para todos lados mientras eran llevada.

Shiruba se quitó la remera y desajustó su short. Tisha shockeada dió unos pasos hacia atrás hasta chocarse contra la pared, llevó sus manos hacia detrás rascando nerviosa como si quisiera abrir una puerta que no había.

— U-un momento... No sé si deberíamos... Digo, yo solo quería... Osea no hace falta, yo no estaba esperando... Quiero decir... — Tisha tartamudeaba moviéndose sin control de un lado al otro.

Shiruba solo la miró, mientras esperaba que Tisha se calme se dedicó a doblar un poco la ropa que se había quitado para quedar en ropa interior.
Cuando Tisha se atrevió a mirarla de reojo fue que pudo ver qué Shiruba simplemente estaba allí parada seria, había dejado expuestos sus cuernos, las alas y su cola.

— ¿Ves? — preguntó de repente Shiruba.
— ¿Q-que? Ésto es... Un poco incómodo por algún motivo... — Tisha trató de evadir la pregunta.
— ¿Querías ver o no? — dijo molesta Shiruba acercándose nuevamente a Tisha, quien había vuelto a posarse contra la pared tratando de mirar hacia otro lado.
— ¡Bien, bien! ¡Tiempo! Necesito... — Tisha vió como la mirada de Shiruba la penetrada sin piedad y suspiró. — Entiendo... Entonces... Me voy a hacer cargo de la situación.
Dijo Tisha respirando hondo y tratando de volver a calmar su mente.

Dijo Tisha respirando hondo y tratando de volver a calmar su mente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mí mejor amiga es un dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora