Fuego cruzado

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Tisha abrió los ojos lentamente, se encontraba en una pequeña habitación, estaba algo mareada y sus oídos todavía sentían un pitido a lo lejos producto de aquella explosión. Confundida comenzó a mirar a su alrededor y al instante recordó que estaba tratando de cargar a Shiruba en su espalda, se levantó desesperada y la buscó a su alrededor, no la veía y comenzaba a preguntarse dónde se encontraba también. Se paró, y con dificultad debido al mareo trató de caminar, la quiso llamar pero su voz no salía, respiró hondo y quiso calmarse para pensar con claridad. ¿Donde se encontraba y como había llegado allí? Tisha inspeccionó su alrededor, era un pequeño departamento algo desordenado, muchos adornos, varias bibliotecas con libros, unos cuadros de pinturas famosas. Se acercó a los libros y comenzó a leer los lomos.

— ¿Libros de estudio? De... ¿Historia del arte? — Shiruba habló en voz alta.
— Supongo que es normal que estés confundida, nunca te había traído aquí.

Una voz conocida sonó, Tisha tardó unos instantes en darse vuelta quizá debido al shock y el miedo que aún sentía luego de aquella explosión.

— Supongo que estás tan asustada que no te podes mover con facilidad. Si estás preocupada por tu amiga ella está justo aquí.
— Sh- — Tisha quiso hablar pero algo la detuvo.
— Tisha. — La voz de Shiruba sonó también detrás de ella.

Tisha seguía allí inmóvil, de frente a la biblioteca, llevó ambas manos a su pecho y las apretó con fuerza, unos instantes después corrió desesperada hacía donde provenía la voz de Shiruba, corrió con los ojos cerrados y se abalanzó sobre ella.

— Ey... Calma. ¿No ves que estoy aquí? — dijo Shiruba.

Tisha no contestó y siguió refregando su cara llorosa contra el pecho de Shiruba mientras la tomaba fuertemente de la ropa.
Abrió los ojos y pudo ver qué toda la tela estaba chamuscada y rota, ya no tenía la campera, la remera negra estaba muy dañada, así como el short.

— S-shiruba... ¿Cómo...? Tus piernas... — Tisha se balbuceaba.
— Oh... Tu amiga ciertamente es inhumana. ¿A mí no me vas a abrazar ni saludar siquiera?

Tisha giró su vista hacia la derecha rápidamente, allí pudo ver a su amiga Nastya, soltó a Shiruba y se acercó lentamente a ella tomándola de las manos.

— No entiendo nada pero... Seguramente estamos bien gracias a tu ayuda. — Tisha envolvió las manos de Nastya con las suyas tiernamente.

— E-ey... — exclamó Shiruba instintivamente.
— ¿Oh? ¿Que pasa chica mala? ¿Te dan celos? — dijo Nastya levantando una ceja hacía Shiruba.
— ¿Que? No. Por supuesto que no, solo... No es el momento. Claramente estamos en peligro. — Shiruba se cruzó de brazos y apartó la mirada irritada.
— Ey ey calma ustedes. — Tisha se puso en medio de ambas haciendo ademanes para distraerlas.
— ¿Y bien? ¿Que van a hacer ahora? Se ve a simple vista que eso fue solo un aviso. No creo que la chica dragón sea tan ilusa para pensar que fueron con todo, ¿O si? — Nastya dirigió sus ojos a Shiruba quien siguió ignorandola.
— Claro que no, lo que me preocupa es que Tisha ya está en la mira, cuando no tiene nada que ver con...

El silencio se apoderó de la habitación, Shiruba no siguió hablando y Tisha simplemente se quedó mirándola. Shiruba bajó la mirada y sin moverse miró de reojo a Nastya.

— Gracias por la ayuda. Aunque aún sospecho de cómo estás envuelta en todo esto, con aquella gente y con Tisha. Ya que la salvaste a ella lo voy a dejar pasar por esta vez pero...

Shiruba se descruzó de brazos y giró nuevamente hacía ella acercándose cerca para hablar en su oído mientras apoyaba su mano izquierda en el hombro de Nastya.

— Más vale que no le pase nada por tu culpa, porque no te conviene tener en contra a alguien que no tiene nada que perder más que a ella... — Dijo Shiruba susurrando tan bajo que Tisha a pesar de estar cerca no pudo oír nada.
— Oh... Lo tendré en cuenta, pero déjame preguntarte algo. ¿No te estás confiando demasiado por esa condición rara tuya? ¿Si fueras una persona normal que harías? — Nastya la miró seriamente.
— ¿Una persona normal? Claro que no lo soy, ni creo que lo vuelva a ser. De todos modos desde antes de tener estas cosas... Ya era algo que no podría llamar "un humano hecho y derecho". Un demon--
— ¡Mentira! — la interrumpió Tisha con el ceño fruncido. — eso no es verdad, aunque quieras alejarte del resto con esas excusas. Aunque todo el mundo te oiga y te crea, aunque lo hagan y luego se alejen... Yo no lo creo, yo creo que no se dan cuenta, que no te das cuenta... Que ahí hay un corazón compasivo, lleno de alegría, de esperanza, que solo quiere ser feliz... Yo creo...
— Tisha... — Shiruba la miró con sus ojos llenos de tristeza.
— No, no me vas a convencer, porque yo creo fervientemente que en realidad eres una persona tan bondadosa que se crea esa coraza, esa barrera para no lastimar a los demás. Quizá es verdad que tienes muchísimos problemas, problemas que no tiene el común de la gente... ¡Pero por eso es que tratas de alejarnos! ¿¡Cierto!?

Shiruba apartó la mirada con amargura y no respondió nada. Nastya tampoco acotó al respecto.

— ¿Por qué me salvaste ese día..? — preguntó Tisha.
— Simplemente tenía que arreglar cuentas con esos hombres y de casualidad estabas--
— ¿Eso es cierto? ¡¿Fue solo una casualidad?! Osea... ¿Habrías salvado a cualquiera? — Tisha dió unos pasos hacia Shiruba.
— ¿¡Que esperabas!? ¿Creías que era una especie de salvadora que te vió y corrió específicamente en tu ayuda? — Tisha apretó los dientes y abrió grandes sus ojos verdes.
— ¿Entonces por qué? — Tisha se siguió acercando y la tomó de su maltratada remera negra. — ¡¿Entonces por qué estás así ahora?! Si es que es lo mismo.
— Eso es porque... Nunca nadie había confiado en mí... — dijo Shiruba en voz baja.
— ¿Osea que cualquiera que no hubiese huido después de ver tu agresividad podría estar en el lugar de Tisha? — interrumpió Nastya.

Shiruba se quedó en silencio. Tisha la soltó lentamente mientras levantaba su mirada para verla fijamente a los ojos.

— ¿Eso es verdad? Responde por favor... — dijo Tisha con lágrimas en los ojos. — por qué para mí no es lo mismo, para mí Shiruba es una persona especial, no hay nadie que pueda ocupar ese lugar, no importa que tan duro sea, yo quiero estar ahí, no me importa lo doloroso o peligroso que sea. Yo simplemente quiero que no estés sola nunca más, quiero que tengas en quien apoyarte...

Shiruba abrió la boca para hablar pero no pudo, tragó saliva con dificultad y simplemente extendió sus brazos hacía ella acercándola lentamente hacía su pecho. Shiruba era más alta, por lo que prácticamente sintió que podía envolverla en ese momento, apoyó con cuidado a Tisha contra su cuerpo y la sostuvo gentilmente.

— Solo puedo decir algo en este momento. — dijo y acercó su rostro a ella para hablarle en voz baja para que Nastya no escuche.

"Por primera vez en mucho tiempo, tuve miedo. Tuve miedo de perderte"

Esas palabras fueron las que oyó en ese momento Tisha, quien luego de escucharlas, y llena de serenidad, le devolvió con suavidad aquel abrazo.

Esas palabras fueron las que oyó en ese momento Tisha, quien luego de escucharlas, y llena de serenidad, le devolvió con suavidad aquel abrazo

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Mí mejor amiga es un dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora