Sentimientos desincronizados

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Ambas caminaban tranquilamente, Tisha se había percatado que Shiruba no hablaba, por lo que prefirió estar un poco en silencio a ver si ella le decía algo, pero los minutos pasaban y el silencio se hacía más incómodo.

— Ey Shiruba... — dijo en voz baja.
— Dime — Shiruba caminaba mirando el horizonte.
— Es un lindo nombre el tuyo, nunca lo había oído, ¿Hace cuanto vives por aquí? No recuerdo haberte visto antes y creo que lo recordaría porqué...
— ¿Por qué? — Shiruba frenó en seco y la miró.
— Bueno, es que eres bastante llamativa, sería difícil no recordarte. — Tisha se comenzó a sentir nerviosa nuevamente.

Shiruba acomodó nuevamente su bufanda para que las abrigue a ambas y siguió caminando sin decir nada.
Tisha no podía comprenderla, juraría que por su expresión Shiruba estaba enojada, pero a vez se había tomado el trabajo de acomodar su bufanda nuevamente para que no tuviese frío y a pesar de ser más alta también procuraba caminar a la par de ella.
Tisha no pudo evitar comenzar a sentir una presión en el pecho de angustia, ya que Shiruba en cierta forma parecía indiferente o hasta hastiada. Trataba saliva con dificultad y su respiración se agitaba un poco por la presión en su pecho y garganta.

— Te dejo en la puerta de tu casa — dijo Shiruba con seriedad.
— Ah, tengo algo para cocinar rápido si es que t--
— No gracias, me voy a mí casa. — dijo Shiruba mirándola un momento y cruzándose de brazos.
— Ah bueno, en otra ocasión entonces, voy a tratar de tener algo que te guste, ¿Que cosas te gustan?

Shiruba no respondía pero tampoco sacaba su mirada de los ojos de Tisha, quien ya casi sentía mareos de los nervios, sus manos temblaban por lo que las había escondido detrás de ella.

"No la entiendo, no la entiendo para nada, creí que podría comprenderla, creí que llegaría a ella, por momentos parece otra persona, ¿Por qué? ¿Por qué esto tiene que ser así? Si yo solo..."

Tisha procuró a pesar de los nervios no apartar su mirada, debía demostrar que su voluntad era fuerte.
Los segundos se sentían eternos para Tisha, algunas personas pasaban y observaban la situación tensa y se alejaban hablando en voz baja.

— ¿Tenés algo para decirme? — dijo Shiruba aún de brazos cruzados.
— ¿Eh? N-No lo sé, yo... Quiero ser tu amiga. — dijo Tisha levantando la mirada.

La expresión de Shiruba no cambió en lo más mínimo, ni un músculo en ella se movió.

— Ya te dije que no vale la pena, ¿Que ganarías estando con un monstruo? ¿No ves que no somos parecidas en nada? ¿Que es lo que pretendes? — Shiruba frunció el ceño.
— ¿Qué pretendo? No quiero nada en especial, solo quería ser tu amiga, conocerte más, estar cerca tuyo, ¿Por qué es tan difícil de entender? — Tisha apretó sus manos.

Shiruba suspiró y bajó sus brazos, se llevó una mano a la cara y la apretó con frustración y allí la dejó unos segundos. Tisha estaba en silencio, y por un instante le pareció notar que Shiruba trataba saliva con dificultad al ver su garganta contraerse fuertemente. Tisha respiró hondo y trató de hablar.

— ¿Por qué cada vez que creo que ésto avanza pasa algo así? ¿Por qué aunque trato de acercarme me termino alejando? ¿Que debería hacer para que confíes en mí? — Tisha bajó la mirada.
— Yo... No confío en nadie. — dijo Shiruba destapando su cara.
— No tiene porque ser así, y aunque así haya sido hasta ahora no tiene que ser así para siempre, yo--
— ¡Deja de ser tan egoísta! — gritó Shiruba apretando sus dientes. — ¿Que diablos sabes de mí? ¿Quien te dijo que podías ir por ahí tratando de capturar a quién se te de la gana? ¿Quien crees que eres? ¿Una heroína? ¿La salvadora de alguien? ¿Una santa?

Tisha se quedó en silencio, a pesar de la presión que sentía procuró no derramar ni una lágrima sino hablar con calma y serenidad.

— Por supuesto que no, soy una persona normal, con un millón de cosas malas, defectos, inseguridades, miedo, no podría ser nada de eso. Lo único que quería... — Tisha sintió cómo su fuerza se iba quebrando. — lo único que quería era verte feliz, y aunque sea egoísta me hubiera hecho feliz a mí saber que era parte de eso.

Shiruba se quedó en silencio, volvió a cruzarse de brazos pero su expresión mostraba un poco de tristeza. Tisha la miró, y sintió que quizá nada de lo que ella pudiera llegar a decir llegaría al corazón de Shiruba, por lo que sin decir una palabra más se dispuso a ir a su departamento. Miró disimuladamente algunas veces hacia atrás pero no estaba Shiruba, llegó ya sintiendo que las lágrimas se escapaban.

"No tiene caso, ni siquiera sé porque lo intento tanto, nunca me había esforzado asi, ¿Por qué ahora es distinto?" Pensaba Tisha.

Shiruba se había quedado inmóvil en el lugar donde se había separado de Tisha, su mirada en el suelo sin saber que hacer. Shiruba se consideraba alguien con una gran fuerza, orgullo y  fortaleza. No había nadie que pudiese quebrar su voluntad, no había nada que la inmutarse. Estaba orgullosa de ella misma y de su propia fuerza. Aunque a veces sentía un poco de soledad, era de la idea que los débiles no aportaban nada, y para ella estaba lleno de gente mediocre que no era capaz de ser algo mejor. Shiruba comenzó a caminar con todo esto en mente, pensaba en Tisha y sentía un poco de dolor, pero Shiruba no lloraba, llorar no solucionaría nada y era un signo de debilidad, ella no podía permitir que la vean débil.
Pero esa noche por primera vez en mucho tiempo no se sintió en paz con ella misma.

"¿Por qué? ¿Por qué siento ésta incomodidad? A pesar de que es una persona débil e insegura... Hace las cosas sin consentimiento, se mete dónde no la llaman... A pesar de todo eso... No le importa de dónde vengo, no le importa si le devuelvo lo que me ofrece, no me pide nada a cambio. Pero, es desesperante, porque a pesar que la trato así una y otra vez, a pesar que no puedo evitar ser así como soy, ni siquiera es capaz de defenderse, simplemente acepta las cosas y no confronta, no lo entiendo, ¿Cómo puede vivir así? Siendo tan débil, me desespera, me molesta, cualquiera es capaz de herirla así, y no quiero, pero tampoco quiero ser su niñera, ¿Ser su amiga? Pero si ella misma no se comporta como si fuera alguien a la par, yo..."

Shiruba se sentía llena de frustración, ya ni siquiera entendía del todo que era lo que sentía, algo demasiado amargo para ser cariño pero demasiado dulce para ser odio.

Shiruba se sentía llena de frustración, ya ni siquiera entendía del todo que era lo que sentía, algo demasiado amargo para ser cariño pero demasiado dulce para ser odio

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Mí mejor amiga es un dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora