DIX-NEUF

225 24 33
                                    

Aquí les presento a Theo bb

A Gemma le dolía ver a su familia abrazando a su padre inconsciente como si nada, abrazando al causante de tantos dolores espirituales y físicos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

A Gemma le dolía ver a su familia abrazando a su padre inconsciente como si nada, abrazando al causante de tantos dolores espirituales y físicos. Sus ojos caen en su herida palpitante, traga saliva furiosa, no quiere volver a sufrir a causa de ese bicho retorcido que se hace llamar su progenitor.

En la otra esquina de la habitación, Alyssa se encuentra transpirando absurdamente, su regordete cuerpo no ha resistido correr tanto en tan poco tiempo, siente preocupación por su mejor amiga, sabe que se encuentra mal, sabe que quiere llorar, pero pretende ser fuerte por su madre.

"En eso se parecen Crème y ella... saben como camuflar sus emociones tan bien que a veces piensas que nada les pasa cuando sí. Por lo menos Gemma lo hace con bromas no como la otra que se resguarda en su indiferencia"

—No te preocupes G—le dice suavemente. La abraza, atrayendo su cabeza a su pecho, le arrulla, las cálidas lágrimas bajan por sus mejillas, la morena al notarlo, las seca con dulzura, se quedan viendo por unos instantes, Alyssa le intenta transmitir todo su apoyo y amor mientras que la rubia se pierde en sus ojos de ciervo, se ríe, separándose.

—Gracias por todo, A—se seca las lágrimas rápidamente para que su madre no se preocupe por su estado. No quiere preocuparla, no ahora cuando todo parece estar perdiéndose entre sus dedos.

—No hay de qué—le alza el pulgar al cielo—. Para eso estamos los amigos. Para apoyarnos siempre.

—En verdad—murmura—. No sé qué haría sin ti.

—Creo que no podrías vivir sin mí—acota, secándose el sudor de la frente. Prometiéndose en silencio, nunca volver a correr tanto.

—Verdad—asiente con la cabeza—. No sería capaz de vivir sin tu estupidez.

La aludida rueda los ojos.

—Eres mala—hace un puchero—. Pero si fuera Crème no le dirías nada.

Se sonroja efusivamente.

—Es diferente—espeta sin ver a los ojos de su amiga—. Lo que siento por ella, no es lo mismo que siento por ti.

—No me digas—chasquea la lengua—. No me merezco tanto irrespeto cuando me arriesgué por venir a verte.

—Por eso te amo—se impulsa hacia la otra que emite un gritillo al ver que casi la aplasta contra el piso. La reta al ver su herida sangrar más, Gemma sacude la mano como si no fuera nada.

—Deberías tener cuidado, G—dice recibiendo la pomada de una amable enfermera. La coloca suavemente en la pierna extendida de la gruñona que tiene un puchero pintando sus labios—. Sé que quieres ayudar a tu familia—baja el tono de voz, los aludidos están muy cerca y pueden escuchar lo que está a punto de decir—, pero no puedes pelearte con todo el mundo. Puedes salir dañada y aunque no parezca nosotras lloraremos mucho si no vuelves a clase con tu clásico humor.

Detrás de los murosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora