Se sienta pensativa, una mezcla de miedo y alivio invade su garganta, Alyssa la observa preocupada, mordisqueando sus uñas, los recuerdos vivos del golpe recorren por sus venas.
Gemma no sabe dónde meterse, los padres están hablando seriamente, un silencio desalentador invade la habitación, sonríe hacia la morena que enarca la ceja, consciente de que ese gesto es solo una pantalla para cubrir sus sentimientos verdaderos.
La rubia suspira, camina hacia su amiga, contempla su carita triste, le sostiene la mano, no es su culpa lo que ha pasado. Nunca la víctima debe ser apuntada, más bien los que lastiman deben ser encarcelados, encerrados, desterrados para no volver a tocar ni un solo pelo a los otros que no han hecho nada más que confiar en el monstruo.
—Estoy cansada...—suspira—. Sé que no he sido la hija perfecta todo este tiempo... Sé que he cometido errores en mi corta vida, sé que mis gustos dan asco y repulsión...—se detiene para respirar un poco, las lágrimas recorren sus ojos. Su amiga controla sus ganas de llorar, pero se aguanta, quiere ser un soporte, no una causa de lamento—, pero me esfuerzo por mejorar...—se le corta la voz, un nudo en su garganta se identifica—... trato de hacer lo mejor ¿acaso no es suficiente? ¿Por qué debo ser perfecta para una sociedad que me aborrece?
—G, siempre has dado lo mejor de ti. Eres suficiente para este mundo. Tu padre ha sido un pendejo todo este tiempo. Él debe cambiar, no tú.
—Solo...—sus ojos están llenos de lágrimas, un grito de auxilio ilumina sus pupilas, una impotencia crece dentro del pecho de Alyssa, le encantaría poder haber hecho algo mucho mejor que solo darle un golpe, hubiera sido mucho mejor mandarlo al hospital.
—Quisiera desaparecer y no existir más ¿no lo crees? La vida sería mucho mejor si yo no estuviera aquí...—Alyssa agarra de los hombros, sacudiéndola, unas lágrimas traicioneras corren por sus mejillas ¿cómo una persona tan buena puede desear algo así? La suelta lentamente mirándola preocupada, se sienta a su lado, rozando sus dedos con los ajenos, los agarra y aprieta, sacando un gemido lastimero.
—¡Ya! Duele mucho—se queja molesta. Su cara se ilumina con una sonrisita burlona, Alyssa niega con la cabeza, no es posible que en un tema tan serio pueda parecer una broma. Y si así lo cree, es de muy mal gusto.
—Así como te duele pendeja, me dolería si te fueras de este mundo. Deja de bromear con ese tipo de comentarios.
La aludida resopla, acostándose en el piso, observando el techo blanco, su amiga la acompaña, colocando su cabeza en el espacio entre el cuello y el hombro, las dos dejan que el hilo de sus pensamientos se mueva delicadamente igual que la delicada luz de luna que va dejando de iluminar la habitación poco a poco.
—¿Crees que venga?
—Tendría que pedirte dinero cada vez que lo dices—susurra—. Yo creo que si va a venir, pero se puede tardar...
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Detrás de los muros
Teen FictionUna amargada y un tierno se vuelven a encontrar después de varios años, desatando ciertas pasiones que pensaban perdidas. ** Créme es la reina de su instituto...