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Sentía dolor, miedo e incertidumbre en su pecho, las lágrimas bajaban en abundancia por sus mejillas rojas, preguntándose porque no había regresado, donde estaba, porque no los siguió, se había propuesto muchas veces en ir a buscarlo, pero no podía dejar a su pequeño.

Sabía que Yoongi era hábil y astuto, pudo haber vencido a los guardias, pero eran cuatro contra uno, y siempre habían malos momentos, la desgracia siempre los perseguía y tenía miedo de que le hubiesen hecho algo.

Se encontraba fuera de la casa donde habían llegado a refugiarse, las personas vecinas les habían creído su trágica historia de que los habían expulsado de las aldeas del reino por tener deudas, también les habían mentido diciendo que TaeHyung y Younha eran pareja y el pequeño JiHoon era su hijo, dejando al príncipe y a él como los hermanos menores de Kim. Les habían brindado apoyo, dándoles comida y ropajes, también les dijeron que los esconderian por si en algún momento llegasen a aparecer los guardias de la reina.

La situación entre TaeHyung y el príncipe estaba un tanto resuelta, pero era de esperarse que el heredero no confiara en Tae, algunas veces evitaba su cercanía y otras veces el mismo pedía acurrucarse a su lado.

Jimin estaba desesperado, tenía que saber que había pasado con Min, temía que los guardias lo hubiesen capturado y llevado a la reina para recibir un castigo, del cual el no era el culpable, se maldijo así mismo por haber metido a Yoongi y su niño en esto.

Estaba decidido en ir a buscarlo, los demás comprenderian la situación, el pequeño estaba en buenas manos, Younha lo quería como si fuese de ella, así que lo protegería con su vida si era necesario.

Ya estaba por subirse al caballo cuando vio la silueta de un hombre a lo lejos, y lo reconoció de inmediato.

Era él, era Yoongi, entonces corrió lo más rápido que sus pies se lo permitieron, soltando abundantes lagrimas que caían al suelo, cuando estuvo lo suficientemente cerca paro su corrida abruptamente al ver la cara de Min, una cicatriz surcaba uno de sus ojos llegando hasta el comienzo de su mejilla, esta acompañada de algunos otros golpes en su rostro.

-<Yoongi ~>- gimio doloroso al ver al hombre demacrado y manchado de sangre en todo su rasgado ropaje. Tomo su rostro en sus manos y acaricio sin llegar a dañar las mejillas del mayor con sus pulgares, -< Estas bien, te hirieron de gravedad.., por favor amor responde>- lloro el menor inspeccionando al mayo.

- < Estoy bien >- respondió seco, sin expresión en el rostro, apartando las manos del menor.

Jimin se sintió herido y rechazado, ante aquella acción de Min, bajo su rostro sintiendo las saladas lágrimas recorrer su rostro, y el ardiente dolor en su pecho, pero se permitió ignorarlo, lo que importaba ahora era curar a Yoongi.

-< Venga hyung, tiene que tratarse las heridas >- hablo bajo, tomando temeroso su mano empezando a guiarlo de nuevo a la vieja casa donde se refugiaban, -< Le diré a Younha que le cure el rostro>-, empezando a caminar con rumbo a la cocina donde la mujer se encuentra.

-< Jimin..., te amo>- dijo Yoongi tomando la suave mano de este, acariciando con su pulgar la piel a su alcance, atrayendolo a su cuerpo para abrazarlo, hundiendo su rostro en el cuello de Jimin, sintiendo su tenue aroma natural.

Jimin no contestó, solo se limitó a llorar acariciando el cabello y espalda contraria, sintiendo calidez en su interior, por las palabras anteriormente dichas.



La furia de la reina se había desatado por todo el reino, cientos de guardias custodiando cada rincón del reino y sus alrededores, y no era de esperarse esa reacción de su parte después del atentado que se llevó a cabo contra su vida.

Una noche, en medio de un profundo sueño había sido asfixiada casi al punto de su muerte, la persona sobre ella llevaba solo un pensamiento y ese era acabar con su vida, lo cual no logro.

La mujer había luchado, al punto de derribar al sujeto sobre ella, lanzandolo al suelo, por gracia o desgracia el tipo había logrado escapar.

La resiente información que le dieron de aquel hombre le tenía los pelos de punta, se preguntaba porque había regresado, pese a las muchas amenazas y advertencias se había atrevido a volver a arruinar su vida y futuro.

Él arruinó su matrimonio, su felicidad derribada por un simple plebeyo, un bueno para nada que le quitó el amor de su rey, seduciendolo al punto de cometer pecado, y engendrar a un bastardo a quien tuvo que acoger como su hijo y heredero.

Había tratado por años conseguir que su esposo la tocase, pero el se negaba a hacerlo, gracias al supuesto amor que le tenía al maldito ese, no había podido tener al legítimo heredero al trono por lo cual ese cargo le quedaría a Hoseok.

Se negaba a aceptar que ese engendro bastardo se coronará como rey, se había prometido hacer lo que estuviera a su alcance para que no llegara al trono, y lo estaba haciendo, ya estaba llegando bastante lejos con su retorcido plan.

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Gracias por los hermosos mensajes que dejaron en el capítulo anterior. También gracias por el apoyo que le están dando a este fic, y lamento decepcionarlas con estos capítulos tan aburridos.

Gracias por leer.♡

Pd:
Altas ganas que tengo de hacer un cap, para describir como hicieron al Hoseok.




EL SECUESTRO DEL PRÍNCIPE FLOR (VHOPE) +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora