❣ ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 15 ❣

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—Ay querido, ambos sabemos que sí —ronroneó Mabel—. En un principio había pensado que denunciarlos sería la mejor manera de arruinar a Dipper, porque podría ver frente a sus ojos como su hijo moría y no podría hacer nada —Mabel avanzó otro paso, riéndose—. Pero luego lo pensé con más detenimiento, ¿por qué dejar que sufras hasta la muerte? porque, ya sabes, eso es aburrido —hizo una mueca falsa de dolor—. Así que, si tu morías, Bill no habría dejado que me acercara por más que lo intentara y todo mi esfuerzo se fuera al carajo —su tono se volvió frío—. Lo que más quiero en la vida es verte sufrir por todo lo que me has hecho, Dipper. Y dime, ¿qué mejor que quitarte a tu Alfa y a tu cachorro? ¿Qué sería mejor que alejarte de ellos y quitándote todo lo que alguna vez amaste, solo y sin nadie a quien acudir?

—¡Maldita perra! ¡Tyler es mío! —gritó Dipper con sus ojos llenos de lágrimas—. ¡No te pertenece! ¡Nunca será de tuyo o de Bill! ¡Yo le di la vida! ¡Es mío! ¡Yo lo crié, lo tuve conmigo siempre! ¡Es mío y sólo mío!

Tyler sollozó con más fuerza que antes contra el cuello de su mami.

—Mami, mami, mai... —susurraba, aferrándose a su cuello.

Nunca, Dipper no le iba a permitir jamás a nadie. No dejaría que se lo arrebataran, que lo separaran de la única persona en ese horrible mundo que jamás lo decepcionó, que nunca le rompió el corazón.

Tyler era su cachorro, era suyo, así como él era de Tyler.

Se giró, decidido a salir corriendo de allí con su bebé, pero uno de los estúpidos guardias Betas lo sostuvo del brazo, impidiendo que se moviera. Tyler gritó con desesperación.

—Mira Dipper, sino me lo das en este momento —gruñó Mabel fríamente—, entonces no me quedará otra opción más que hacer la denuncia, ¿y ya sabes que va a pasar? Te lo van a arrebatar, lo mataran frente a tus ojos y no podrás hacer nada para evitarlo —Dipper sollozó—. Claro, no es como si me importara que tu maldito engendro siga vivo, pero entonces te obligarán a tener un bebé con Bill para demostrarle a todos que cumples con la ley, quieras o no —le sonrió, mostrando sus dientes—. Todos ganamos aquí... cierto, tú no.

—Mabel, por favor —y quien dio esa súplica no fue Dipper, fue Bill—, no es... no es necesario que nos hagan esto —miró a su madre con desesperación—. Me casaré con Mabel, se los juro. Heredaré la empresa. Si ustedes lo desean, marcaré a Mabel, haré todo lo que desean, estaré a sus pies... pero por favor, dejen a Dipper y a Tyler en paz, ellos no merecen esto. Por favor, mamá.

Bill podía verlo, notaba como el vínculo que tanto le costó conseguir se destrozaba, pero, aun así, podía sentir como Dipper se sentía. Desesperación, ira, pena, dolor, tristeza, odio, pero por sobre todo... por encima de todo eso, estaba el terror, el terror de que le arrebataran a su única felicidad que tenía.

Bill ya lo había destruido con su forma de actuar, sin embargo, tenía que impedir que le siguieran haciendo daño. No importaba si él se condenaba, se veía obligado aceptar una vida que jamás desearía, o estar con alguien a quien odia: si de esa forma lograba salvar la poca felicidad de Dipper, si eso era, lo haría.

Podía condenarse millones de veces, Bill no se negaría, sólo si Dipper estuviera bien.

Victoria sonrió con diversión.

—Bill, querido hijo —ronroneó Victoria—, claro que harás todo eso, y tú serás el encargado de criar a Tyler junto a tu esposa, Mabel. Dejaremos libre a Dipper, pero a cambio de eso, tendrás que cumplir con todo lo que deseemos —se rio—, y Tyler está dentro de esas órdenes. Ahora, quítale el bebé a Dipper o no dudaré en llamar a las autoridades para que lo maten frente a sus ojos.

Kilig ❝Billdip❞⇺Adaptación⇻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora