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La misión era pan comido para los 8 héroes de Karmaland, no era la primera vez que se topaban con tipos como los Rapitori, podrían ser demasiados pero en cuanto a fuerza, nuestras héroes ganaban.

Habían pasado realmente muchas cosas, pelear contra los Rapitori debería ser cuestión de minutos... O eso creían.

—¡Alex!— el grito de Rubius distrajo a todos, Frank buscó con la mirada a su pareja, encontrándolo inconsciente en el piso.

—¡Pequeño!— <<¿En qué momento le hirieron? ¿Cómo es posible que le hirieran>>

Corrió rápidamente hacia donde se encontraban el albino, quien defendía el cuerpo inconsciente de su pequeño amigo. Eran 4 alfas contra Rubius, debía ayudarlo rápido.

—¡Suelta la espada, omega!— el cuerpo de Rubius se congeló, odiaba eso, que descubrieran rápido su casta y lo usaran a su favor.

El arma cayó, igual que él, se sentía pesado, quería proteger a Alex pero aquella voz de mando le impedía hacerlo.

—¡2 x 1!— exclamó el alfa, alzando su espada con fuerza.

Rubius cerró sus ojos esperando lo peor.

Luzu quizá era el alcalde del pueblo, pero el lider de aquel grupo era Vegetta, puesto que su poderoso rugido llegaba a asustar a cualquier otra persona, incluido Merlon, el alfa "más fuerte" del pueblo.

De un rápido movimiento, se interpuso entre aquel alfa y Rubius, quien se había acercado al cuerpo de Alex y cubrir su cabeza, puesto que eran muchas voces de alfa en un solo lugar.

—¡Nadie!— golpe—¡Usa!— golpe—¡La voz!— golpe—¡Con mi omega!— otro golpe.

Frank se había posicionado a su lado, ayudándolo en el combate, pero siendo sinceros, ¿quién podría contra el gran Vegetta?

Tal como llegaron, los Rapitori huyeron rápidamente, en esta ocasión, con más heridas y bajas que las veces anteriores, puesto que habían "herido" a dos de sus compañeros y eso era algo que no iban a permitir con facilidad.

Mareado y aturdido, Rubius cayó en el suave césped justo al lado del menor, su cabeza dolía a montones.

Vegetta se agachó rápidamente junto al híbrido de oso, quien parecía estar a punto de desmayarse—Tranquilo, chiqui— lo tomó entre sus brazos— Auron— miró rápidamente a su amigo, esperando una instrucción.

—Solo llévatelo de aquí y deja que descanse, todas esas voces le pudieron dar jaqueca fácilmente— el alfa asintió y salió corriendo de aquella área hacia su mansión.

—¡Auron!— exclamó Frank—¿Qué le pasa a Alex?— estaba sumamente preocupado.

El doctor se acercó al menor, moviendo su cuerpo suavemente, buscando alguna herida o algún rastro de sangre, no había nada, confundiendo al azabache.

<<¿Por qué se desmayaría de la nada? ¿Acaso..? Podría ser posible pero no lo sabremos a menos que...>>

—Staxx— dijo Auron saliendo de sus pensamientos— ¿Su olor ha cambiado estos días o semanas?— preguntó

—Bueno, su hierbabuena se ha vuelto más intensa pero aún no es tiempo de su celo— Auron y Luzu se miraron de reojo con una sonrisa—¿Pero qué tiene eso que ver con esto?—.

—Mucho— respondió Luzu.

—Vayamos a mi consultorio, necesito asegurarme que todo esté bien—.

Frank caminaba nervioso de un lado al otro afuera del consultorio de su amigo, no entendía que estaba pasando, eso mezclado con su preocupación no era bueno.

—Verás que todo saldrá bien, Frank— Fargan apoyaba a chico, había decidido acompañarlo junto con Willy, quien permanecía callado y alejado de ambos alfas.

—Es que...— el sonido de la puerta del consultorio abriéndose llamó su atención, se acercó rápidamente al beta, buscando respuestas—¿Qué tiene, Alex?— preguntó.

—Me sorprende que aún no te hayas dado cuenta— Luzu apareció detrás de ellos con una enorme sonrisa.

—¿Pueden dejarse de tanto misterio y decirme que tiene mi pequeño?—

—Frank— habló Auron— Felicidades, van a ser padres—sonrió- Está en cinta-.

—¡¿QUÉ?!— Rubius había permanecido unos días en cama, así que Alex decidió visitar a su amigo, luego de que le contaran lo que sucedió, para agradecerle y contarle la noticia—¡Alex! ¡Felicidades!— abrazo rápidamente al menor, quien correspondió alegre a aquel acto.

—Gracias...— dijo tímidamente.

Pero había algo raro, su olor emanaba tristeza.

—¿Qué te inquieta?— preguntó Rubius de la nada, ambos omegas son mejores amigos, entendían cuando algo estaba mal con el otro.

—Me gustaría que Mangel estuviera aquí...— el menor de acurrucó en los brazos de su amigo—Se que él estaría tan emocionado como tú, siempre quiso tener un cachorro, ¿lo recuerdas?—.

—Recuerdo todo perfectamente, sé que él estaría muy orgulloso y feliz por ustedes, Alex, no dudes de eso—.

Hacia aproximadamente 5 años que el omega había desaparecido sin dejar rastro alguno, por más que lo buscaran, se había esfumado de Karmaland completamente.

—Yo sé perfectamente que ese alfa del que tanto nos hablaba se lo llevó...— dijo Alex, quien había comenzado a llorar.

—Yo también lo creo, pero no podemos asegurar nada, lo único que podemos hacer es rezar a los Dioses por el bienestar de Mangel y que podamos reencontrarnos pronto—.

—Lo sé, Rubén, lo sé—.

☘Ghostin☘ Karmaland 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora