☘Ghostin☘ Karmaland 4

♡8♡

— Entiendo lo que estás haciendo —

— Solo quiero ayudar a Alex, me siento mal, nos deshicimos de Frank, su pareja y el padre de su hija —

— No es nuestra culpa, Fargan. Staxx se metió en donde no debía, los que son como ellos solo merecen ser castigados—

—...

— Pero, quiero que sepas, que tienes una brillante mente, mi amado Fargan —

— ¿Ah si?

— Acercarte de esa forma tan personal a Alex nos facilitará los planes —

— Willy...

— Estoy muy orgulloso, cielo, sigue así

Suspiró mientras asentía y salía de la habitación.

2 semanas después

Para Alex, escuchar la risa de Leia provocada por Fargan era como escuchar música para sus oídos, había algo en aquella risa tan encantadora que le recordaba a Frank.

Recordó el día que la pequeña abrió sus ojos por primera vez, eran de un verde tan profundo idéntico al de su padre. Lloro sin duda.

Sin embargo, la preocupación regresaba a él. No estaba trabajando, los karmas pronto se acabarían y con ello, todo lo que su pequeña hija necesitaba.

Fargan se percató del repentino cambio del omega, podía oler su preocupación y ansiedad.

— ¿Está todo bien, Alex? — preguntó acercándose.

Por alguna razón, que Alex no entendía, pero agradecía, Fargan asistía a su hogar todos los días sin falta, le ayudaba con la cosecha del jardín, a hacer las compras de cada semana, le ayudaba a no sentirse tan solo.

Negó suavemente— Debo buscar un trabajo — respondió desanimado.

Fargan sonrió emocionado — Traigo justo lo que necesitas— rápidamente sus manos se dirigieron a sus bolsillos, buscando algo dentro de ellos, sacando al fin un papel arrugado — Están buscando 2 policías civiles en la comisaría —.

— ¿Policía? — tomó el papel entre sus manos y lo leyó detenidamente. Realmente no era tan complicado, sólo era dirigir la comisaria ya que la guardia de Karmaland se encargaba de los monstrous que se acercaban al pueblo. Tenían experiencia luchando contra enemigos, podían defender el pueblo como policías si ya lo chain con héroes. La paga de 15 karmas de oro cada dos semanas era tentadora.

— Yo ya he llevado mi solicitud — Fargan había tomado a Leia entre sus brazos, Alex le había dado un poco de confianza hace unos días para que pudiera cargar a la cachorra, sin embrago una punzada en su pecho le exigía alejarla del alfa — Me dijeron que como soy un héroe quizá proceda más rápida y me acepten en cuestión de horas. Puede ser lo mismo contigo —.

— Ya...— Susurró pensativo — Solo tengo un inconveniente — Sus ojos se dirigieron a la pequeña, la cual comenzaba a cabecear en los brazos de Fargan — No puedo dejarla sola, pero tampoco podría llevarla al trabajo —.

— Podríamos buscar a alguien quien pueda cuidarla — respondió, mientras se dirigía a la cuna del salón, pues se había quedado dormida.

— Realmente no sabría a quien confiarle a Leia — dijo cruzándose de brazos— Necesito alguien en quien pueda confiarle mi vida, alguien que sepa cuidar un cachorro y que no trabaje para que pueda ayudarme a cuidarla cuando sea necesario —.

— ¿Pero quién? — el silencio inundó la habitación, ambos pensaban, hasta que escucharon el timbre de la puerta.

— ¡Hola Alex! — se escuchó desde el otro lado. El alfa y el omega se miraron sonrientes, justo la respuesta que necesitaban. El menor corrió hacia la puerta para abrirla rápidamente, encontrándose con el alegre híbrido de oso enfrente suya.

— ¡Rubius! — saludó — Pasa, pasa, pero no hagas mucho ruido que Leia acaba de dormirse —.

El castaño asintió con rapidez mientras se dirigía a donde descansaba aquella niña que tanto adoraba. Vegetta había venido con él, sin embargo se quedó afuera.

— ¿No quieres pasar, Vegetta? — preguntó el omega

— Tengo un par de cosas que hacer, solo vine a acompañarlo a tu casa. ¿Te molestaría que se quede aquí un rato?— preguntó

— Hombre, mi mejor amigo, mi hermano, mi pana, es obvio que me molesta que esté aquí, no es cierto, estoy bromeando— ambos rieron levemente.

— Últimamente ha estado bastante pesado con esto de querer ver a Leia — dijo el alfa — Lo siento de ante mano si causa algún contratiempo —.

— Tranquilo, Leia y él estarán bien —.

Observaban como el híbrido se había sentado en el piso para observar a la cachorro dormir por las rejillas de la cuna, su colita se movía se un lado a otro.

— ¿Puedo pedirte algo, Alex? —

— Claro, hombre — respondió— ¿Qué necesitas?—

—  Si en algún momento dado, él quiere regresar a casa, llámame de inmediato sin dudarlo y vendré enseguida — el omega miro a los ojos del alfa, sin duda estaba preocupado.

— ¿Por qué? ¿Qué sucede? —

— ¿Recuerdas que Doblas fue atacado por un grupo de alfas en su casa? — sintió comenzó en su nariz al sentir el olor a madera quemándose que salía del alfa.

— Claro que lo recuerdo, fue muy aterrador y doloroso ese día — sintió un escalofrío fugaz en su cuerpo.

— Vi a uno de esos alfas rondando en el bosque que está debajo de mi isla. Lo están buscando— ahora Alex estaba preocupado.

— ¿Él lo sabe? — preguntó

Negó con la cabeza — No quiero preocuparlo tanto —.

— Lo entiendo, confía en mi, cualquier cosa yo te llamaré, además Fargan está aquí, con otro alfa cerca dudo que se acerquen —

— Eso me reconforta un poco — sonrió suavemente — Gracias Alex — Su mirada se dirigía a su omega — ¡Doblas! — exclamó, llamando la atención del híbrido. Este se levantó del suelo con cuidado para dirigirse al alfa.

— Dime — respondió una vez se encontró a su lado.

— Yo vendré en un rato, ¿de acuerdo? — Rubius asintió, Vegetta depositó un suave beso en su frente antes de irse. Para Alex aún era extraño, su mejor amigo siempre había sido tan rudo y fuerte, sin importar su casta, verlo de esa forma tan ¿sumisa? o delicada le daba risa, ya que él nunca fue de esa forma con Frank.

Y aquí vamos de nuevo, no era algo que él pudiera evitar, sabía que en cualquier momento del día los recuerdos de su amado se hacían presente. Haga lo que haga, jamás podría olvidarlo o no pensar en él.

— Vamos adentro, Rubius, que quiero hablar contigo — el castaño asintió mientras le seguía— Este es el caso...—.