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Vegetta se encontraba indeciso.

Sabía que podía contar con la presencia de Alex y Fargan en la pequeña cena para él y Rubius de es noche.

También sabía que Luzu y Auron no podrían asistir, pues la salud del pequeño Lucas en ese momento era lo más importante, pero sobre todo preocupando, para la pareja.

Lo único que no sabía era cómo invitarlo.
Sabía que el tema de los cachorros o embarazos eran sumamente difíciles de abordar, nunca volvió a ser el mismo desde ese día y la luz que hacía brillar sus ojos verdes desapareció.

Se plantó frente a la puerta del gran árbol donde vive el albino, conforme pasó el tiempo, el omega comenzó a aislarse, dejando de lado inclusive las misiones o trabajos de héroe. Como era de esperarse, Fargan las hacía por él.

Suspiro un poco antes de tocar la puerta con nerviosismo.

— ¿Willy? — llamó, esperando alguna respuesta desde adentro — ¿Estas aquí? — preguntó.

Su oreja se recargó en la puerta, sin embargo no pudo escuchar ni un solo sonido, excepto el de la soledad.

— Supongo que estará en casa de Fargan —

Se alejó del frío hogar, caminaba con tranquilidad hacia el pueblo, realmente no tenía prisa, era sin duda un día tranquilo y perfecto para relajarse, sin preocupaciones o tareas...

Se encargó de comprar aquellas galletas de miel que le gustaban tanto, una sonrisa de posó en sus labios.

Se sentía completo.

Iba a ser padre.

Rubius y él tendrían un cachorro.

Sonrió aún más, se emocionaba con solo pensarlo.

Caminó hacia la comisaría, allí podria ver a Fargan y Alex para invitarles, quizá también preguntarle al alfa sobre el paradero de Willy e invitarlo también. Los crímenes habían bajado desde hace unos meses, uno que otro alfa salvaje, la hermandad oscura no había actuado ni atacado nada y Lobo Nocturno había dejado de robar. Lo último de debió a un acuerdo entre su omega y él.

Lobo Nocturno dejaría de robar si Rubius salía de la hermandad oscura.

Para Vegetta no fue sorprendente que el híbrido fuera parte de aquel grupo, pues sabía lo mucho que amaba las "travesuras", sabía que no lo hacía para hacer daño a nadie, solo lo hacía por diversión y sentir aquella adrenalina que tanto le gustaba. Pero le preocupaba el hecho de que algunas veces llegaba herido, cansado o apuntó de ser atrapado por los guardias.

Para Rubius si fue una sorpresa que su pareja fuera aquel icónico personaje, pues nadie esperaría que aquel correcto chico se atrevería a robar al pueblo y los ricos para si mismo, pero también era peligroso aquel pasatiempo, pues podía ser atrapado y su castigo sería el mayo al ser el líder de los héroes e hijo de los De Luque. Al omega no le sorprendía del todo que Vegetta deseara libertad y lo desahogara d esa forma, pues su apellido llegaba a ser una enorme carga en distintas ocasiones.

— ¡Hombre Alex! — saludó alegremente al ver al omega salir del lugar pero ¿donde estaba Fargan?

— ¿Vegetta? — camino hacia él — ¿Qué haces aquí? — preguntó un poco confundido — Si vienes a ver a lo del alfa que atacó a Rubius no tienes por qué preocuparte, lo llevaron ya a las mazmorras —.

— Realmente no vengo por eso, pero me alegra saberlo — sonrió— Doblas y yo haremos una pequeña cena esta noche como celebración —.

— ¿Por el cachorro? —

Asintió— Y bueno me dijo que te invitara—

— Claro, de igual forma iba a ir para allá por Leia—

— Puedes quedarte a dormir en la mansión, así no partes solo de noche a tu casa, aún que creo que Fargan te acompañaría—

— Hablando de Fargan — interrumpió el omega — ¿Sabes si esta bien? Hoy no se reportó a trabajar—

— De hecho, fui a casa de Willy a invitarle también pero no estaba en casa, o eso supongo, nadie salió — algo extraño estaba pasando...

— Podríamos ir a casa de Fargan, quizá estén allí, así como le hacen Rubius y tú—

— Quizá— En ocasiones, el omega se agobiaba de la mansión, así que solían quedarse un par de días o una semana en casa del híbrido, así aprovechaban para limpiar y pasar un tiempo juntos en un lugar diferente.

— Bueno, váyanos ahora— el menor comenzó a caminar siendo seguido por el alfa en un silencio tranquilo — ¿Estas seguro de invitar a Willy? — preguntó.

— Realmente no, se lo difícil que es todo esto para el pero sigue siendo nuestro amigo, no podemos dejarlo de lado, aún sabiendo que quizá diga que no —

— En eso tienes razón — aceptó el omega — No me imagino el dolor que siente —.

— Si... —

A la lejanía, el sonido de una explosión llegó a sus oídos, alertándolos.— ¿Lo escuchaste cierto? — el omega asintió, comenzaron a correr de regreso a la comisaría, el lugar donde aquello se hizo presente. Los pueblerinos corrían nerviosos de un lado a otro, el aterrador sonido de las explosiones alteraban a todo habitante y solo debían huir.

Llegaron en el momento en que otra explosión sonó, encontrándose con aquella figura oscura y encapuchada montando un chocobo dorado.

— Es uno de la hermandad — susurró Vegetta. ¿Por qué justo tenía que aparecerse ese día? Rubius se pondría a llorar por haber tardado en llevarle sus galletas de miel, ya se disculparía con él cuando llegase a casa.

— ¡Eh cabron! — gritó Alex, llamando su atención— ¡¿Puedes volver a desaparecerte otra vez?! Tan bien que lo estaba pasando con que me pagaron por descansar mi culo en la silla —

— ¡Claro! — aquella voz no les sonaba de nada ni desprendía aroma alguno— Se que les preocupa que este desaparecido pero tengo mis motivos— suspiro debajo de la máscara, sobrevolándolos con aquel animal — He estado muy triste, pues quiero tener un cachorro y no perderlo nuevamente. Me preguntaba si alguno de ustedes dos podrían darme uno —.

— ¿Qué mierda estás hablando? — Alex tenía una mal presentimiento.

— Tu hija Leia es preciosisima, Alexby — aquel comentario ocasionó un escalofrío en el omega — Sin embargo ya está demasiado grande para criarla, por lo que se, tu omega está en cinta, ¿no Vegetta? —.

El alfa palideció. No se había percatado, si hubiera sido más atento a si mismo, se habría dado cuenta del miedo que podía sentir proveniente del híbrido.

— ¿Dónde está tu compañero? —

— Supongo que ya te habrás dado cuenta, no te preocupes, Vegetta, nosotros cuidaremos muy bien del... — fue interrumpido.

Algo caía del cielo con velocidad, era una figura oscura, no podrían encontrarle forma alguna, pero se dirigía hacia el chico sobre el chocobo.

Todo fue muy rápido sin duda.

Aquella figura había atrapado al chico, haciéndole caer del chocobo, generando una gran nube de polvo a su alrededor.

— ¿Qué fue eso? — preguntó Vegetta nervioso.

— En las películas se veía que esto no dolía, pero fue muy divertido hacer eso —.

Los ojos de Alex se abrieron.

Aquella voz...

Aquel olor...

Solo podía tratarse de una persona.

— Frank —.

☘Ghostin☘ Karmaland 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora