♡13♡

381 60 7
                                    

— ¡Auroncito me contó que estás en cinta! — Rubius había regresado a casa un par de horas después, luego de hablar con Alexby para llegar a un acuerdo.

El omega cuidaría a Leia en la mansión de su alfa, así ambos estarían más protegidos, intentar entrar al lujoso hogar era como cometer un suicidio.

— Me hubiera gustado decírtelo en persona ayer, Mami Luzu — observaba a Leia dormir con tranquilidad mientras acariciaba con suavidad su vientre plano.

— A mi también Rabis y me gustaría ir a visitarte en este momento, pero nuestro pequeño Lucas tiene un poco de temperatura y estoy algo preocupado —.

— Espero se mejore pronto, Luzu — salió de la habitación, cerrándola para dirigirse a la cocina — Vegetta está en el pueblo, fue a comprar un par de cosas para la cena de esta noche —

— También tendrás que disculparme por eso, Rabis, no podré asistir a la cena para celebrar tu embarazo —

— No tienes que disculparte, no hay ningún problema, Mami Luzu — seguía hablando por teléfono mientras se dirigía a abrir el microondas para sacar la sopa instantánea que había dejado — Puedo mandar a Vegetta a que te lleva una rebanada de pastel mañana —.

— Vale, vale, lo acepto — respondió el alcalde amablemente, Rubius tomó asiento en el enorme comedor — Anyway, un día de estos voy a verte y llevaré a Lucas, ¿okay? —.

— Ok boomer — Iba comer el primer bocado, pero el llanto de Leia desde la habitación llegó a sus oídos — Tengo que ir, debo volver a dormir a Leia, no se como se habrá despertado de nuevo —.

— De acuerdo, ¡Adiós Rabis! —

— Adios Mami Luzu — colgó, suspiro levantándose de su silla — Volveré a por ti— dijo mientras comenzaba a subir las escaleras.

— ¡Princesa Leia! — canturreó dirigiéndose a su habitación, donde descansaba la pequeña cachorra — ¿Qué sucede, precios..?— se quedó helado.

Había un hombre.

Por la musculatura de su cuerpo, sabía que era un alfa, sin embargo no percibía olor alguno de él. Todo su cuerpo estaba cubierto con un traje color negro, con detalles dorados y blancos, su cabello castaño estaba peinado hacia atrás, dándole un aspecto elegante. Pero su rostro estaba cubierto con una máscara blanca, unís enorme ojos negros y una mueca de tristeza.

Leia lloraba en sus brazos.

— ¡Aléjate de ella! — exclamó Rubius, buscando algo con quien atacar.

Quieto — Su voz se escuchaba con un tono robótico, algún aparato para no reconocerla, pensó, pero eso no significaba que su voz de mando no funcionase — Ella estará bien, no es por quien vengo. Así que, no pongas resistencia y nada le sucederá a la cachorra—.

— ¡No la dejaré aquí sola! — exclamó nervioso.

Es por su bien que ella se quede aquí—

¡Me niego! — gritó arrebatando a la bebe de sus brazos, dispuesto a huir.

<<Perdóname, Rubius>>

Quédate quieto, omega — el castaño sentía ganas de llorar — Vendrás conmigo, sin poner resistencia alguna — las lágrimas caían por sus mejillas — Si intentas escapar, tu alfa y el cachorro que estás esperando sufrirán las consecuencias—.

El híbrido asintió entre sollozos, observando cómo el alfa se acercaba a él, lo tomó con cuidado entre sus brazos, aún estando así de cerca, Rubius no pudo percibir algún aroma.

Caminaron escaleras arriba, subiendo al techo de la mansión de mármol, observando cómo un chocho los esperaba.

No había forma de escapar. Estaba solo ahora.

☘Ghostin☘ Karmaland 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora