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-¡Mierda!- Alex bajaba con sumo cuidado las escaleras de su hogar, puesto que en su brazo llevaba a la pequeña Leia y con el otro trataba de bajar la pequeña carriola de la bebé. Había pasado una semana desde que Frank desapareció de la faz de la tierra, aún le dolía demasiado, pero debía seguir adelante por su pequeña, por mas difícil que fueran las cosas, sin importar que haya soltado la carriola por accidente y que esta bajara cada escalón abrupta mente, debía detenerla rápido, pero con Leia en brazo era complicado bajar las blancas escaleras de prisa.

La carriola había tocado el suelo, mientras intentaba huir hacia el pueblo, sin embargo, alguien detuvo su camino.

-¡Muchas gracias, Fargan!- agradeció Alex, mientras terminaba de bajar las escaleras para acercarse al híbrido de búho, él cual sonrió amablemente.

-Hombre no es nada, para eso son los amigos- respondió cordialmente- ¿Te ayudo con Leia?- hizo un ademan de querer tomarla en sus brazos, Alex dio unos pasos atrás rápidamente.

El omega se dio cuenta de su acción—Lo siento, Fargan, yo...— se disculpo, pues pudo parecer un poco grosero de su parte.

—Tranquilo, Alesby— habló el alfa con suavidad— Lo entiendo, son tus instintos de querer proteger a tu cachorra—.

Alex colocó cuidadosamente a Leia en su carriola, un regalo muy especial de parte de Luzu y Auron por el nacimiento de la pequeña, ambos comenzaron a caminar hacia el pueblo.

—¿Cómo van las cosas con Willy?— pregunto el menor.

—Bueno, normal— respondió algo cortante— Sabes que no es él desde... ese día— rascó su cabeza un poco incómodo.

—Lo siento, Fargan, no debí preguntar— se disculpó rápidamente, recordando aquel fatídico día para el albino...

—Tranquilo, solo trataste de ser amable— sonrió, haciéndole saber que no había problema alguno— ¿Qué se supone que harás?— preguntó.

—Bueno...— lo pensó un poco— Frank y yo solíamos hacer las compras juntos mientras paseábamos a Leia cada semana— sonrió nostálgicamente— Él bajaba la carriola y yo bajaba con Leia, al regresar era el mismo orden para ambos. Leia disfruta estos paseos, no puedo quitárselos solo porque él no está, aún que sea más difícil—.

Fargan sintió un poco de envidia.

Aquella pareja era una de las más bonitas y sinceras que había visto en su vida, siempre estaban cuidándose, ambos se completaban de forma increíble, haciendo que fueran la definición perfecta de "destinados".

Sintió una pequeña presión en su pecho.

Pues recordó cuando regresaron de su búsqueda por todo Karmaland, sin rastro alguno o pista sobre el paradero de Staxx. Recordó cómo se apagó la luz en sus ojos cuando negamos haber encontrado algo, lo único relevante fue haber encontrado marcas quemadas en el piso, las cuales "deducieron" que habían sido a causa de un meteorito.

Era culpa.

—Si me lo permites, Alex— habló el alfa— ¿Puedo acompañarte?— pregunto, sorprendiendo un poco al menor— Te ayudo a hacer tus compras y cuando termines, te ayudo a subir la carriola con las cosas— el omega sonrió suavemente— Se que no soy él pero eso no significa que tengas que hacer las cosas solo—.

—¿No le molestará a Willy?— preguntó algo incómodo, pues sabía que sus amigos tenían una extraña relación.

—No tendría razón para hacerlo— respondió restándole importancia— Somos compañeros, debemos apoyarte en lo que podamos, ¿no crees?—.

—De acuerdo— aceptó— Gracias, Fargan—.

La caminata de la casa del omega al pueblo, no era larga, regresar con las cosas que compró si lo era.

—¿Falta algo más?— preguntó Fargan atento a las palabras.

—Voy a comprar también una pequeña maceta de menta— dijo soltando un suspiro, el alfa colocó su mano en su espalda, acariciando con suavidad, pues sabía perfectamente que ese era el olor de Frank—Leia lo necesitará mucho— susurró.

—Iré a buscarla yo— respondió

—De acuerdo— sonrió— Te esperare en aquella banca— señaló el asiento de madera, a donde se dirigió empujando la carriola, pues se sentía un poco exhausto.

Fargan caminaba aparentemente muy tranquilo, pero por dentro miles de pensamientos pasaban por su cabeza.

—¡Doblas, baja de ahi!— escuchó una voz muy familiar no tan lejos de donde se encontraba, así que decidió investigar un poco.

Vegetta se encontraba cerca de un árbol enorme, sus dedos apretaban suavemente el puente de su nariz, se le notaba estresado y, como era de esperarse, no estaba solo. Desde que ambos se mudaron, parecían uña y mugre, estaban siempre juntos.

Sin embargo, Rubius se encontraba en una de las ramas del árbol, parecía hablarle a algo.

—¿Qué hace allí arriba?— preguntó Fargan, pues si curiosidad era mayor y le interesaba un poco aquella escena—¿Te esta haciendo otro berrinche?— dijo burlón.

Recordó aquella ocasión, después de la pequeña operación del híbrido de oso, por culpa de su anestesia y sus recuerdos olvidados, sus pensamientos estaban nublados, ocasionando que se pusiera a llorar cuando Vegetta se negó a comprarle helado de salmón... si es que existía.

—Ojalá— respondió el azabache— Encontró un pajarito en el piso, aparentemente se cayó de su nido— su mirada se dirigió a su omega— Le dije que lo dejará ahí para que vuelva su mamá, pero fue terco y decidió subirlo por si mismo—.

— Te apuesto a que se puso a llorar cuando lo vió— respondió Fargan.

— Pues si, está muy sensible el bobo—.

—Al fin te encuentro, Fargan— ambos se giraron, Alex se acercaba a ellos— Pensé que estabas tardando demasiado y vine a buscarte— sonrió suavemente antes de mirar al árbol— ¿Qué hace Rubius allá arriba?—

—Larga historia— respondió Fargan riendo.

—¡Doblas!— volvió a gritar el alfa— ¡Mira quien está aquí!— Cuando Rubius dirigió su mirada a ellos señaló a Alex—¡Aquí está Leia!— el omega se confundió un poco, ¿qué tenía que ver su cachorra?

—¡Leia!— exclamó el híbrido desde arriba. Se sorprendió un poco al ver la velocidad con la que bajaba del árbol para acercarse a la pequeña, se arrodilló junto a la carriola, observando con emoción a la bebé, su colita se movía de un lado a otro con rapidez.

—¿Qué le pasa?— preguntó Alex.

—Llevas días hablando de que quiere ir a visitarte para ver a Leia— respondió Vegetta al observar la tierna escena.

—¿Solo a ella? Vaya me siento ofendido e ignorado— dijo riendo un poco.

A la nariz de Fargan llegó un olor peculiar y conocido que erizó un poco su piel, pues sabía de quien se trataba perfectamente, sin duda tendría que preguntarle a Willy por que les observaba.

☘Ghostin☘ Karmaland 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora