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"La soledad es mi amiga no mi enemiga"
"La soledad es mi amiga no mi enemiga"
"Omega, es hora"
"Omega, vuelve es tiempo"
Desperté recordando un sueño extraño en el que una voz repetía las mismas frases una y otra vez, la mañana era cálida y la cama me succionaba en ella sería mi amante si alguna vez me llego a casar porque nunca podría despegarme de lo suave y relajante que es puedo asegurar que amo más a esta litera que a mí mismo.
El sonido irritante de las gallinas que compro papá Jin para donar en el orfanato me quitaron las ganas de seguir durmiendo, abrí lentamente mis ojos esbozando un gran bostezo hice unos estiramientos para mandar a la mierda mi flojees, al intentar girar con mis piernas sentí un bultito caliente pegado a mí cuerpo.
Los bombeos extraños de mi corazón realmente me asusto, nunca jamás en mi vida se encontraba algo entre mi amante y yo.
Me sacudí como loco en la cama intentando zafarme de la cosa que se adhería a mí, sin pena alguna con mis piernas lo empuje y lo patee con fuerza.
Cuando lo vi caerse y quejarse por el dolor me maldije mentalmente como pude ser tan tonto y estúpido me senté de rodillas en la cama pensando en el gran lio en el que me había metido.
Me doy cuenta cuan estúpido soy mi cerebro aun no procesaba bien lo que acababa de ocurrir, solo con su voz logre reconocer que se trataba de Yoongi y no un monstruo como me imagine.
— ¿Pero qué carajos te ocurre Kim? —chillo irritado arrastrando las palabras por no haber despertado bien, mientras se sobaba la cadera que supongo es por la patada que le di.
— Lo- lo siento Yoon te juro que no fue mi intención patearte— reaccione asustado bajando de la cama.
Me disculpe lo más sincero que pude realmente no tenía en mente que estuviera en la cama y menos conmigo, es por eso y muchas razones más que no comparto habitación con alguien.
— ¿Cómo es posible que no te acuerdes? Tú mismo me pediste que me quedara porque la noche era peligroso para un omega según tú y con lo primero que me despiertas es con golpes, eres un idiota—hablo con cierto enojo.
Se levantó del suelo sin tomarme de la mano, note que se sobaba la cadera con unos gestos en el rostro se dirigió directamente al baño dejándome solo con las palabras en la boca.
— Yoon, por favor perdóname — le hable elevando la voz, suspire angustiado.
Sé muy bien que esto no me lo perdonara gratis, y mucho menos me lo hará fácil, su perdón es muy caro y yo tan idiota.
— ¿Chicos ya se levantaron? —hablo mi padre Nam detrás de la puerta tocando levemente con los nudillos.
—Puedes pasar ya estamos despiertos—respondí estando aun sentado en la cama.
