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—Es sexy— hablo Jimin mientras silenciaba su celular—.No puedo creer que no te guste.
Podía escuchar sus risitas cada que el teléfono celular vibraba avisando la llegada de un nuevo mensaje de texto, lo silenciaba para que no lograra escucharlo pero con mi oído desarrollado de igual forma podía hacerlo.
— ¿De quién hablas? —me sentía aburrido, y quería tener una conversación al menos.
—De la omega que ocasiono tu lesión— hablo entre risas—. Era bonita.
— ¿Si? Ya me imagino que te la ligaste—respondí conociendo sus mañas, y esta no sería la excepción.
Se metía con cada una de las omegas que se me acercaban con intensiones a los cuales yo no pensaba corresponder, y creo que en gran parte me ha salvado de muchas situaciones incomodas.
— Pero no es mi tipo, su aroma a fresas me es muy pesado no me apetece.
— ¿Park Jimin, descartando un posible ligue? ¿Es el fin del mundo? —escuche un sonido de afirmación —. Deberías de estar feliz al poder olfatear buenos olores, yo nada más consigo sentir pestilencias.
—No todo es como lo imaginas a veces son pesados que tanto dulzor asquea, además ella parecía estar muy deprimida.
— ¿Y tú que hacia hablando con ella?
—No fui a hablarle a ella—respondió con un tono de angustia acompañado de un suspiro.
— ¿Entonces por qué le hablaste? — Me tomo de las manos y me paso un vaso cargado con agua—. Gracias.
— De nada para eso estoy— con sus manos revolvió con cariño mis cabellos—. Fui por Taehyung mi querido amigo, él te debe más que una disculpa que según me contaste no fue como tal. Esta tarde iré a su casa esto no se quedara así, cuando fui a buscarlo la primera vez solo me encontré con IU.
Sentí todo mi cuerpo helarse con tan solo escuchar su nombre, tanto su presencia como su ausencia me provocaba miles de emociones y uno de lo más fuerte es el miedo.
¿Porque soy tan patéticamente cobarde?
— ¡No! No importa pronto recuperare mi vista y todo volverá a la normalidad tu solo ocúpate en ayudarme con las clases perdidas no quiero que mis notas decaigan.
No he vuelto a asistir desde ese día por ello Jimin me mantenía al tanto de todo, y me ayudaba a no perderme de ninguna de las tareas que mandaban.
— De eso no te preocupes pero por lo otro no podrás hacer nada ya lo tengo todo planeado— hablo como si fuese a matar a alguien, con voz autoritaria.
—Es mi decisión no la tuya—espete con cierto enfado.
—Decisión tuya o no, lo voy a hacer—contrarrestó carraspeando e imposto la voz con autoridad.
