Parte 7

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Seis días. 

Habían pasado seis días desde el intento de escape de Tae Ra. Y Gon estaba comenzando a desesperarse. No respondía, no comía ni bebía, parecía que había escogido la muerte antes que arrepentirse de su escape y pedirle, de rodillas, que la perdonara y que se casaran. Aunque no le sorprendía. Desde antes había comprendido que ella tenía temple de acero, pero poniendo en tela de juicio su libertad esperó que ella hubiera sido un poco más flexible en cuanto a la idea de casarse.  Había hablado con un médico real quien le informó que dentro de poco ella empezaría a tener los efectos de la deshidratación y que su salud podía estarse deteriorando rápidamente. 

Intentó no hacer caso a la preocupación excesiva, pero cuando, por las cámaras vio que ese día no se levantó de la colchoneta, envió a los médicos reales a examinarla antes de ir a atender otro de sus eventos en la agenda real.

Quizá el buen juicio que tuvo fue sugerido por algún ente que no era de ese mundo, y mas adelante seguramente lo agradecería, ya que cuando los médicos entraron y uno de ellos se acercó a examinarla bajo la vigilancia de Shi Hyun se volvió después de un momento al capitán y le dijo que la futura reina tenía  que ser sacada de urgencias del calabozo a la clínica más cercana a ser atendida de manera inmediata.

Shi Hyun había movido todo el arsenal desde su radio, ladrando ordenes precisas que los guardias reales estaban acostumbrados a escuchar y obedecer. Cuando todo el operativo estuvo listo el capitán entró definitivamente al calabozo y se arrodilló ante la colchoneta, tomó a la actriz ahora inconsciente entre sus brazos para llevarla fuera del calabozo hacia la entrada secreta del palacio donde ya había una ambulancia especial y de vidrios tintados estacionada. Shi Hyun se sorprendió de lo poco que parecía pesar ella. Era increíble que  un cuerpo tan pequeño albergara tanta cabezonería. 

Lee Gon se encontraba en la mitad del evento cuando recibió la llamada de Shi Hyun, pidió disculpas para retirarse a un lado obteniendo aprobación unánime. 

– ¿Qué pasa? – dijo con irritación ya que el evento se hallaba en el momento cumbre.

– Se ha presentado una situación con la futura reina – fue la rápida frase que salió de la boca de Shi Hyun, Gon se puso rígido al escuchar, al fondo de la llamada el sonido de la sirena de una ambulancia. 

–Habla – dijo en tono siniestro. 

Shi Hyun relató todos los pormenores de la situación sin detenerse en detalles, siendo tan claro y conciso como siempre. 

Cuando terminó Gon cortó la llamada y salio de la estancia sin importarle dejar a todas las directivas de lado para emprender su viaje a la clínica. 

Fundada por el palacio desde hacia años y prestando un servicio casi que perfecto, la clínica fue el sitio donde el capitán decidió que sería el traslado de Jeong Tae Ra en un despliegue de máxima seguridad donde se saltaron muchas medidas de tránsito y hacia donde la ambulancia fue escoltada todo el tiempo por el equipo de seguridad. El mismo despliegue se dio en el sitio del evento donde el rey fue removido a la mayor brevedad y donde exigió a quienes lo acompañaban que debían llegar en el menor tiempo posible a la clínica real.  

Durante el camino muchas cosas incoherentes pasaron por su cabeza. Las palabras de su leal capitan seguían dando vueltas en su cabeza llevándole a elucubraciones futuras y nada prometedoras. La  camioneta se estacionó con mucho ruido de frenos y todos los guardias bajaron de esta para hacer el cerco de seguridad antes de que él bajara acomodando su abrigo sin dejar traslucir ninguna emoción, pero quemándose de angustia por dentro.

Cuando llegó al piso de reanimación alteró a todo el orden con los gritos y ordenes, pero inmediatamente llegó Shi Hyun que había estado esperando a que él arribara controlándolo todo desde el GPS. Al no haber estado cuando dieron el parte medico Gon recibió la información del capitán, pero sabía que Shi Hyun era demasiado competente así que no tardó en contarle los pormenores de lo que había sucedido. 

El Rey Tirano y la Actriz NarcisistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora