Parte 12

676 33 2
                                    

/*/

El altar ancestral, la línea de sucesión, los príncipes y las princesas, esos eran los temas de ese día y Tae Ra tomaba nota con la estilográfica mientras el cortesano anciano seguía impartiendo sus ancestrales conocimientos.

La atencion de ella vagaba entre lo que aprendía, que no era poco, y lo que mantenía leyendo a escondidas, que no tenía nada que ver con lo tradicional y que seguía abriéndose camino por entre las vías neuronales de su propio cerebro, intentando pensar a su vez en cuál era la mejor manera de poner en práctica lo que sabía hasta ahora. Todo ello era casi que algo instintivo en la mayoría de las lecturas y por muchos momentos se preguntaba si sería capaz de intentar seducir al rey con conocimientos sexuales. Las protagonistas eran atolondradas al principio, pero a medida que ganaban confianza todo aquel acto se volvía sublime para las dos partes.
En realidad, se sentía tonta por desear poner en práctica algo que otra persona escribía en un libro y que seguramente salía de las propias experiencias, pero todo ello debía cumplir con su objetivo y  aceptaba tambien que la parte más oscura de su alma se moría por saber si era capaz de doblegar sexualmente al rey.
Era como una afrenta personal lograr que cayera en su red de la misma manera en que ella cuando se acostaban juntos y él extraía el extasis de su cuerpo una y otra vez dejándola convertida en una masa desconcertada y agotada. No podía negar que su piel ansiaba el contacto del rey. Parecía como una droga de la que no estaba dispuesta a liberarse y quería aportar algo más ella misma a lo que los unía en la noche. Nunca se acobardó ante nada pero debía admitir que el tipo de seducción que quería llevar a cabo estaba lejos de cualquiera de las cosas que emprendió en su vida.
Suspirándo siguió anotando la información que era útil para su formación como reina al menos ante los súbditos del reino. Por su cabeza también seguían cruzando los pensamientos sobre el futuro. Hasta ahora no había logrado hacerse notar como una soberana especialmente activa y no era que le interesara tampoco, aunque pensara en qué era lo que podia hacer como reina.

Los comentarios en las redes sociales seguían extrañando sus apariciones para poder admirar su porte y los vestidos que usaba pero desde aquel día en la visita a los templos para la bendición del matrimonio no se la había visto más en público.

Extrañaba sus extenuantes jornadas de grabación pero esas fueron sustituidas por sus largos dias de enseñanza. Ponía empeño en lo que aprendía, de hecho siempre se preció de ser una buena estudiante hasta que ocultó su inteligencia para disfrazarla de narcicismo y cierta torpeza propia de actrices como ella, pero a la larga no sabía si haría uso de ese conocimiento.

Releyó la historia que el cortesano intentaba meter en su cabeza con relatos y poemas antiguos; El Rey Lee Hwa Mung del año 1203 después de Cristo se había casado con una princesa del reino vecino a Goryo, la había visto y deseó que fuera su reina en ese mismo momento.
A Tae Ra le recordó al rey del presente pero esa tampoco fue una historia de amor ya que la reina conocida como Lee Ha Ram no podía concebir a los herederos del rey. Este fue obligado a casárse por segunda vez y la reina Ha Ram no pudo soportarlo terminando con su vida en los acantilados de Gunam. El rey Hwa Mung continuó su vida creando más príncipes mientras la reina suicida fue olvidada.

El relato mencionaba como moraleja de esa historia la importancia de mantener el altar ancestral lleno de príncipes o princesas sucesoras con linea de sangre intacta.
Hasta ese momento, y en esa parte de la lectura, no se le ocurrió pensar en las posibles consecuencias de lo que pasaba entre ella y el rey, ya que en las pocas clases de biología y reproducción que recibió en la escuela sabía de buena mano lo que los recientes acoplamientos podían traer consigo.

¿El rey pensaba en eso cuándo se acostaba con ella? ¿Quizá la frecuencia con que la buscaba tenía más que ver con el hecho de completar lo que los libros seguían llamando altar ancestral?
Y ella... tuvo tantas cosas de las que preocuparse... y su falta de experiencia en ese campo podían llevarla a ser la inevitable madre de los hijos de Lee Gon...

El Rey Tirano y la Actriz NarcisistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora