Parte 10

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Cuando salió de darse una ducha Tae Ra vio que en uno de los soportes de toalla del baño se hallaba un camisón de seda que no tenía nada que ver con las pijamas de lana y con dibujos en ella que siempre usaba. Sabía que en su equipaje trajo muchas de estas así que sería lo que usuaría cuando tuviera oportunidad. Por el momento se puso el camison sintiendo como si realmente no tuviera nada encima de lo suave que era. Tenía la ligerísima sospecha que ese camisón era en deferencia al rey pero no estaba segura en qué sentido. Deseaba volver a su habitacion pero cuando salió del baño se dio cuenta, al ver muchas de sus cosas personales distrubidas por la estancia y que no vio en el momento en que entró, que ahora esa tambien sería su habitación.

Quizá eso jugara en su favor en el momento en que el rey se enamorara de ella. Y para enamorarlo quizá debia investigar como ser mas receptiva en la cama... algo le decía que era lo que le gustaba a muchos hombres y el rey no debia ser la excepcion.

No vio al rey por ningún lado y se preguntó el motivo. Cuando se sentó sintió un malestar en su parte inferior que la instó a acostarse rapidamente, fue igual de incomodo lavar la poca sangre que la intrusion del rey produjo en su cuerpo horas antes. En realidad aparte del dolor sentia una irrefrenable curiosidad, cosa que no le pasó antes, por entender algo del acto sucedido y que nunca, desde su tiempo de actriz y adolescencia, sintió necesidad de conocer. Comentarios al azar y nada interesantes al menos en esos momentos en que se dieron,  era lo único que venía de recuerdos a su mente y como siempre lo evitaba ahora esa falta de interés podía pasarle factura. Percibió sin poder evitarlo que sus mejillas comenzaban a acalorarse, sin estar segura de si debía siquiera pensar en eso. Haciendo el tema a un lado y aparte de su primera noche juntos podía decirse que en este campo era tan inocente como una niña. Si, era cierto que aprendió biología en la secundaria pero las clases no entraron en detalles sobre algo así. Sacudió la cabeza y la metió aún más bajo la sabana de seda mientras se preguntaba a donde se fue el rey. Su reloj biológico le decía que se hallaban a altas horas de la madrugada.

Cuando llegó el sueño después de sus extenuantes actividades del día, él aún no volvía y el repentino frío que percibía no tenía nada que ver con la falta de edredones.

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Después de lo sucedido en su habitación Gon  supo que tenía que establecer un poco de distancia con ella especialmente por todos los sentimientos indeseables que le hacían creer que el carácter que forjó durante años estaba comenzando a flaquear.

Ella era alguien especial y diferente pero sólo hasta la noche de bodas pudo comprobar cuanto, especialmente por la ambivalencia en los sentimientos que le suscitaba.

Él, que nunca se preocupaba por nada más que los asuntos del  reino y él mismo,  se preguntaba si ella se convertiría en un punto más de preocupación, una debilidad. Pero contrario a lo que haría con cualquier cosa que se salía de lo convencional a ella no podía descartarla tan fácilmente como debería. Llevaba demasiado tiempo obsesionado y ahora, después de tenerla sus ansias parecían no hacer  otra cosa que empeorar. Le estaba tomando cada onza de autocontrol no volver a su legítima habitación para seguir comprobando la suavidad de la piel de Lee Tae Ra.

Estaba siendo demasiado sentimental pero pocas cosas en la vida tenían capacidad de conmoverlo y la mujer en su habitación parecía ser una de ellas.

Alguien tocó la puerta y esperó hasta que dio la orden de entrar. Había pedido una bebida caliente a las cocinas y como todo en su reino eso también estaba a su disposición cuando lo necesitaba.

Reconoció a la mujer apenas entró. Era una de las personas que más tiempo llevaba siendo parte de la corte femenina. Koo Ha Nah (Koo Seo Ryong, la primera ministra en la serie) era su nombre si no se equivocaba.

El Rey Tirano y la Actriz NarcisistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora