Parte 18

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Buenos días, mis queridas MinEuns... y fans de esta hermosa pareja, gracias por seguir aquí, de antemano me disculpo por este retraso y los que seguramente vendrán, pero mi trabajo agota la mayor parte de mi tiempo y no puedo ponerme a escribir como antes, pero les puedo prometer que haré mi mejor esfuerzo para actualizar pronto, gracias por sus  votos y mensajes, las aprecio demasiado.

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Hyung Jae pensó que la reina se iba a resistir más cuando le dijo que volviera a la celda con su dama de compañía pero la palabra mágica supervivencia la instó a obedecer así que efectivamente deseaba salir con vida de ese sitio y aunque hizo algo para intentar ayudarla no podía asegurar esa supervivencia para ella ni la mujer a su lado.
Con la computadora miró los datos cifrados del mensaje enviado al conmutador del reino que se había quedado en la malla tecnológica que protegía al búnker y a la que sólo él tenía acceso. De la que sólo él tenía control.

Se volvió hacia toda la data que el rastreador que le puso a la reina estaba cargando en ese momento y que la situaba en la celda inmóvil, tal como estuvo todos esos días.
En realidad seguía sin saber qué hacer con ella y aún estaba a la espera de que el príncipe bastardo diera la orden final de asesinarla para llevar a cabo esa penosa tarea, era extraño que se retrasara en esa orden teniendo en cuenta el afán que tenía de hacer lo que fuera para debilitar a Lee Gon que seguía ensañado en descubrir la fuente de lo que amenazaba al reino y así como iba los pasos agigantados eran solo un plus.

¿Las haría huir? ¿Las asesinaría? ¿Qué pasaría en el momento en que el príncipe bastardo diera esa orden?
Quizá le puso el rastreador a ella para que Lee Gon pudiera encontrarla asi fuera su cadaver...

Miró el mensaje durante largos minutos, su mente hábil seguía sin decidirse sobre qué hacer y como usar en su beneficio lo que tenía entre los dedos. Finalmente y sin detenerse a pensar si era lo mejor arriesgandose de la manera en que lo hacía, movió algunas teclas y dejó que una brecha en la barrera permitiera la salida de la señal. Eso sí solo duró un microsegundo, el suficiente para que el mensaje enviado desde la red 2G llegara al destino al que fue enviado inicialmente. Al mismo tiempo movía otros controles de manera que la señal del rastreador de la reina se colara de cualquier modo sin ser detectada por nadie mas sino él.

No sabía lo que haría el rey con esa información, pero el rastreador de la reina era un punto palpitante marcando la posición de ella como un faro para quienes la buscaban incansablemente desde hacia meses, lo sabía por sus fuentes de información, Lee Gon no había cesado en su búsqueda y la emprendía a la par que luchaba contra su enemigo sin saber realmente quien era.

La señal del rastreador podía ser arcaica o de alta tecnología de acuerdo a la situación y completamente indetectable. Era el proyecto maestro del cual se sentía orgulloso y en quién no tuvo oportunidad de probarlo hasta ahora. Sería este el test de efectividad, y con un poco de su ayuda, que no sabía realmente por qué estaba prestándola, llegaría al destino indicado desencadenando los eventos que querían y debían pasar.

Ahora no deseaba usar a la reina, quería usar a Lee Gon y el poder que este ostentaba para que le permitiera matar al asesino de sus familias y cerrar así el círculo que el padre de ese verdadero bastardo empezó cuándo decidió intentar usurpar el trono.

Volvió su atencion al computador y la imagen publicitaria que se encontraba en este. Era un anuncio de una cadena de oraciones sagradas programadas en los templos por el descanso y renacimiento de la reina asesinada.

Con suerte la verdad sobre la reina saldría pronto a la luz y la gente oraría pero en agradecimiento por tenerla de vuelta, eso sí no moría antes.

El Rey Tirano y la Actriz NarcisistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora