Parte 13

445 27 2
                                    

-¿Mi.... guardia real? - preguntó Tae Ra a Shi Hyun mientras este informaba de la nueva posición del maestro de artes marciales, que compaginaría sus actividades extracurriculares con las de protegerla y terminar de entrenar a Myung Hye Mi. – ¿Por qué iba a necesitar uno en específico? Seguramente tiene cosas más interesantes de hacer que andar detrás de mi mientras cumplo con mi agenda– Tae Ra decía esto mientras Hye Mi la peinaba exageradamente bien. Ese día debía empezar a poner en práctica todo lo aprendido y las reglas y protocolos que debía cumplir como reina. Si lo miraba como un todo no era tan dificil, excepto por el tema de los niños de uno de los orfanatos auspiciados por el palacio. Sabía que tendría que emplear toda su fuerza de voluntad para permanecer indiferente a la dificil situación que un niño podía pasar cuando no estaban sus padres alrededor. Ella misma era un ejemplo caminante de ello y... si, tenia miedo de flaquear. Pero tenía más miedo por revelar ante quienes ahora la rodeaban ese tipo de debilidad. Ser huérfano podía dejar todo tipo de marcas espirituales y en su caso también físicas.

–Es orden del rey – dijo simplemente Shi Hyun, haciendo que Tae Ra rechinara los dientes como siempre le pasaba con él . Por otro lado el temor que sentía de salir otra vez al público de repente se veía menos arraigado al conocer que su ex profesor de artes marciales estaría presente. Era un excelente luchador y si las cosas que escuchó de él en el palacio eran ciertas, alguien experto en seguridad también. Mentiría si dijera que no se sentiría más segura que con guardias reales convencionales pero en el  transfondo seguía la preocupación principal y era el motivo por el que necesitaba a alguien del calibre de él a cargo de su seguridad. Aún así era un subordinado del rey y era claro para ella que cualquier intento de obtener información de él sería completamente inútil.

Bajó las escaleras cuando finalmente todo estuvo listo. Cruzó por el pasillo que conducía a la puerta de la salida subterránea y subió al auto asignado. Era del mismo tipo donde se movilizaba el rey. Miró hacia la ventana mientras escuchaba al jefe Kang hablar por él interfono dando instrucciones precisas, se escuchaba tan experto que no dudó por un segundo de él. Los guardias que se quedaron en palacio se dispersaron mientras las cuatro camionetas salian en banda rumbo a la ciudad imperial.

La visita al orfanato estaba prevista como el último destino. El programa cambió en la medida en que ella lo quiso ya que deseaba visitar la fundación que apoyaba anónimamente.  Debía asistir a la visita protocolaria de un centro médico especial para ancianos sin hogar. Así que ese fue el primer destino.

La estructura fue construida con los impuestos y fue vista con buenos ojos por todas las personas del reino que no se molestaron cuando se enteraron del destino de los recursos. Era una obra magistral y una estrategia bastante inteligente.
Cualquier indigente, que en el reino eran pocos, iba a parar ahí para tener los cuidados que una vejez exhaustiva confería, anexo a que se trataba de un hospital pioneros en las enfermedades del corazón.

Muchos de los internos no tenían familia pero eran tratados por el centro como unos huespedes más.

Había muchos periodistas cuando llegaron, parecía que la salida de la reina, de alguna manera se filtró a los medios y ahora la esperaban dispuestos a echar un vistazo a la mujer que, según los medios, habia enamorado al rey tirano.

Haciendo gala de sus modales de actriz se puso las gafas oscuras para no mirar a nadie en concreto y esperando hasta que todo el despliegue de seguridad estuvo instaurado bajó de la camioneta después de Hye Mi, saludando indiferentemente a todos quienes la rodeaban, aunque haciendo reverencias de respeto y protocolo.

Sonrió levemente a medida que las preguntas empezaron a saltar sobre ella ignorándolas con éxito. Muchas de esas preguntas eran abiertamente personales y en más de una ocasión el jefe Kang tuvo que empujar a cualquier a que quisiera pasarse de listo.

El Rey Tirano y la Actriz NarcisistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora