DESDE OTRO PUNTO (YA EN Amazon Kindle)

RELOJ EN OFF

Día: 16 de Septiembre.

Hora: 16.00h.

Lugar: Plaza de baloncesto, donde toda su infancia había recorrido en bici, patines y jugado con su primo y amigos tanto a fútbol como a baloncesto y hoy actuaba el grupo de ayer, Puk2.

La plaza estaba casi vacía, solo un máximo de 10 a 20 personas viendo el concierto a esas horas pero ellos no fallaron. ¡Faltaría menos!

Buggie tenía ensayo con su grupo a las 19:00 así que no podría estar demasiado tiempo, no tanto como solía estar con sus amigos.

El concierto comenzó y la falta de gente no les hizo estar más parados, todo fue meterse en la burbuja de la música.

Él admiraba sobretodo a David Fandos, el bajista del grupo, tal vez porque él también lo era y era en lo que más se solía fijar.

Una mesa llena de camisetas y CD's del grupo estaban expuestas al lado del escenario para sacarse un extra con el merchandising. El adolescente se dirigió a David justo al terminar el concierto para felicitarles y saludarles como hacía con todos los componentes de los grupos vecinos con los que más contacto solía tener y le pidió una de sus camisetas y, para asegurar su talla debido a su pequeño tamaño, el bajista le aconsejó amablemente mientras seguían hablando.

Cuando el chico volvió a casa, antes de irse a su ensayo, decidió probarse su nueva camiseta y hacerse un par de auto-fotos con el temporizador de su cámara digital Fujifilm de 3 megapíxeles que, por aquel entonces era uno de los lujos que pocos tenían así que, aprovechando su cinturón de tachuelas, esta vez rojas y negras también colocado en diagonal como él siempre se lo ponía y sus bermudas negras con bolsillos, se puso la camiseta negra de Puk2 con el logo en rojo.

La verdad, con aquel pelo engominado, despuntado y tan conjuntado como iba, iba bastante guapo pero el reloj no se detenía. Se puso una camiseta de color blanco con el logo de su grupo en verde y rojo y bajó a esperar el coche del guitarrista, Drako. Él les recogía ya que era el único que tenía el carné y también vehículo e iban juntos con sus instrumentos hacia el local o a las salas de conciertos donde tocasen.

Al bajar, sus amigos todavía estaban por la zona de la plaza y él, con su desparpajo, su energía y su cara de pillo se acercó a despedirse:

- ¡Hey, puto! ¿Aún por aquí? -Le saludó Amy nuevamente.

- Si, ja,ja. Esperando que venga Drako para ensayar.

El coche llegó y ambos lo vieron:

- Mira, ya vienen a buscarme. -Dijo el joven con picardía.

- ¡Ale, muérete! -Se despidió Amy.

Aquella despedida podía sonar un tanto fuerte pero ellos eran así, no hubo ninguna maldad en esas inocentes palabras pero aquel día justamente, hizo que la chica se arrepintiese de pronunciarlas para el resto de su vida, que le marcasen y nunca pudiese olvidar aquel acto.

En el local de ensayo había una batería de color naranja. No era de ninguno de su grupo, compartían local con otros chicos pero tampoco iban a romper nada así que aprovechó para aprender a tocarla. En aquel entonces estaban obsesionados con tocar la percusión del grupo Slipknot y en uno de los descansos que hacían a medio ensayo, se posó de pie delante de esa batería para tocar simplemente la caja imitando una de las canciones del grupo estadounidense proveniente de Iowa. Se puso muy contento por ser la primera vez que tocaba la batería, aunque fuese poco y más felicidad sintió todavía cuando logró entonar la melodía que quería con las baquetas contra el parche. Poco después seguirían con el ensayo con, por supuesto, él al bajo.

21:00h.

Se hizo el silencio.

Nadie supo de él excepto los de su grupo con quienes estaba pero nadie dijo nada. Frida se preocupaba y llamaba al teléfono móvil de su hijo el cual no respondía y más tarde aparecía apagado. Esto enervó un poco a la mujer ya que Derek solía tener esa costumbre cuando salía, desaparecer y colgar las llamadas, a Eiden le molestaba que le controlasen así que la madre pensó que se trataría nuevamente de un acto de pasotismo. Esperó.