Entre el enfrentamiento parental dentro de casa, viendo a su padre como se iba con unas y otras, como le despreciaba a él y a su madre, Frida trabajando para sacar a la familia adelante mientras comenzaba a reunir papeles en la sombra, etcétera, fue la guinda final que al joven le faltaba vivir para rebelarse, Derek en casa, Eiden totalmente fuera o Buggie, la tapadera que crearon sus amigos. ¡Menudo caos de vida! Aunque, a su edad,con la música y sus amigos le bastaba.
Sumó a su estilo rockero y rebelde en el que protagonizó a su personaje principal un piercing al lado inferior derecho del labio gracias a Eimily, una de sus novias, potenció su pasión a la música con su intrumento, el bajo, en varios grupos intentando vivir de ello, pasaba las noches con sus amigos de concierto, cenando en el césped de cualquier parque, durmiendo en sus casas cuando se les hacía tarde y le daba pereza volver a casa sin avisar haciendo así que Frida quedase atacada de los nervios, en pubs de rock o en cualquier plaza haciendo el tonto con sus amigos,... La vida de Eiden se desconfiguró totalmente pero él era feliz así.
Las cosas se acentuaban en casa cada vez más: Franc gritándole y despreciándole hasta que su hijo se cansaba y se largaba o llorando para darle pena acerca de todo lo que estaba pasando tirado en el sofá con la mano metida siempre dentro de sus pantalones manoseándose las pelotillas. Frida sin hacerle caso. Eiden admirando su gesto que por fin y gracias a él espabilaba sin tener que aguantar más como mujer, pues nada le obligaba más que ella y su amor por alguien que no lo merecía.
El hecho de intentar seguir manipulando a Eiden, o, Derek que era la imagen que él veía sin poseer haciendo la vista gorda ya que siempre ignoró su descendencia, ya no daba lástima a nadie, es más, tan solo le servía para que la mujer siguiese obteniendo pruebas y viendo la realidad.
El joven trató de escaparse de casa 3 veces, aunque tampoco tenía donde ir:
- ¿Mamá? -Una llamada al móvil de su madre hizo que la mujer se diese cuenta una vez más de lo que pasaba en casa cuando ella no estaba.
- Dime Derek. -Respondió ella alarmada por escuchar a su hijo llorando y con tono de preocupación respetando, como siempre, su verdadera identidad.
- Me he ido de casa.
- ¿Cómo que te has ido de casa? ¿Dónde estás?
- He subido a la terraza, todavía no se donde ir pero no creo que vuelva a entrar. Quiero matar a papá.
- Tranquilo, vuelve a casa, hablaré con él, ya tengo los papeles. Muy pronto terminará todo.
Colgó.
Unos días después:
- Tenemos que hablar. - Dijo Frida a su marido un mediodía antes de irse a trabajar. -Esto está siendo muy tóxico para ambos pero ahora me tengo que ir a trabajar, te dejo esto aquí para que lo mires y ya hablaremos luego.
Unas horas después, cuando Frida llegó por la noche:
- Hola. -Saludó el hombre con total indiferencia como si allí no hubiese pasado nada.
- Hola. ¿No tienes nada que decirme? -Preguntó Frida tras ver el manojo de folios de forma distinta a como ella los puso.
- ¿Yo? No. ¿Por qué? -Siguió disimulando.
- ¿No has visto nada de lo que hay en la mesa? -Insistió su esposa con el fin de ver cómo se defendía.
- ¡Ah, si! ¿Qué pasa? -Siguió extendiendo el tiempo.
- No se, tu me dirás. ¿No tienes nada que decirme al respecto? -Frida pensó lanzar esta pregunta como última insistencia antes de hablar.
- Si, son conversaciones de amigas.
- Pues si que eres afectivo con tus amigas. Ya se por qué querías ir sólo siempre de viaje y por qué tanta insistencia en ir a Tenerife, por qué nunca querías que te acompañásemos al resto de viajes que hemos hecho juntos.
- No, es que esta chica es escritora y me ha dicho si podía hacerle las ilustraciones entonces voy, pero solo es trabajo. - Se excusó aprovechando su posición como pintor.
- ¿Y para ayudarle en su libro tienes que ir tantas veces? ¿No podemos ir nosotros mientras trabajáis, verdad?
- Es que nosotros vamos a estar trabajando, entonces tu y el niño, ¿Qué vais a hacer allí? Os aburriréis.
- Bueno, mira Franc, visto que no tienes la valentía de contar las cosas y que hay pruebas suficientes, será mejor que te busques un abogado, ya vale de hacernos daño.
- Si, yo también creo que es la mejor opción. ¿Buscamos uno para los dos,no?
- No, para ti. Búscate un abogado que yo ya tengo el mío y ya tengo los trámites hechos.
Unos ojos más abiertos que un búho y un rostro serio con expresión de sorpresa fue el que dibujó la cara de Franc al ver cómo su mujer exigía derechos como tal. Había espabilado y ella solita lo había logrado todo sin esperar opinión ni valoración.
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DESDE OTRO PUNTO (YA EN Amazon Kindle)
SaggisticaA veces nos toca vivir situaciones complicadas. Otras, creemos estar arriba pero realmente nos hemos olvidado los recursos abajo. Y bajamos. Quizá tardemos años en aprender a subir nuevamente, pero esta vez, de verdad. Hay tantos obstáculos hasta ll...